Agarrados a una espada
Canal + estrena la serie 'Juego de Tronos', un universo de reyes y guerreros basado en el ¨¦xito de George R. R. Martin

Se abre el tel¨®n y empieza el invierno. La ¨¦pica se convierte en un animal decr¨¦pito, los castillos no relucen bajo el sol y las espadas no han sido forjadas en parajes de leyenda: por fin ha llegado Juego de Tronos. La densidad de la literatura de George R. R. Martin se ha trasladado con fidelidad y brillantez al universo televisivo, de la mano de -la casi siempre sabia- HBO y la oscuridad que se esconde en sus p¨¢ginas, donde casi todos parecen tener segundas y terceras intenciones, alcanza en la peque?a pantalla momentos de aut¨¦ntica maestr¨ªa.
Canal + estrena este lunes a las 22.00 la gran apuesta cat¨®dica de la temporada, una serie que abraza un mundo lleno de reyes y traidores (a veces ambas cosas a un tiempo), guerreros y princesas con la convicci¨®n del que se sabe capaz de hacerlo. No eran pocos los que tem¨ªan que nadie ser¨ªa lo suficientemente atrevido para llevar a buen puerto la obra de Martin, que 17 millones de libros despu¨¦s, se ha convertido en la saga fant¨¢stica m¨¢s seguida de la historia (con permiso de El se?or de los anillos, cuyo trono no est¨¢ en cuesti¨®n). La cuesti¨®n es que HBO ha decidido ir por partes y atacar la primera entrega con todo el armamento disponible. La escenograf¨ªa, completada por unos magn¨ªficos efectos especiales, es magistral; el vestuario, adaptado a cada una de las -cuatro- tramas que persigue la serie en el episodio piloto, es un aut¨¦ntico diccionario de la excelencia; el reparto, encabezado por un descomunal Sean Bean (Eddard Stark) y punteado por la deslumbrante Emily Clarke (la princesa Daenerys), recita sus di¨¢logos como si hubieran pasado la vida viviendo en los Siete Reinos o patrullando por el Muro. Ese muro que los separa de un enemigo cada vez menos invisible.
Un arranque de sexo y sangre da pie a la reflexi¨®n sobre la supervivencia
Actores como Mark Addy (el rey Robert Baratheon) o Peter Dinklage (Tyrion Lannister) son capaces de otorgar a su personaje un plus de humanidad ciertamente desarmante: el primero en su rol de rey crepuscular, sometido a las inclemencias de la corte; el segundo, aportando una dosis de comedia que consigue rebajar ligeramente la espesura dram¨¢tica de un relato donde el hierro parece ser la ¨²nica soluci¨®n a todos los problemas.
Desde los t¨ªtulos de cr¨¦dito se advierte que el aficionado no quedar¨¢ defraudado por la magnitud de la empresa. Juego de tronos desaf¨ªa cualquier convenci¨®n erigi¨¦ndose -por ambici¨®n- en lo m¨¢s prometedor de la temporada televisiva estadounidense (y, por ende, mundial). Su profundidad y calado, que empieza con un poderoso despliegue de sangre y sexo (incluyendo una decapitaci¨®n de terribles efectos secundarios), deja pronto paso a una intensa reflexi¨®n sobre los mecanismos de supervivencia y los laberintos de la pol¨ªtica en una ¨¦poca en la que pocos litigios se resolv¨ªan con ausencia de violencia. Si a ello se le suma el punto de fantas¨ªa necesario (y que adquiere plena vigencia a lo largo de la trama) nos encontramos con un producto pr¨¢cticamente perfecto que adapta el primer libro de una saga de cinco.
Martin, como no pod¨ªa ser menos, ha supervisado todo el proceso, escrito un cap¨ªtulo de la primera temporada y revisado cada gui¨®n de la serie. Los guionistas, David Benioff y D.B.Weiss, se aseguraban de esta manera que la esencia de la obra no se les escurriera entre las manos. A juzgar por el resultado lo han conseguido y hasta han tenido su premio: Juego de tronos ya ha sido renovada para una segunda temporada.
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