Un alma buena
Narrativa. Este es el relato de un hombre que prev¨¦ su muerte. Es un anciano de setenta a?os, pastor de una comunidad presbiteriana en un peque?o pueblo en el Estado de Iowa, en el coraz¨®n de la Am¨¦rica profunda. Sus habitantes son gente sencilla que pertenecen a distintas comunidades religiosas, ignorantes del mundo exterior a su terru?o, mundo del cual prescinden sin dificultad. John Ames es hijo y nieto de predicadores y, sabiendo que se encuentra en los ¨²ltimos a?os de su vida y enfermo del coraz¨®n, escribe una larga carta a su hijo de siete a?os, engendrado con una esposa mucho m¨¢s joven. "Nunca cre¨ª que ver¨ªa a una esposa m¨ªa idolatrando a un hijo m¨ªo. Todav¨ªa me asombra cada vez que lo pienso. Escribo esto, en parte, para decirte que si alguna vez te preguntas qu¨¦ has hecho en tu vida, y todo el mundo se lo pregunta en un momento u otro, sepas que has sido para m¨ª la gracia de Dios, un milagro, algo m¨¢s que un milagro. Tal vez no me recuerdes muy bien y quiz¨¢ no te parezca gran cosa haber sido el hijo querido de un viejo en un pueblecito de mala muerte que, sin duda, habr¨¢s dejado atr¨¢s".
Gilead
Marilynne Robinson
Traducci¨®n de Montserrat Gurgu¨ª
y Hern¨¢n Sabat¨¦
Galaxia Gutenberg . Barcelona, 2011
216 p¨¢ginas. 18,90 euros
A su vez, la carta es, tambi¨¦n, un largo interrogatorio sobre el sentido de su propia vida y por aqu¨ª es por donde el texto, adem¨¢s de ser tan bellamente emotivo, alcanza verdadera grandeza. Es la historia de un alma buena y sin doblez; que, dicho sea de paso, es uno de los personajes m¨¢s dif¨ªciles de componer pues todos sabemos que la bondad no es una virtud dram¨¢ticamente rentable. La imagen de aislamiento de este hombre que se interroga constantemente no es la de una mente embotada sino la de un ser activo que carece de recursos pero no de deseos, como puede verse: "Yo desear¨ªa, sin embargo, poder permitirme la adquisici¨®n de libros nuevos. Tengo principalmente de teolog¨ªa y libros antiguos de viajes, de antes de las guerras. Estoy seguro de que muchos tesoros y monumentos sobre los que ahora disfruto leyendo no existen siquiera". En realidad, la vida que lleva es elecci¨®n suya porque tiene un hermano, Edward, que ha salido del estrecho lugar donde John vive y se ha convertido en un profesional integrado en la sociedad. Sin embargo, cuando en sus recuerdos aparecen el belicoso abuelo, pastor abolicionista, y su propio padre, con el cual emprende una ¨¦pica b¨²squeda de la tumba del abuelo en Kansas (una peregrinaci¨®n atroz que recuerda por su dureza y miseria el deambular de los blancos pobres durante la Gran Depresi¨®n), comprendemos que el apego a la vida asc¨¦tica es una elecci¨®n de la soledad del alma y tambi¨¦n una forma de orgullo.
La importancia afectuosa de las cosas de la vida cotidiana se convierte en el catalizador de una vida aislada cuya supervivencia se debe a su sensibilidad. Lo mismo sucede en su relaci¨®n con la realidad que se produce siempre a trav¨¦s de su relaci¨®n con la religi¨®n. Y, por fin, su aceptaci¨®n de la vida como es incluye la comprensi¨®n, trufada de unos celos que no quisiera sentir, cuando ve al hijo de su ¨²nico gran amigo, el pastor metodista Boughton, acercarse a su mujer y a su hijo y ve la simpat¨ªa que ¨¦stos le demuestran; es una de las secuencias cumbre de la novela y un momento clave de la composici¨®n del personaje. Todo el pensamiento religioso de John Ames es una constante justificaci¨®n de s¨ª mismo, tanto de su ser en s¨ª como de su existencia en el mundo y, en este sentido, la religiosidad que impregna el libro tiene un papel principal. A partir de ah¨ª, ¨¦l trata de entender y ordenar su experiencia y transmitirla al hijo. Cuando piensa en Edward se da cuenta de que ¨¦l, John Ames, es el hijo que permanece en la casa del padre de la par¨¢bola evang¨¦lica. De tal convicci¨®n dan fe estas palabras que lo definen a la perfecci¨®n: "Soy uno de esos justos por quienes el regocijo en el cielo ser¨¢ relativamente contenido".
Esta historia de un hombre justo, narrada en su propia voz con una elocuencia admirable, revela tambi¨¦n el fondo tradicional del pensamiento de su autora, una mujer extremadamente inteligente y expresiva que culmina con esta obra el trabajo de m¨¢s de veinte a?os y nos regala una inesperada obra maestra sobre asuntos de profunda trascendencia acerca del ser y el sentido, servidos por un personaje perdido y hallado en la m¨¢s rancia Am¨¦rica rural, cuya humildad y bondad s¨®lo pueden compararse a su extraordinaria fortaleza vital y a su emocionante humanidad.
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