M¨¢s lunes al sol

En tiempos de crisis como el presente, en los que cada d¨ªa alguna noticia econ¨®mica o empresarial provoca ¨ªmpetus incendiarios, el cine pol¨ªtico-social debe demostrar su valor de denuncia, su valor did¨¢ctico y, por qu¨¦ no, su valor terap¨¦utico. Pero, eso s¨ª, huyendo del panfleto, ya sea ideol¨®gico o moral, porque si no nos estaremos armando con balas de fogueo. El reciente documental Inside job puede ser un ejemplo de denuncia did¨¢ctica, y The company men, aun con sus imperfecciones, un buen retrato de hasta d¨®nde llega el hundimiento econ¨®mico: hasta las m¨¢s altas esferas, hasta los que nunca pensaron que las pod¨ªan pasar canutas. Una pel¨ªcula que, a pesar de la cruda realidad, deja un esperanzador poso para un cargamento de vidas abocadas al barro, escondidas tras las cifras macroecon¨®micas y los sempiternos (y enervantes) titulares de que tal o cual empresa ha ganado equistantoporciento menos que el a?o anterior.

"?Qu¨¦ les dir¨¦ a mis hijos si con el mismo empleo voy a tener que trabajar muchas m¨¢s horas?", pregunta una mujer a la que su jefe est¨¢ pidiendo un esfuerzo extra despu¨¦s de quedarse la plantilla en cuadro por los despidos. "Que tienes suerte por poder conservar tu trabajo...", responde el gerifalte. The company men habla no solo de injusticias laborales, tambi¨¦n del orgullo mal entendido de ciertos trabajadores, del empe?o de algunos miembros de la familia por conservar la fachada de su estatus social a toda costa, de que llega un momento en que hay que comerse la soberbia, bajar a la mina a picar piedra (metaf¨®ricamente hablando) y dejar de esperar a que alguien nos saque a flote. El ¨²nico problema de la pel¨ªcula es que la insustancialidad de su director, John Wells, veterano realizador de televisi¨®n en su primer largo, provoca en algunos momentos cierto tufo a olvidable telefilme. Una sensaci¨®n que, de todos modos, se evapora gracias a la potencia de un reparto inmenso de grandes int¨¦rpretes.