El abismo xen¨®fobo
Han bastado poco m¨¢s de 20.000 tunecinos para poner en cuesti¨®n uno de los mayores logros de la integraci¨®n europea: la supresi¨®n de los controles fronterizos entre los Estados miembros establecida por el acuerdo de Schengen de 1985. Un dato ilustra a la perfecci¨®n hasta qu¨¦ punto Europa se dirige al abismo de la xenofobia: la supresi¨®n de controles internos entre los Estados miembros de la Uni¨®n Europea se puso en marcha en 1995 cuando, como consecuencia de la guerra de Yugoslavia, Europa ten¨ªa que hacer frente a una inmensa ola de m¨¢s de 600.000 refugiados. Solo Alemania se hizo cargo de 345.000 personas, en un esfuerzo poco conocido y mucho menos reconocido, pero otros pa¨ªses tambi¨¦n estuvieron a la altura: Austria acogi¨® a 80.000, Suecia 57.000, Suiza 25.000, Pa¨ªses Bajos 24.000 y Dinamarca 20.000.
Europa acogi¨® a 600.000 refugiados balc¨¢nicos en los noventa; ahora Schengen tiembla por 20.000 tunecinos
Nadie se ech¨® atr¨¢s entonces ni dud¨® de que la supresi¨®n de controles fronterizos fuera una buena idea. Ahora, sin embargo, unos pocos j¨®venes provenientes del norte de ?frica y la perspectiva de una derrota electoral ante la ultraderecha han puesto en fuga a Sarkozy y a Berlusconi, dirigentes de dos de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros del mundo. Meses discutiendo si las revueltas de T¨²nez provocar¨ªan un efecto domin¨® en la regi¨®n y ah¨ª tienen la respuesta: como ha puesto de manifiesto la decisi¨®n del Gobierno dan¨¦s de reinstaurar los controles fronterizos con Suecia y Alemania, el efecto domin¨® es real, pero cae de este lado. Consuela pensar que los daneses tienen como vecinos a Alemania y Suecia, pa¨ªses cuyos ¨ªndices de criminalidad est¨¢n entre los m¨¢s bajos del mundo: si llegan a tener frontera exterior con pa¨ªses no comunitarios o compartir ribera en el Mediterr¨¢neo, a estas alturas seguramente estar¨ªan electrificando las fronteras. Todo ello ocurr¨ªa, claro est¨¢, mientras se celebraba el 9 de mayo el d¨ªa de Europa. El contraste es notable: mientras los l¨ªderes europeos salen corriendo despavoridos al grito de "?que vienen!", Egipto y T¨²nez hacen frente estoicamente a 600.000 refugiados de la guerra de Libia sin hacer aspavientos y con muy poca ayuda internacional.
Nadie ejemplifica mejor el sinsentido de esta Europa xen¨®foba que nos ha tocado vivir que los finlandeses, que seg¨²n las estad¨ªsticas conviven con 98.500 inmigrantes no comunitarios (un rid¨ªculo 1,8% de su poblaci¨®n). La polic¨ªa finlandesa detuvo en el a?o 2009 a 6.660 inmigrantes en situaci¨®n irregular, emiti¨® 3.120 ¨®rdenes de expulsi¨®n y logr¨® repatriar a 1.720 irregulares. Su porcentaje de ¨¦xito en el control migratorio y la repatriaci¨®n se sit¨²a pues en el 55%, uno de los m¨¢s elevados de Europa, en contraste con el 28% de Espa?a, el 20,8% de Francia o el 9,9% de Italia. En otras palabras, en Finlandia no hay apenas inmigrantes extracomunitarios y uno de cada dos irregulares con orden de expulsi¨®n es efectivamente repatriado. Pese a ello, el partido de los "aut¨¦nticos finlandeses" ha arrasado con un mensaje populista y anti-inmigraci¨®n en las recientes elecciones. Prep¨¢rense, porque ese es el futuro de Europa.
En la Uni¨®n Europea hay 20 millones de inmigrantes no comunitarios, lo que representa apenas un 4% de la poblaci¨®n. Con la excepci¨®n de Estonia y Letonia, que tienen importantes minor¨ªas rusas no nacionalizadas, ning¨²n pa¨ªs pasa del 8% de inmigrantes no comunitarios. Para empeorar las cosas, esta Europa a veintisiete que quiere impartir lecciones de democracia y solidaridad a todo el mundo solo tuvo a bien en 2010 aprobar 55.100 solicitudes de asilo. Pa¨ªses como Alemania, una vez m¨¢s, asumieron su responsabilidad, aceptando casi el 20% de esas solicitudes. Espa?a, por el contrario, solo estim¨® favorablemente 610 solicitudes, una cifra rid¨ªcula que pone en entredicho los valores subyacentes a la pol¨ªtica exterior de este Gobierno.
Que Par¨ªs y Roma hayan querido engatusar a Bruselas ofreci¨¦ndole m¨¢s competencias entra dentro de lo comprensible. Pero que la Comisi¨®n Europea, que es la guardiana de los tratados, haya estado dispuesta a vender tan barato un principio clave de la construcci¨®n europea como es el de la libre circulaci¨®n de personas resulta verdaderamente preocupante. Si de lo que se trata es, como dice Bruselas, de mejorar la gobernanza del tratado de Schengen, hag¨¢moslo, pero no movidos por el electoralismo de Sarkozy y Berlusconi, que llevan demasiado tiempo jugando con la inmigraci¨®n y, ahora que est¨¢ a punto de explotarles en las manos, quieren que acudamos a socorrerles. El a?o que viene, para celebrar el d¨ªa de Europa, propongo que nos vayamos todos a El Paso a escuchar el reciente discurso de Obama sobre la pol¨ªtica migratoria de Estados Unidos. Hay veces que nuestros valores est¨¢n a mejor recaudo lejos de nosotros.
jitorreblanca@ecfr.eu
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