Tirana se triplica, Albania se vac¨ªa
El pa¨ªs m¨¢s rural de Europa hace 20 a?os, cuando cay¨® la dictadura, intenta gestionar ahora una masiva ola migratoria desde el campo hacia la capital
Basri Jashani y su esposa, Fatbardha, engrosaron el tumultuoso r¨ªo de la emigraci¨®n albanesa hace 16 a?os, cuando abandonaron el empobrecido norte del pa¨ªs para instalarse en G?rdec, en la periferia noroeste de Tirana. "Cuando llegamos, aqu¨ª hab¨ªa 10 casas", relatan, tras haber ofrecido al visitante caf¨¦, raki (un licor) y chocolate en su humilde vivienda. Con el tiempo, brotar¨ªan en la zona muchas otras. Pero, como un tr¨¢gico s¨ªmbolo del ca¨®tico proceso migratorio alban¨¦s, todas resultar¨ªan destrozadas por una tremenda explosi¨®n ocurrida en 2008. Basri y sus vecinos se hab¨ªan afincado a pocos cientos de metros de un polvor¨ªn cargado de armamento de la ¨¦poca de la dictadura.
El suceso tuvo lugar mientras se desmantelaban misiles y proyectiles, cuya p¨®lvora y componentes se revend¨ªan despu¨¦s. Una veintena de personas murieron. Al primer estallido, Fatbardha agarr¨® a cuatro hijos y se salvaron huyendo detr¨¢s de una colina. La casa en la que lo cuenta es nueva y a¨²n no acabada: la anterior qued¨® destruida y Basri, que tiene 50 a?os y es obrero de la construcci¨®n, no gana suficiente dinero para terminar la actual.
Las ciudades crecen vertiginosamente tras el fin del r¨¦gimen comunista
El episodio es una de las vertientes dram¨¢ticas de un movimiento de excepcional intensidad. Cuando cay¨® la dictadura, hace 20 a?os, Albania era probablemente el pa¨ªs m¨¢s rural de Europa. M¨¢s del 70% de sus tres millones de habitantes viv¨ªan en el campo. El r¨¦gimen establec¨ªa d¨®nde ten¨ªa que vivir cada ciudadano. Hoy, esa cuota ha bajado al 50%, y Tirana ha triplicado su poblaci¨®n, de 300.000 personas a alrededor de 900.000. Junto a la m¨¢s conocida migraci¨®n internacional, este potente oleaje migratorio interno es la fuerza que m¨¢s ha perfilado la sociedad albanesa democr¨¢tica, impulsando, por ejemplo, la emancipaci¨®n de la mujer.
La periferia de la capital sufre para metabolizar el impacto de la avalancha. Gran cantidad de feos bloques de seis u ocho plantas se suceden uno tras otro, separados por calles todav¨ªa sin asfaltar, muchas de ellas sin ni siquiera nombre. Drita, que regenta una tiendecita de productos alimentarios en uno de esos bloques, lamenta la ausencia de servicios p¨²blicos en la zona. "Los ni?os tienen que ir muy lejos al cole", dice. Buena parte de las viviendas albanesas todav¨ªa no tienen agua corriente las 24 horas del d¨ªa, explica la profesora universitaria de urbanismo Dorina Pojani.
"Esto ha sido, y en cierta medida sigue siendo, como el salvaje oeste", dice Pojani. La familia de Drita, por ejemplo, compr¨® una peque?a parcela de suelo en esta zona de pioneros. "El ¨²ltimo plan general de Tirana se aprob¨® en 1989. Por tanto, todo avanza a base de planes parciales, que dejan mucho margen a la corrupci¨®n", explica la profesora.
En un atardecer de s¨¢bado, los obreros siguen trabajando con ah¨ªnco en nuevos bloques cerca de la tienda de Drita, al oeste del centro. Aunque ahora se est¨¢ ralentizando, la construcci¨®n representa un 10% del PIB alban¨¦s, financiada en gran parte con las remesas de los emigrados al extranjero.
En las calles hay ajetreo. Sin embargo, a pesar de la animaci¨®n de la tarde de s¨¢bado, el centro comercial m¨¢s aseado de la zona languidece medio vac¨ªo. Incluso el supermercado se presenta desoladoramente desierto: pese al crecimiento medio del 5,5% anual en la ¨²ltima d¨¦cada, el PIB por habitante alban¨¦s queda en 3.600 d¨®lares. El m¨¢s bajo de Europa, seg¨²n el FMI (que no dispone del dato de Kosovo). Quiz¨¢ por eso en Tirana no han desembarcado todav¨ªa muchas cadenas comerciales europeas.
M¨¢s all¨¢ de su impacto social, el flujo migratorio tiene en Albania un especial valor pol¨ªtico: "La principal divisi¨®n en este pa¨ªs no es la ideol¨®gica entre izquierda y derecha, no es religiosa, ni territorial: es la social entre urbe y campo. Esta se traslada claramente a la pol¨ªtica", comenta el analista pol¨ªtico Remzi Lani. La izquierda domina en las ciudades; la derecha recoge el voto rural.
As¨ª fue, seg¨²n los primeros recuentos, tambi¨¦n en las elecciones municipales celebradas el domingo, a las que este y otros diarios europeos fueron invitados a asistir por el Centre for Liberal Strategies, para que la presencia de periodistas internacionales facilitara un desarrollo m¨¢s pac¨ªfico y transparente.
El gran hast¨ªo pol¨ªtico que crispa el pa¨ªs tiene consecuencias tangibles en las nuevas periferias. Basri cuenta que en su zona, dominada por los conservadores, y que est¨¢ conformada por casuchas familiares, le impidieron enchufarse a la red hidr¨¢ulica por ser ¨¦l declaradamente socialista. Sus hijas, dice entre orgullo y frustraci¨®n, nunca recibieron becas pese a tener las mejores notas de la clase. La mayor estudia en la universidad, y Basri y Fatbardha hablan de ella con una conmovedora admiraci¨®n.
La nueva generaci¨®n busca abrirse paso hacia Europa con el conocimiento. Pero para llegar simplemente al centro de Tirana hay que conducir por un destartalado callej¨®n polvoriento y cruzar un inseguro paso de ferrocarril.
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