La empresa de un dirigente del PP explot¨® a una inmigrante

Debajo del logo de la p¨¢gina web de Senior Santiago figura el lema Vivir en buena compa?¨ªa. Se trata de una empresa que ofrece "todo tipo de servicios asistenciales en el hogar, destinados a mejorar la calidad de vida de nuestros mayores, tales como: alimentaci¨®n, cuidado e higiene, acompa?amiento, apoyo a la movilidad...". La compa?¨ªa, cuyo accionista ¨²nico, Eduardo Julio Sim¨®n Teijeiro, es vocal del comit¨¦ ejecutivo del PP de Santiago, funciona como mediadora entre los trabajadores del sector y las personas que buscan un asistente. Senior, SL recibe el dinero de la empleadora, paga al empleado, su seguridad social y obtiene una comisi¨®n por la operaci¨®n. Pero en el caso de una trabajadora peruana inmigrada en Santiago, la pr¨¢ctica no confirm¨® la teor¨ªa.

La firma lleg¨® a negar que la mujer hubiera trabajado para ella, asegura

Esta mujer hab¨ªa llegado a territorio espa?ol con la documentaci¨®n en regla hace tres a?os. A trav¨¦s de la contrataci¨®n en origen, hab¨ªa conseguido un empleo como camarera en un hotel. Al caducar esa autorizaci¨®n y perder el puesto, qued¨® en situaci¨®n irregular. Fue entonces cuando, a finales de 2009, encontr¨® trabajo mediante Senior Santiago. Durante un mes y algunos d¨ªas cubrir¨ªa las vacaciones de otra persona al cuidado de una pareja en la que el hombre sufr¨ªa alzh¨¦imer y p¨¢rkinson y la mujer, principio de alzh¨¦imer. La inmigrante pact¨® el empleo, que desempe?¨® entre el 2 de enero y el 5 de febrero de 2010, por 950 euros al mes y un plus por cada d¨ªa m¨¢s.

La compa?¨ªa conoc¨ªa la situaci¨®n irregular de la trabajadora, asegura esta, quien pensaba que la empresa se lo hab¨ªa comunicado a la empleadora, hija del matrimonio enfermo. Senior ofrec¨ªa aparantemente servicios con trabajadores regulares. Pero no. Solo en la mitad de aquel mes, la mujer que hab¨ªa solicitado los servicios de Senior descubri¨® que el dinero que ella pagaba a la firma por la cuota de la seguridad social de la asistente no llegaba a las arcas del Estado: la trabajadora no pod¨ªa estar afiliada al r¨¦gimen general de trabajadores al carecer de papeles. La empleadora, que, seg¨²n la trabajadora, la apoy¨® en todo momento, se dirigi¨® al empresario contrariada por los hechos.

D¨ªas despu¨¦s, la empresa llam¨® a la empleada inmigrante para anunciarle que no iba a cobrar los 1.200 euros que le adeudaba. Seg¨²n recuerda, porque "no hab¨ªa dinero para pagar". Acto seguido, en su versi¨®n, el due?o de Senior le espet¨®: "?Y t¨² por qu¨¦ ten¨ªas que decirle a la se?ora que no ten¨ªas papeles? Hemos perdido a un cliente". La v¨ªctima rompi¨® a llorar. El empresario le extendi¨®, entonces, un cheque por 20 euros, que la trabajadora rechaz¨®.

La mujer inmigrante entr¨® en contacto con C¨¢ritas Santiago y el Foro de Inmigraci¨®n. Durante meses, asesorada por estas asociaciones, continu¨® llamando a Senior para conseguir su sueldo. Las respuestas, constatan fuentes del foro, eran de lo m¨¢s variopinto, desde negar que la mujer hubiera trabajado para la firma hasta que la empresa hab¨ªa cambiado de gesti¨®n y no encontraba su ficha. Ante la ausencia de resultados y la abundancia de negaciones, evasivas y desplantes, las ONG contactaron con los sindicatos.

Ayer, un piquete de la Central Unitaria de Traballadores (CUT) ocup¨® la sede de Senior, en la calle General Pardi?as de Santiago. Al final de una negociaci¨®n, y con presencia de efectivos de la polic¨ªa nacional, el empresario Eduardo Sim¨®n Teijeiro se avino a realizar el pago de 1.000 euros antes de dos d¨ªas. Han pasado un a?o y tres meses desde que la trabajadora finaliz¨® su labor.

Este peri¨®dico no consigui¨® ponerse ayer en contacto con el due?o de Senior para conocer su versi¨®n.