El lavabo, un pesebre
En la italiana Matera, un hotel le da la vuelta al concepto de lujo con su uso de materiales originales
Las mujeres que se daban cuenta de que estaba mirando el interior de sus viviendas me animaban a entrar y en estas cuevas oscuras y malolientes vi a ni?os a los que les casta?eteaban los dientes por la fiebre, tumbados sobre la tierra, tapados con mantas y andrajos. Otros apenas pod¨ªan sostenerse en pie, convertidos en un mont¨®n de piel y huesos por efecto de la disenter¨ªa. Las flacas mujeres con beb¨¦s desnutridos y sucios colgados de los pechos marchitos me saludaban con una mezcla de amabilidad y desconsuelo; me sent¨ªa como si estuviera bajo un sol cegador en medio de una ciudad devastada por la peste".
Al pernoctar en el albergue Le Grotte della Civita, uno no puede evitar acordarse de la visi¨®n de la ciudad de Matera que Carlo Levi dio a conocer poco despu¨¦s de la II Guerra Mundial en su libro Cristo se par¨® en ?boli. Si hace 70 a?os, cuando el m¨¦dico, escritor y pintor desterrado viv¨ªa confinado en el aislamiento de la Basilicata, la existencia en los sassi, barrios de cuevas, de esta capital de provincia del sur de Italia era miserable, ahora uno puede pernoctar regiamente en sus cuevas, algunas de m¨¢s de cien metros cuadrados.
Este albergue es la segunda sede del proyecto de restauraci¨®n Sextantio, oriundo de Pescara, que se ha propuesto insuflar nueva vida al "patrimonio minore" de la Italia campesina con un turismo cultural respetuoso con el entorno. En el a?o 2008 se pudo juzgar por vez primera el planteamiento de la empresa fundada por el heredero de una familia de industriales milaneses, Daniele Kihlgren. Fue entonces cuando se inaugur¨® un hotel diseminado por varias casas de la localidad de Santo Stefano di Sessanio en los Abruzos: el Sextantio Albergo Diffuso. Los exigentes objetivos logrados all¨ª son tambi¨¦n el modelo a seguir en todo lo que se hace en Matera, tal como pone claramente de manifiesto el trato dado a los edificios hist¨®ricos y la gesti¨®n diaria del hotel. Pero hay que rese?ar algunas peculiaridades frente al primer proyecto que son resultado tanto de la estructura de las cuevas como del entorno urbano, completamente diferente.
Al igual que las cuevas reconvertidas en alojamientos, el conjunto de la ciudad que desciende escalonadamente por la empinada garganta del r¨ªo Gravina apenas recuerda ya al escenario de miseria hecho literatura. Desde los a?os treinta se han producido dos acontecimientos dr¨¢sticos que han cambiado por completo la vida en Matera: primero, el realojamiento en los a?os cincuenta de unos 16.000 materanos en nuevas localidades sat¨¦lite, en parte forzados pol¨ªticamente por la denuncia de Levi, con el subsiguiente despoblamiento y ruina de los sassi. Luego, en los a?os setenta, despert¨® un nuevo inter¨¦s por esta herencia; al fin y al cabo, las cuevas hab¨ªan sido durante siglos un componente sobrentendido de la vida urbana que funcionaba como talleres y establos; fue la ocupaci¨®n cada vez m¨¢s densa de seres humanos y ganado la que degener¨® los sassi hasta convertirlos en un lugar miserable. Finalmente, la ciudad ide¨® un plan de saneamiento que fue aprobado en 1988. Este nuevo giro culmin¨® en 1993 con la concesi¨®n del t¨ªtulo de patrimonio mundial de la Unesco a los sassi, segundo punto de inflexi¨®n en un corto lapso de tiempo para una de las ciudades m¨¢s antiguas de la humanidad, cuya historia comenz¨® en el neol¨ªtico, hace aproximadamente 6.000 a?os. Los sassi, adujo la Unesco como motivo de su decisi¨®n, plasman de manera muy gr¨¢fica una arquitectura urbana perfectamente adaptada a la topograf¨ªa y al clima, cosa que tambi¨¦n percibe directamente hoy d¨ªa cualquier visitante.
Salta a la vista que, desde que tuvo lugar ese reconocimiento, la vida ha vuelto a los sassi. Las cuevas, en su mayor¨ªa propiedad municipal desde el realojo, se prepararon primero como viviendas econ¨®micas para familias j¨®venes, con una acogida m¨¢s bien moderada. Pero a cambio surgieron cada vez m¨¢s y m¨¢s interesados a t¨ªtulo privado, algunos de ellos procedentes de muy lejos, que quer¨ªan abrir en el barrio restaurantes, comercios y albergues o adquirir aqu¨ª una segunda residencia.
Resulta complicado encontrar el hotel en el laberinto del casco antiguo, ya que la presentaci¨®n de este establecimiento de lujo se caracteriza por su perfecta falsa modestia. Un total de 18 cuevas, intercomunicadas por escaleras y terrazas, en las que el albergue Le Grotte della Civita puede alojar hasta 40 hu¨¦spedes, est¨¢n situadas en la punta de la espuela de roca que se abre paso entre Sasso Caveoso y Sasso Barisano; en su cresta se eleva la catedral rom¨¢nica, cuya torre define la silueta de Matera. Pasada la catedral, obra maestra del rom¨¢nico apuliense, uno baja por estrechas callejuelas y escaleras intercaladas. Entonces mira desconcertado a su alrededor: no se ve un cartel indicador por ning¨²n sitio, y menos a¨²n un anuncio luminoso que pudiera revelar al visitante que en alg¨²n lugar cerca de aqu¨ª existe un hotel dispuesto a redefinir los criterios por los que se rige usualmente el segmento de lujo.
La llave de la habitaci¨®n que se le entrega al hu¨¦sped es un trozo de hierro probablemente de un kilo de peso; la puerta de la habitaci¨®n que se abre con ella se encuentra justo al lado de la terraza del hotel y est¨¢ hecha de tablones cuya antig¨¹edad salta a la vista: un fragmento original de la historia de los sassi, encontrado y rescatado por el equipo Sextantio entre los escombros de una de las cuevas cuando todav¨ªa estaban desiertas y abandonadas. Cuidadosamente renovada, la hoja de la puerta se instal¨® luego en el orificio adecuado. Y lo mismo se ha hecho con las restantes puertas del hotel.
Telas de la dote
Sea cual sea la cueva en la que se aloje el hu¨¦sped, el espacio que se abre tras esta entrada cargada de historia deja al visitante sin palabras: una sucesi¨®n de varias cuevas de diversos tama?os, horadadas hasta lo m¨¢s profundo de la roca, cuyas b¨®vedas ba?adas en luz indirecta generan de inmediato sensaci¨®n de protecci¨®n. El planteamiento es m¨ªnimamente invasivo: el dise?o de las estancias del hotel ha seguido la tradici¨®n del sencillo equipamiento de las viviendas de los sassi. Los muebles: de madera antigua, construidos con t¨¦cnicas transmitidas de generaci¨®n en generaci¨®n o directamente vintage. La ropa de casa: confeccionada con telas encontradas en los antiguos armarios de dote. El lavabo de piedra: un antiguo pesebre. Todas las aportaciones de la tecnolog¨ªa moderna que hoy d¨ªa resultan indispensables para el bienestar del hu¨¦sped han quedado ocultas a sus ojos. ?nicamente la ba?era est¨¢ instalada exenta en la zona posterior de la cueva como modelo de dise?o contempor¨¢neo. Por lo dem¨¢s, rige la siguiente norma: lo que no se puede ocultar no entra aqu¨ª; no hay televisi¨®n, tel¨¦fono ni minibar que importunen al hu¨¦sped.
? Ulrich Brinkmann es arquitecto.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Turismo de los sassi de Matera
(http://www.sassidimatera.it).
C¨®mo llegar
? Alitalia (www.alitalia.com) vuela a Bari Palese desde 200 euros.
Dormir
? Le Grotte della Civita (Via Civita, 28, Sasso Barisano; www.legrottedellacivita.com). Ofertas desde 150 euros la doble.
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