360 grados a Oates

Memorias. No basta con estar en el mundo. Ni ser lo que se sea en ¨¦l. El ser y el estar hay que vivirlo y aprender de ellos, con ellos y sobre ellos. Esa es una de las lecciones que transmite en su nuevo libro Joyce Carol Oates (Nueva York, 1938). Estas Memorias de una viuda son un autorretrato personal, ¨ªntimo, literario y filos¨®fico, surgido tras la muerte de su marido, el editor Raymond Smith, en 2008. Una pieza sobre la incertidumbre y el dolor ante la perdida y la ausencia; de c¨®mo levantar la propia existencia mientras todo parece desmoronarse a su alrededor. Memorias de una viuda tiene un lugar especial en la prol¨ªfica trayectoria de Oates (m¨¢s de cien libros en todos los g¨¦neros) al alzarse sobre muchos de sus libros, no solo por la calidad literaria di¨¢fana y certera de ver o interpretar personajes y situaciones, y donde ella, a su pesar, es el centro de la narraci¨®n, sino por la lecci¨®n que nos ofrece. Ella levanta a cara descubierta una cartograf¨ªa de sus emociones y sentimientos ante un profundo dolor. Esa es la mujer, el ser humano. Ahora, al margen de intimidades, el libro sirve de campo de observaci¨®n y revelaci¨®n de c¨®mo la escritora convierte todo eso en literatura. Acercamiento a la materia prima de su creaci¨®n. Es el arte de vivir entrelazado, de manera natural, con reflexiones sobre el arte de conjugar existencia y escritura. Y la ausencia. Y su presencia hecha de recuerdos y evocaciones. Y ternura, dolor, iron¨ªa, desconcierto, cr¨ªtica, sarcasmo, humor, enfado, silencio, preguntas, quejas, amor..., y toda la gama de sensaciones, posturas y actitudes que suelen acompa?arnos a lo largo de la vida. Aqu¨ª condensada en un par de a?os. Una especie de manual de supervivencia y compostura y valent¨ªa. No en vano una de las frases de Oates es: "Me he mantenido viva", lo que califica como el primer deber mortuorio que tiene una viuda en el primer aniversario de la muerte de su marido. As¨ª de claro y doloroso. Victorioso. Es la traves¨ªa para recuperar el pulso de vivir. Por todo eso es uno de los libros necesarios de Joyce Carol Oates. Adem¨¢s de lograr que el lector se reconozca en sus p¨¢ginas. Y, claro, la autora es fiel a s¨ª misma y mira m¨¢s all¨¢ de su duelo e incorpora, contin¨²a, con su an¨¢lisis sociol¨®gico, pol¨ªtico y hasta psicol¨®gico de su pa¨ªs y los males que incuba. El resultado es un sosegado acercamiento de casi 360 grados a una escritora esencial que siempre sorprende, a pesar de sus m¨¢s de cien libros, y que entre los ¨²ltimos figuran La hija del sepulturero y Ave del para¨ªso.