?D¨®nde est¨¢ Ai Weiwei?
El arresto del cotizado artista, y disidente ha hecho saltar las alarmas en la comunidad internacional, pero Pek¨ªn le acusa de delitos econ¨®micos
"Ser artista hoy en China me expone a la realidad de las condiciones actuales y exijo mi derecho a discutir abiertamente y dar mi opini¨®n sobre la cultura, la sociedad y la pol¨ªtica, e intentar expresar mis sentimientos personales, por ejemplo en Internet. La sociedad china actual no tiene moral, juicio propio, y la gente no est¨¢ acostumbrada a asumir su responsabilidad. No est¨¢ acostumbrada porque el mayor ¨¦xito de las sociedades totalitarias es hacer pensar a la gente que no es nada, que haga lo que haga nada va a cambiar".
As¨ª hablaba Ai Weiwei, uno de los artistas de vanguardia chinos m¨¢s prominentes y acerado cr¨ªtico del r¨¦gimen de Pek¨ªn, en una extensa entrevista con este diario en mayo de 2009, en la que hac¨ªa un repaso a su trayectoria art¨ªstica y su defensa de la democracia, y lanzaba sus dardos contra el Gobierno ¨²nico del Partido Comunista Chino (PCCh), del que dec¨ªa que "est¨¢ asustado" y "tiene miedo a mostrar la verdad" como evidenci¨®, continuaba, "el viejo juego de propaganda" que fueron los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, en 2008.
Ai prepar¨® una instalaci¨®n con 9.000 mochilas de los escolares muertos en el terremoto de Sichuan, en 2008
Fue uno de los dise?adores del estadio Ol¨ªmpico de Pek¨ªn, pero le molest¨® que se utilizar¨¢ propagand¨ªsticamente
Le acusan de porn¨®grafo, probablemente por un autorretrato en el que se cubre el sexo con un mu?eco de peluche blanco
La mayor¨ªa de los artistas en China han vivido hasta ahora m¨¢s interesados en ganar dinero que en la pol¨ªtica
Zapatero eludi¨® el tema en sus encuentros con mandatarios de Pek¨ªn durante su reciente viaje a China
Ai ha ligado su obra a la situaci¨®n en su pa¨ªs, en un intento de animar a la gente a implicarse m¨¢s en la sociedad
Ante la pregunta de si no tem¨ªa que sus continuas cr¨ªticas al poder le llevaran a la c¨¢rcel, Ai respondi¨® con decisi¨®n: "No. Quiero hablar todo lo que pueda antes de que esto ocurra. Cuando est¨¦ en prisi¨®n, no podr¨¦ decir nada y me dedicar¨¦ a dormir".
El pasado 3 de abril, algo menos de dos a?os despu¨¦s de aquella conversaci¨®n, Ai Weiwei fue detenido, en medio de una de las mayores campa?as de represi¨®n contra la disidencia llevadas a cabo por Pek¨ªn desde las manifestaciones de Tiananmen en 1989, y su futuro es incierto.
Gao Zhen, de 54 a?os, y Gao Qiang, de 48, conocidos como Los hermanos Gao, amigos de Ai y tambi¨¦n entre los m¨¢s internacionales y renombrados artistas chinos, no creen, sin embargo, que Ai pueda dormir tan f¨¢cilmente. "La polic¨ªa no le dejar¨¢. Suele someter (al detenido) a interrogatorios interminables con luces muy fuertes para destruirlo mentalmente", dice Zhen, mientras Qiang asiente, en su estudio en Pek¨ªn, situado en 798, un complejo de antiguas f¨¢bricas de electr¨®nica transformadas en galer¨ªas de arte, caf¨¦s y tiendas. Los hermanos Gao trabajan a d¨²o, y dicen que hablan con una sola voz. "Con su detenci¨®n, est¨¢n intentando aterrorizar a otra gente. La situaci¨®n, ahora, es m¨¢s dif¨ªcil, no solo para los artistas sino para cualquiera que pretenda expresar su opini¨®n frente al Gobierno".
Ai Weiwei, de 53 a?os, fue bloqueado en el aeropuerto de Pek¨ªn cuando se dispon¨ªa a abordar un avi¨®n con destino a Hong Kong, desde donde iba a viajar a Taiwan para organizar una futura exposici¨®n. Durante cuatro d¨ªas, no se supo nada de este artista que tiene actualmente una gran instalaci¨®n en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, uno de los templos del arte en Europa. El Gobierno se neg¨® a reconocer que lo ten¨ªa en su poder, hasta que el 7 de abril, en medio de la inquietud y la ira provocadas por su desaparici¨®n en Occidente, un editorial en el peri¨®dico en ingl¨¦s Global Times -ligado al PCCh- reconoci¨® indirectamente su detenci¨®n y le calific¨® de "inconformista de la sociedad china", al que le gusta "bordear la l¨ªnea roja de la ley" y "hacer cosas a las que otros no se atreven".
El diario acus¨® a Occidente de "ignorar la complejidad del entorno judicial chino" por haber etiquetado el caso de Ai Weiwei de "supresi¨®n de los derechos humanos" y de querer minar la estabilidad social en China. La agencia oficial Xinhua afirm¨® que estaba siendo investigado por "delitos econ¨®micos" que no detall¨®. Hong Lei, portavoz de Exteriores, lo confirm¨® al d¨ªa siguiente, y a?adi¨®: "China es un pa¨ªs que se rige por la ley, y las autoridades pertinentes trabajar¨¢n de acuerdo con la ley".
El Gobierno de Pek¨ªn silencia habitualmente las voces cr¨ªticas con acusaciones de "subversi¨®n del poder del Estado", pero en algunas ocasiones utiliza cargos como evasi¨®n de impuestos y otros delitos no pol¨ªticos. El viernes de la semana pasada, el peri¨®dico de Hong Kong Wen Wei Po -controlado por Pek¨ªn- asegur¨®, citando fuentes sin identificar, que los investigadores hab¨ªan reunido "gran cantidad de pruebas de que Ai Weiwei es sospechoso de evadir impuestos, y las sumas son bastante grandes".
"Nadie est¨¢ por encima de la ley. Cualquiera que incumpla la ley ser¨¢ llevado ante la justicia. No importa la reputaci¨®n que pueda haber tenido en el pasado", insisti¨® Hong Lei. "El pueblo chino tambi¨¦n se siente confundido. ?Por qu¨¦ alguna gente en algunos pa¨ªses considera un h¨¦roe a un sospechoso de ser un delincuente? El pueblo chino est¨¢ descontento con esto". La familia de Ai ha afirmado que la acusaci¨®n no es m¨¢s que un pretexto para vengarse de ¨¦l por su activismo.
"Es un artista sin igual en China, que tiene un cerebro de pol¨ªtico, y a quien admiro. Este caso marcar¨¢ un hito. En los pr¨®ximos cinco o 10 a?os, habr¨¢ cada vez menos gente con capacidad de decir la verdad", asegura Zuoxiao Zuzhou, m¨²sico y artista, amigo de Ai Weiwei desde hace 18 a?os. "La mayor¨ªa de sus amigos famosos, o aquellos a quienes ha ayudado, no han movido a¨²n un dedo por ¨¦l".
Ai Weiwei es el m¨¢s conocido entre las decenas de activistas, abogados de derechos humanos, artistas e intelectuales detenidos, o recluidos bajo custodia secreta desde mediados de febrero, cuando el miedo al contagio de las revoluciones del norte de ?frica y Oriente Medio desencaden¨® una dura campa?a de represi¨®n contra la disidencia por parte del aparato de seguridad del Estado, que, seg¨²n algunas informaciones, se ha visto reforzado en los ¨²ltimos a?os como consecuencia de las protestas ¨¦tnicas en T¨ªbet (2008) y en la regi¨®n musulmana china de Xinjiang (2009). M¨¢s de 50 personas han sido detenidas, enviadas a campos de trabajos forzados o est¨¢n en paradero desconocido, seg¨²n la organizaci¨®n de derechos humanos Chinese Human Rights Defenders (CHRD), que tiene miembros tanto dentro como fuera de China.
La detenci¨®n de este artista ha causado sorpresa. Muchos pensaban que su fama internacional le proteg¨ªa, por no hablar de su estatus como hijo de Ai Qing, uno de los mejores poetas chinos del siglo XX. Ai, artista visionario, contribuy¨® a dise?ar el estadio ol¨ªmpico de Pek¨ªn, conocido como El Nido de P¨¢jaro. Pens¨® que era "una buena oportunidad para mostrar al mundo que China quiere cambiar de forma sincera su historia". M¨¢s adelante, seg¨²n confesi¨®n propia, se dio cuenta de que el Gobierno hab¨ªa utilizado el estadio como un elemento de propaganda del partido, y rechaz¨® cualquier conexi¨®n con el edificio y con los Juegos Ol¨ªmpicos. Desde entonces, su activismo ha ido en aumento.
El terremoto de Sichuan, en mayo de 2008, en el que murieron miles de ni?os porque sus escuelas se desplomaron -muchas de ellas por construcci¨®n defectuosa, debido a la corrupci¨®n-, le afect¨® profundamente. Registr¨® los nombres de los chicos fallecidos, para enojo de las autoridades, y lleg¨® a realizar una instalaci¨®n con 9.000 mochilas colegiales, en recuerdo de la cat¨¢strofe.
En agosto de 2009, fue golpeado en un hotel de Chengdu (capital de Sichuan), supuestamente por agentes de paisano, la v¨ªspera del juicio de Tan Zuoren -un activista que investigaba las malas pr¨¢cticas seguidas en la edificaci¨®n de las escuelas-, y le impidieron asistir a la vista. Pek¨ªn tem¨ªa que las investigaciones desembocaran en protestas de los padres de los ni?os fallecidos y que se produjera un estallido de violencia. El mes siguiente, mientras se encontraba en Alemania, Ai tuvo que ser intervenido de urgencia por una hemorragia cerebral, posiblemente consecuencia de la agresi¨®n policial.
En noviembre del a?o pasado, fue puesto bajo arresto domiciliario para impedirle asistir a la fiesta organizada en protesta por la decisi¨®n de las autoridades de demoler su estudio en Shanghai. Semanas despu¨¦s, la polic¨ªa le impidi¨® viajar a Corea del Sur, ante el temor de que pudiera acudir el 10 de diciembre a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo.
Aunque inicialmente no se interes¨® por los recientes levantamientos en T¨²nez y otros pa¨ªses musulmanes, luego comenz¨® a registrar en su cuenta de mensajes cortos en Twitter las detenciones de activistas, abogados y escritores.
Este puede haber sido un factor clave en su arresto. A pesar de que Twitter est¨¢ bloqueado en China y que para utilizarlo es necesario un programa que evite la censura, Ai ten¨ªa m¨¢s de 80.000 seguidores, probablemente la mayor¨ªa dentro de China, ya que escribe en chino. El artista, para quien su trabajo creativo y su activismo est¨¢n ¨ªntimamente unidos, hab¨ªa cobrado mucha relevancia, y Pek¨ªn no quiere agitadores ni otros l¨ªderes que la c¨²pula del PCCh. Adem¨¢s, el Gobierno env¨ªa con este arresto un claro mensaje: nadie es inmune.
"Antes de lo ocurrido, algunos (incluidos artistas) dec¨ªan que nos hab¨ªamos hecho famosos en Occidente porque utilizamos la pol¨ªtica en nuestro arte y que esto nos proteg¨ªa. La detenci¨®n de Ai Weiwei prueba que se equivocaban", asegura Gao Zhen. "Los artistas que se mantienen alejados de lo que ocurre en la sociedad lo hacen por dos motivos. Para no tener que cuestionarse a s¨ª mismos y para proteger sus beneficios".
Seg¨²n el diario Wen Wei Po, adem¨¢s de evasi¨®n de impuestos, Ai est¨¢ siendo investigado por bigamia, porque tiene un hijo con una mujer que no es su esposa, y por "difundir pornograf¨ªa en Internet". Su mujer, Lu Qing, ha calificado las acusaciones de puro chiste. Asegura que Fake Design, la empresa que gestiona el estudio de Ai, est¨¢ a nombre de ella y es de su propiedad. Respecto a la supuesta bigamia, dice que su marido solo se ha casado una vez. "Cualquier otra cosa que haya pasado en su vida es asunto privado nuestro", declar¨® a la agencia Associated Press. La hermana del artista ha asegurado que Ai y Lu se casaron en Estados Unidos y no registraron la uni¨®n en China, y que tiene un hijo con otra mujer, pero que el acuerdo es abierto y amigable.
La acusaci¨®n de pornograf¨ªa probablemente tenga que ver con un retrato del artista semidesnudo, en el que se cubre el sexo con un mu?eco de peluche blanco, que representa un animal de ficci¨®n inventado por los internautas chinos para insultar a la censura. El animal se parece a una alpaca. Su nombre chino -cao ni ma (hierba barro caballo)- y su colocaci¨®n evocan la frase "jode a tu madre, comit¨¦ central del partido".
Seg¨²n el diario de Hong Kong South China Morning Post, Ai recibi¨® al menos dos visitas de la polic¨ªa poco antes de su detenci¨®n; la ¨²ltima, el 31 de marzo. Aparentemente, le propusieron entrar en la Conferencia Consultiva Pol¨ªtica, un ¨®rgano de asesoramiento del Parlamento. Tambi¨¦n pudo tratarse de una oferta para que se uniera a la Academia de Arte Contempor¨¢neo de China, creada a finales de 2009.
La detenci¨®n de Ai Weiwei fue acompa?ada de registros en su estudio. La polic¨ªa se incaut¨® de ordenadores e interrog¨® a sus colaboradores, incluidos voluntarios extranjeros. En una carta abierta al Ministerio de Seguridad P¨²blica y a la polic¨ªa de Pek¨ªn, su esposa, Lu Qing, parientes del artista y empleados y voluntarios del estudio denunciaron la desaparici¨®n no solo de Ai, sino tambi¨¦n de Wen Tao, de 38 a?os, amigo del artista; Zhang Jingsong (43), ch¨®fer; Liu Zhanggang (49), dise?ador del estudio, y Hu Mingfen (55), la contable. Cuando se escribi¨® la carta, 15 de abril, las personas citadas llevaban entre seis y 12 d¨ªas ilocalizables. "Todas desaparecieron o fueron secuestradas en un corto periodo de tiempo. Pedimos a la polic¨ªa que lo investigue", se?ala el documento. "Secuestrar o hacer desaparecer a personas es un crimen muy grave (...) Creemos que solo puede haber justicia si se siguen los procedimientos administrativos de acuerdo con la ley". La ley china establece que la polic¨ªa debe informar a la familia cuando retiene a un sospechoso m¨¢s de 24 horas, aunque las autoridades a menudo hacen excepciones, especialmente en casos de tinte pol¨ªtico.
Ai parec¨ªa intuir que iba a ser arrestado. "Tres d¨ªas antes de que le detuvieran, me llev¨® a ver la tumba que se hab¨ªa comprado. Se?al¨® la c¨¢rcel de Qincheng (en la que el Gobierno interna a los presos pol¨ªticos) no lejana y me dijo: 'No me suicidar¨¦ en la c¨¢rcel", cuenta Zuoxiao Zuzhou.
Ai Weiwei no ha sido el ¨²nico creador en el punto de mira del Gobierno. El 20 de marzo, docenas de artistas participaron en una exhibici¨®n en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Pek¨ªn, en la que algunas de las obras alud¨ªan a la falta de libertad de expresi¨®n y a las manifestaciones jazm¨ªn (en referencia a las revoluciones ¨¢rabes). D¨ªas despu¨¦s, tres de ellos -Huang Xiang, Zhui Hun y Cheng Li- fueron detenidos por "provocar alboroto" y un cuarto, Guo Gai, lo fue probablemente por haber tomado fotos durante la exhibici¨®n. Liu Xiaoyuan, un abogado que hab¨ªa asesorado a la familia de Ai Weiwei y hab¨ªa dicho que "por supuesto" le representar¨ªa si se lo ped¨ªan, desapareci¨® tambi¨¦n el 14 de abril. El martes pasado fue liberado.
"Todo artista tiene que hacer frente a sus responsabilidades y no olvidar los problemas sociales. Me gusta el arte de Ai Weiwei y lo respeto. Pienso que es honesto y ha ayudado a mejorar el arte en China. Pero el Gobierno quiere que las cosas cambien poco a poco, y no quiere que nadie le se?ale. Las actividades de Ai Weiwei son radicales, y esto hace sentirse inseguro al Gobierno. Le preocupa que Ai pueda encender la mecha y provocar disturbios sociales", dice un artista, que cobra un salario de las autoridades por pintar ¨®leos y pide que no se cite su nombre.
Los llamamientos, en febrero pasado, a realizar en China concentraciones jazm¨ªn, efectuados por una p¨¢gina web en Estados Unidos, fueron recibidos con un refuerzo de la censura en Internet y una contundente respuesta policial. Las convocatorias instaban a los chinos a pasear sin pronunciarse ni identificarse en lugares c¨¦ntricos de ciudades de todo el pa¨ªs. Pocos se atrevieron, aunque el car¨¢cter invisible de la protesta hizo imposible saber el grado real de participaci¨®n.
La detenci¨®n de Ai ha provocado un profundo rechazo entre la comunidad art¨ªstica tanto dentro como fuera de China, y podr¨ªa ser contraproducente para el partido. La mayor¨ªa de los artistas en el pa¨ªs asi¨¢tico han vivido hasta ahora de espaldas a la realidad social, m¨¢s interesados en ganar dinero que en la pol¨ªtica.
Los seguidores de Ai han difundido decenas de miles de mensajes en Internet pidiendo su liberaci¨®n, a pesar de que su nombre est¨¢ bloqueado en microblogs (servicios de mensajes cortos) como Sina Weibo. La alternativa utilizada para su nombre -ai weilai (amo el futuro), que suena tambi¨¦n como 'quiero que Ai Weiwei vuelva'- ha sido censurada igualmente.
"Ahora, m¨¢s artistas se han vuelto hacia ¨¦l y le han mostrado un fuerte apoyo", asegura Gao Zhen. "Como artista, no es posible encerrarte ¨²nicamente en tu estudio. Tienes que prestar atenci¨®n a la sociedad", dicen los dos hermanos, cuya obra est¨¢ marcada por la cr¨ªtica y la iron¨ªa, como revelan su serie de esculturas llamadas Miss Mao -bustos de rostro redondo, con el pelo caracter¨ªstico del fundador de la Rep¨²blica Popular China, grandes pechos y nariz de Pinocho- o sus cuadros sobre arrestos de prostitutas. "Los artistas somos parte de la sociedad, y tenemos un deber como ciudadanos", afirma Gao Zhen.
Wang Jiabin, un dise?ador gr¨¢fico de 26 a?os y guitarrista de rock, coincide. "Todo es abierto en China, todo es libre, puedes hacer lo que quieras, mientras gire alrededor del renminbi (la moneda china). Pero los j¨®venes nos sentimos muy deprimidos por la falta de libertad de expresi¨®n. ?Por qu¨¦ en China no se permiten las protestas? Me gustar¨ªa organizar un concierto para decir a los j¨®venes que tienen que mostrar su conciencia ciudadana, como hace Ai Weiwei. Hay que actuar, no basta s¨®lo con mostrar enojo en Internet. Si Ai Weiwei ha sido detenido por evadir impuestos y bigamia, la mitad de los funcionarios del Gobierno deber¨ªa estar en la c¨¢rcel", dice durante una visita a una galer¨ªa de 798.
Quienes han intentado movilizarse se han dado de bruces con la polic¨ªa. Seg¨²n los hermanos Gao, la cantante Wu Hongfei intent¨® organizar una fiesta llamada ai weilai, pero fue citada por la polic¨ªa, quien le advirti¨® que la cancelara. Otro artista fue detenido un par de d¨ªas por convocar a trav¨¦s de Internet una concentraci¨®n de apoyo a Ai en 798. "Los artistas y otra gente en China trabajamos en el filo de la navaja. ?Har¨¢ la detenci¨®n de Ai Weiwei a los artistas m¨¢s valientes o m¨¢s d¨¦biles? No lo s¨¦", afirma Gao Zhen. "Aquellos que tienen un pensamiento s¨®lido como Ai Weiwei no se asustar¨¢n. Pero el mercado del arte no est¨¢ ahora en buen momento, y los artistas est¨¢n preocupados por la econom¨ªa", dice el pintor que trabaja para el Gobierno.
La fundaci¨®n Guggenheim, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), la Tate Modern, la Asociaci¨®n de Directores de Museos de Arte y otras instituciones de todo el mundo han lanzado una campa?a de apoyo a Ai, que hasta el mi¨¦rcoles pasado hab¨ªa recogido cerca de 94.000 firmas. El domingo pasado, se produjeron protestas ante embajadas y consulados de China en Europa, Estados Unidos y Australia para pedir su liberaci¨®n.
Ai Weiwei es hijo de Ai Qing, poeta que se uni¨® a la revoluci¨®n de Mao Zedong, aunque m¨¢s tarde fue acusado de derechista y fue desterrado a la regi¨®n occidental de Xinjiang. Weiwei permaneci¨® en Xinjiang hasta que finaliz¨® la escuela. De regreso en Pek¨ªn, realiz¨® estudios en el Instituto de Cinematograf¨ªa, y en 1979 fue uno de los fundadores del colectivo de artistas Stars (Xingxing). Dos a?os despu¨¦s, se fue a Estados Unidos. All¨ª, se empap¨® de arte occidental. Le interesaron especialmente el dada¨ªsmo y el minimalismo. En 1993, regres¨® a Pek¨ªn, donde actu¨® como catalizador de la comunidad art¨ªstica.
Es uno de los pocos creadores en China que se atrev¨ªan a elevar la voz contra el partido, lo que, seg¨²n algunos cr¨ªticos, incluidos artistas, le granjeaba las simpat¨ªas de Occidente y elevaba su cotizaci¨®n en el mercado. Cuando se les pregunta a los hermanos Gao c¨®mo se sienten por la detenci¨®n de Ai, contestan: "Su situaci¨®n y la nuestra eran similares. Nuestro trabajo art¨ªstico es incluso m¨¢s cr¨ªtico que el suyo, pero su activismo lo ha colocado en una posici¨®n peor. Nunca sabes lo que puede ocurrir. El otro d¨ªa nos llam¨® un amigo y nos pregunt¨® si a¨²n est¨¢bamos en Pek¨ªn. Pens¨® que, como hab¨ªan detenido a Ai Weiwei, tambi¨¦n nos hab¨ªan detenido a nosotros. Nunca hemos escondido nuestras opiniones. Y tenemos que estar preparados. Porque aunque la Revoluci¨®n Cultural s¨®lo ocurri¨® una vez, el Gobierno est¨¢ en continuo modo de revoluci¨®n, arrestando activistas", dice este d¨²o, cuyas exposiciones han sido censuradas con frecuencia. "En China, puedes criticar todo, menos al partido comunista", asegura Gao Zhen. "No puedes tocarle el culo al tigre", a?ade Gao Qiang.
Varios pa¨ªses, incluidos Alemania, Reino Unido y Estados Unidos han pedido la liberaci¨®n de Ai Weiwei, que ha acusado en el pasado a Occidente de tolerar la falta de derechos humanos en China. Catherine Ashton, responsable de pol¨ªtica Exterior de la Uni¨®n Europea, se ha mostrado "profundamente alarmada" por el arresto del artista y otros activistas y por "el deterioro de los derechos humanos" en el pa¨ªs asi¨¢tico.
El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, eludi¨® el tema en sus encuentros con mandatarios de Pek¨ªn durante su reciente viaje a China. Preguntado por qu¨¦ no hab¨ªa mencionado los derechos humanos o por qu¨¦ no se hab¨ªa interesado por Ai Weiwei, quien ha expuesto su obra tanto en Madrid como Barcelona, Zapatero se limit¨® a decir que ese no era el motivo de su visita. Responsables del Gobierno volvieron a utilizar el argumento habitual de que en esos asuntos es mejor que haya "una sola voz", la de la Uni¨®n Europea.
Ai ha ligado su obra a la situaci¨®n en su pa¨ªs, en un intento de animar a la gente a que se implique m¨¢s en la sociedad. Defiende que todo artista tiene una responsabilidad, y que asumirla es la ¨²nica posibilidad de "traer la democracia a China". Pero, para ello, es necesario, asegura, "ser capaz de cuestionarse, colocarse en una posici¨®n dif¨ªcil y quedarse con las manos completamente vac¨ªas". ?l lo ha hecho. -
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