Hollywood echa al hijo de Gadafi

Ondi Timoner es una reputada directora de documentales, ganadora por partida doble del Festival de Sundance y con muchos amigos en Hollywood. A Timoner se le debi¨® quedar cara de tonta cuando hace unas semanas recibi¨® una llamada de Saadi Gadafi. El hijo del dictador contactaba con ella para ofrecerle un trabajo que no pod¨ªa rechazar: un documental sobre su padre. La realizadora contar¨ªa con todas las facilidades y ser¨ªa tratada a cuerpo de rey. Naturalmente ten¨ªa que desplazarse a Libia para operar desde el terreno.

Timoner se lo est¨¢ pensando (de hecho a¨²n no hay noticias de su respuesta) pero parece que los posibles fondos para el proyecto est¨¢n ahora en una especie de limbo financiero del que no parece que vayan a salir pr¨®ximamente. Gadafi hijo, exjugador de f¨²tbol, mecenas art¨ªstico (o eso dice ¨¦l) y hombre de muchas caras, est¨¢ obsesionado con el mundo del cine y por eso en julio de 2009 se asoci¨® con un productor llamado Matty Beckerman (del que bien poco se sabe) para fundar una compa?¨ªa con base en California y dedicada a la producci¨®n de pel¨ªculas de presupuesto medio.

Su productora ten¨ªa un presupuesto de 68 millones de euros

El plan original del v¨¢stago era dar luz verde a una veintena de pel¨ªculas cuyo montante no pod¨ªa superar los 10 millones de euros cada una. Para empezar Saadi Gadafi aport¨® un capital de 68 millones de euros (100 millones de d¨®lares), y con una peque?a parte del dinero en 2010 lanzaron su primera pel¨ªcula, The experiment, un remake del estupendo largometraje alem¨¢n El experimento. El t¨ªtulo pas¨® sin pena ni gloria por los cines estadounidenses a pesar de un reparto encabezado por Forest Whitaker y Adrien Brody. En Espa?a no se ha estrenado... ni se la espera.

Aun as¨ª parece que el libio y su socio no quedaron del todo escarmentados, y que decidieron seguir adelante con su plan original. El problema es que cuando se corri¨® la voz de qui¨¦n estaba tras Natural Selection (curioso nombre de la productora del norteafricano) Hollywood se cerr¨® en banda. Nadie quer¨ªa trabajar con el hijo de un se?or que viaja con un s¨¦quito de cincuenta v¨ªrgenes y tampoco ayud¨® el hecho de que Saadi Gadafi proclamara abiertamente su antisemitismo y que compartiera con su padre las extravagancias propias de los ricos pasados de vueltas.

La cuesti¨®n es que la cosa estaba dif¨ªcil para los negocios en la tierra de los sue?os... hasta que Muamar el Gadafi decidi¨® sacar los tanques para acallar las protestas de sus conciudadanos. A la comunidad internacional tom¨® cartas en el asunto y una de las primeras decisiones tomadas fue congelar todos los bienes y cuentas del dictador repartidos por medio mundo. Naturalmente los cien millones de d¨®lares del hijo del s¨¢trapa entraron en el lote y de la noche a la ma?ana ¨¦ste se encontr¨® sin pel¨ªculas, sin amigos y -lo que es peor para el cine- sin dinero.

El productor Beckerman est¨¢ buscando un socio nuevo, se supone que m¨¢s normal. Saadi Gadafi ha sido invitado a volverse por donde vino y parece poco probable que la aventura llegue a ning¨²n puerto m¨¢s que no sea libio. Eso s¨ª, ni siquiera en Hollywood hab¨ªan visto 100 millones de d¨®lares desaparecer tan r¨¢pido.