Dos tazas del modelo Alzira (y m¨¢s que est¨¢n por venir)
EL PP consolida la gesti¨®n privada de la sanidad p¨²blica
Hace cuatro a?os, la gesti¨®n privada de los servicios p¨²blicos de salud se extend¨ªa sobre 400.000 personas (los vecinos de los departamentos de Alzira y Torrevieja). Con la puesta en marcha de los hospitales de D¨¦nia (2009), Manises (2009) y Elche (2010), la cifra ya ronda el mill¨®n, lo que supone el 20% de la poblaci¨®n del territorio valenciano. Nadie en Espa?a ha ido tan lejos en la atenci¨®n sanitaria mediante la f¨®rmula de la concesi¨®n administrativa.
El gran hito sanitario que se ha esforzado en vender la Generalitat durante los ¨²ltimos meses ha sido la inauguraci¨®n del nuevo macrohospital La Fe de Valencia, sobre el que ha centrado los focos de toda su propaganda. Pero si hay alguna caracter¨ªstica que puede definir la legislatura (2007-2011) ha sido la consolidaci¨®n de las f¨®rmulas de colaboraci¨®n p¨²blico-privadas -expresi¨®n del agrado de la Generalitat- cuyo estandarte es el denominado modelo Alzira. Eufemismos al margen, se trata de seguir partiendo pedazos de la tarta de la sanidad p¨²blica para ceder su gesti¨®n al sector privado y que sean empresas las que se ocupen (y enriquezcan) de la atenci¨®n sanitaria integral (desde el m¨¦dico de cabecera a la atenci¨®n hospitalaria) de los ciudadanos.
El escenario de fin de legislatura augura cambios de calado
Con D¨¦nia, Manises y Elche, la f¨®rmula ya cubre al 20% de la poblaci¨®n
El modelo Alzira no parece haber resuelto la falta de financiaci¨®n
El hito sanitario que ha vendido la Generalitat es la nueva La Fe
Camps ha anunciado que el futuro pasa por m¨¢s iniciativa privada
Las may¨²sculas tensiones financieras est¨¢n en primer plano
En contra de lo que ha sucedido con las sucesivas inauguraciones de La Fe (un carrusel que amenaza con seguir, pues a¨²n falta la apertura oficial), esta ofensiva privatizadora ha pasado bastante inadvertida. Frente a las pol¨¦micas vividas en autonom¨ªas como la madrile?a, apenas ha habido ruido sindical en la apertura de los ¨²ltimos hospitales. Se ha tratado de una operaci¨®n tan discreta que apenas hay distintivos de las empresas que gestionan los hospitales en estos centros, por lo que la mayor¨ªa de los pacientes que acuden a ellos no saben qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de sus cuidados.
Este aspecto comparte protagonismo con los may¨²sculos problemas financieros que ha tenido la sanidad p¨²blica. Atr¨¢s quedan los tiempos de las grandes crisis sanitarias, ya sea el masivo contagio de hepatitis C, las muertes por dializadores en mal estado o los irreductibles brotes de legionela de Alcoi de pasadas legislaturas. El susto corri¨® a cargo de la irrupci¨®n de la gripe A en la primavera de 2009, una amenaza -finalmente diluida- que exigi¨® un ingente esfuerzo organizativo de todas las autonom¨ªas y que demostr¨® que las pol¨ªticas sanitarias coordinadas pueden funcionar muy bien.
Con permiso de Alzira, el primer plano de la actualidad lo ocupan ahora las fuertes tensiones que sufre la caja de la consejer¨ªa. Sanidad nunca se hab¨ªa retrasado tanto como en el pasado mes de abril en hacer frente al pago a los farmac¨¦uticos por las recetas de la Seguridad Social. Y nunca un colectivo local, como ha hecho la Plataforma de Proveedores de Sanidad, se hab¨ªa movilizado para denunciar abiertamente la crisis de las cuentas p¨²blicas como hizo a finales del pasado mes de marzo el citado colectivo al advertir del riesgo "real" de falta de suministro, la situaci¨®n de hospitales con un 20% de dinero en caja respecto al a?o anterior o que hab¨ªa facturas en los cajones que entre 2009 y 2010 sumaron 1.300 millones de euros.
Es verdad que el d¨¦ficit sanitario no es algo nuevo. Ni de este a?o, ni de esta legislatura. Ha llegado a formar parte de la costumbre que, de forma sistem¨¢tica, a final de a?o los gastos de la Consejer¨ªa de Sanidad superen de largo el presupuesto. Y, mientras tanto, parec¨ªa que a nadie del Gobierno valenciano le importaba demasiado. En 2009, por ejemplo, los 5.659 millones de euros presupuestados se rebasaron holgadamente y se gastaron 6.421 (762 millones de euros de n¨²meros rojos). Tambi¨¦n es cierto que el d¨¦ficit sanitario es com¨²n a todas las autonom¨ªas y, en general, representa entre el 10% y el 15% de los presupuestos. Y que tiene bastante que ver con factores como el envejecimiento de la poblaci¨®n o el coste creciente de la tecnolog¨ªa sanitaria y los medicamentos.
Pero la Comunidad Valenciana se ha distinguido por contribuir a esta deuda de forma especial. Si entre los a?os 2003 y 2007 (la primera legislatura de Francisco Camps al frente del Gobierno valenciano) en toda Espa?a se acumularon 10.843 millones de d¨¦ficit, la Generalitat fue responsable de 2.764 millones, nada menos que el 25% de toda la deuda estatal de sanidad, seg¨²n un informe de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea), uno de los pocos que han abordado al detalle esta cuesti¨®n.
El final de la legislatura que termina parece coincidir con el momento en el que la bola de nieve de la deuda sanitaria (sumada al resto de n¨²meros rojos que ha generado la Generalitat) ha engordado tanto por la suma de ejercicios deficitarios que est¨¢ a punto de llegar al final de su recorrido y amenaza con estallar. Los retrasos en el pago a las farmacias o los proveedores ser¨ªan un s¨ªntoma de esta situaci¨®n.
Este escenario de fin de legislatura augura cambios de calado para hacer frente a una situaci¨®n cuya soluci¨®n se ha ido postergando a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas (el Informe Abril ya plante¨® la cuesti¨®n en 1990) y que est¨¢ a punto de llegar a ser insostenible debido a la crisis econ¨®mica.
Preguntado sobre la necesidad de tomar medidas y realizar reformas, el consejero de Sanidad, Manuel Cervera, insisti¨® recientemente en la idea que ha repetido los ¨²ltimos a?os como una letan¨ªa: es necesario un gran pacto estatal entre los dos grandes partidos que garantice una gesti¨®n m¨¢s eficiente de los recursos y combata la deuda.
Cervera sostiene que gran parte del d¨¦ficit sanitario valenciano tiene que ver con que el sistema de financiaci¨®n penaliza a la Comunidad Valenciana al no contemplar toda su poblaci¨®n. Pero adem¨¢s de mayores fondos, este acuerdo exigir¨ªa un esfuerzo de coordinaci¨®n, por ejemplo, en la oferta de la cartera de servicios
En todo caso, no hay ninguna garant¨ªa de que este pacto pueda llegar a ser una realidad. Si no tomara cuerpo ?ser¨¢ la pr¨®xima legislatura la de los recortes en la sanidad valenciana si el PP revalida su mayor¨ªa absoluta? ?Habr¨¢ un anuncio similar al lanzado por la Generalitat catalana que contemplaba una reducci¨®n presupuestaria del 10%? Cuando se ha planteado esta pregunta a la Administraci¨®n valenciana, despeja a c¨®rner e insiste en la idea de la necesidad del pacto. Con el copago, el consejero valenciano es algo m¨¢s expl¨ªcito: lo rechaza porque "una medida aislada no soluciona nada".
Mientras tanto, la alternativa se basa en el llamado "modelo sanitario valenciano", cuyo m¨¢ximo exponente es el modelo Alzira. Frente a otras alternativas, el PP se decant¨® a finales del siglo pasado por una de las f¨®rmulas m¨¢s agresivas en lo que se refiere a apuesta privatizadora. No optaron por el modelo de la empresa p¨²blica, que facilita instrumentos del derecho privado que ofrecen la posibilidad de gestionar de forma m¨¢s ¨¢gil las plantillas o combatir ineficiencias e inercias que, en ocasiones, lastran la eficiencia del sistema p¨²blico, sin que los beneficios vayan a una empresa privada. O f¨®rmulas mixtas p¨²blico-privadas como las elegidas en Madrid.
La soluci¨®n fue la concesi¨®n administrativa, que el Consell vende como una f¨®rmula que le permite ahorrarse entre el 20% y el 30% del coste sanitario. No hay forma de saber si estos datos son ciertos. No hay suficientes estudios de entidades independientes que comparen la eficiencia de este modelo con la gesti¨®n p¨²blica tradicional y "hay poca transparencia en los datos que se facilitan", seg¨²n se puso de manifiesto en el pasado congreso de la Asociaci¨®n de Econom¨ªa de la Salud. Desde la oposici¨®n, sostienen que en lugar de ahorrar, esta f¨®rmula solo es ventajosa para las empresas adjudicatarias que no corren con gastos como la farmacia o la oxigenoterapia.
Las actuales dificultades financieras de la sanidad valenciana no parecen avalar la tesis de la eficiencia del modelo privatizador. Tampoco parecen suficientes las dem¨¢s medidas tomadas por Cervera, como la centralizaci¨®n de las compras o el control del gasto farmac¨¦utico. En todo caso, no parece que desde el PP haya mucha intenci¨®n de cambiar el rumbo. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ya ha anunciado que el futuro pasa por reducir la Administraci¨®n y potenciar la iniciativa privada. Hasta el punto de poner el modelo Alzira como ejemplo de gesti¨®n. Si la legislatura que se extingue ha sido la de las dos tazas del modelo, la pr¨®xima, de mantener el PP la mayor¨ªa absoluta, promete seguir por el mismo camino.
Gesti¨®n privada y d¨¦ficit
- En lugar de f¨®rmulas como las empresas p¨²blicas u opciones mixtas -la Administraci¨®n pone el personal sanitario y el sector privado aporta la restauraci¨®n, administraci¨®n, lavander¨ªa, aparcamiento, esterilizaci¨®n..., como sucede en Madrid- la Generalitat valenciana opt¨® a finales del siglo pasado por un modelo de gesti¨®n privada de la sanidad p¨²blica que se ha consolidado esta legislatura y alcanza una cobertura del 20% de la poblaci¨®n. Francisco Camps ya ha anunciado que mantendr¨¢ esta apuesta en el caso de mantener el poder.
- Junto al afianzamiento del modelo Alzira y, al margen de la inauguraci¨®n del nuevo hospital La Fe o la crisis de la gripe A que surgi¨® en la primavera de 2099, la legislatura ha estado marcada, especialmente en su tramo final, por las serias estrecheces financieras que han provocado fuertes tensiones no solo con los proveedores, sino con el sector farmac¨¦utico.
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