La misteriosa guerrillera que acompa?¨® al Che
No fueron amantes. Ella no dispar¨® un solo tiro. El historiador Gustavo Rodr¨ªguez Ostria desmonta mitos de la legendaria Tania
El 31 de agosto de 1967, en la confluencia del r¨ªo Masicur¨ª con el r¨ªo Grande, Bolivia, un pelot¨®n de militares aguarda escondido entre la maleza a que un grupo de guerrilleros cubanos cruce el torrente. Son las 17.20, llevan diez horas esperando, el calor les abrasa, los mosquitos se los comen a picotazos. Por medio de un campesino han tendido una trampa al pelot¨®n de combatientes revolucionarios que se apresta a cruzar el r¨ªo.
El llamado grupo de Joaqu¨ªn cruza en fila india, el agua les llega hasta medio cuerpo, en algunos tramos hasta la barbilla. De pronto, de entre las aguas emerge el bell¨ªsimo cuerpo de una mujer delgada, camiseta de manga corta pegada al cuerpo, un mech¨®n de sus cabellos sobre la cara. Es una imagen casi irreal para ese grupo de militares que persiguen al Che Guevara por la selva boliviana. Es ella, s¨ª, la guerrillera de la que hablan los peri¨®dicos, la ¨²nica mujer que form¨® parte de la expedici¨®n revolucionaria. El capit¨¢n Vargas Salinas da la orden de disparo y arranca la balacera, las ametralladoras escupen plomo sobre esos cuerpos que, sobre el agua, son como bolos en la bolera.
"Tuvo que entregar su cuerpo por sus ideas, pero no fue una Mata Hari", sostiene el historiador boliviano
Una bala atraviesa el cuerpo de Tania, que se agarra el pecho, a la altura del coraz¨®n y cae sobre las aguas. El torrente arrastra su cuerpo, con la mochila a cuestas; se lleva tambi¨¦n sus secretos, la infinidad de secretos de una mujer que tuvo tres nombres, tres identidades, que fue so?adora, maestra del disfraz, artista de la mentira, guerrillera, esp¨ªa. Una mujer cuya vida est¨¢ plagada de mitos y leyendas que el prestigioso historiador boliviano Gustavo Rodr¨ªguez Ostria se ha propuesto desbrozar.
Tres a?os le ha llevado a este reconocido experto en la guerrilla guevarista escribir Tamara, Laura, Tania. Un misterio en la guerrilla del Che (editado por RBA), un libro basado en m¨²ltiples entrevistas con protagonistas de aquellos a?os, en informes de la Stasi, del Ej¨¦rcito boliviano, de la CIA. Ambiciosa reconstrucci¨®n, ampliamente documentada, desmonta mitos y leyendas, y no vacila en tumbar tesis sostenidas por autores como John Lee Anderson, Paco Taibo II o Friedl Zapata.
Sin ir m¨¢s lejos, la propia escena de la muerte de la guerrillera ha sido narrada de modo distinto. La revoluci¨®n cubana construy¨® un mito, el de la versi¨®n femenina del Che, la aguerrida guerrillera que intent¨® disparar su metralleta en cuanto empezaron a sonar disparos sobre las aguas del r¨ªo Masicur¨ª. Rodr¨ªguez Ostria lo niega: "No dispar¨® un solo tiro", dice el autor boliviano en conversaci¨®n telef¨®nica desde Santiago de Chile, donde se encuentra realizando un trabajo de investigaci¨®n para su pr¨®ximo libro. "En la guerrilla eras combatiente si ten¨ªas un fusil. Ella tiene pistola. Le asignan tareas que no la exponen a los peligros de la guerrilla".
Rodr¨ªguez Ostria, autor de una docena de libros, exdecano de la Universidad Mayor de San Sim¨®n y exviceministro de Educaci¨®n Superior, Ciencia y Tecnolog¨ªa, desmonta tambi¨¦n la leyenda de la supuesta relaci¨®n entre Guevara y Tania. "No fue la amante del Che. Apenas convivieron un mes en la guerrilla". Fue entre marzo y abril de 1967. Y su relaci¨®n, de hecho, estuvo marcada por los reproches del Comandante sobre el abandono de funciones de espionaje de Tania para incorporarse a la guerrilla. Construir una relaci¨®n entre dos mitos tan bien parecidos es tentaci¨®n dif¨ªcil de soslayar. Pero no fue as¨ª, seg¨²n sostiene el historiador. "Hab¨ªa una raz¨®n casi ¨¦tica: Guevara sab¨ªa que ella era la compa?era de Ulises Estrada. Entre los revolucionarios hab¨ªa c¨®digos con respecto a las mujeres de compa?eros. El Che se hubiera expuesto demasiado, su liderazgo moral se habr¨ªa carcomido".
La legendaria guerrillera naci¨® como Tamara Bunke el 19 de noviembre de 1937 en Buenos Aires. Hija de un alem¨¢n y una rusa, ambos comunistas, regres¨® a la patria paterna en julio de 1952, donde ya a los 15 a?os ingres¨® en la Juventud Libre de Alemania (JLA). Perteneci¨® a la temible Stasi, el todopoderoso servicio secreto de la Alemania comunista, y tras trabajar en la legaci¨®n cubana en Berl¨ªn, abandon¨® intempestivamente el servicio secreto para conocer de primera mano la experiencia socialista de la isla. Rodr¨ªguez Ostria, tras analizar informes de la seguridad germano oriental, desmonta la tesis, sostenida por escritores como el uruguayo Jos¨¦ Friedl Zapata, de que viaj¨® a La Habana como esp¨ªa de la RDA.
S¨ª fue esp¨ªa, sin embargo, para el r¨¦gimen cubano. Su plena integraci¨®n en la revoluci¨®n y sociedad cubanas la llev¨® hasta el punto de ser destinada a La Paz, con el visto bueno de Ernesto Che Guevara. All¨ª se transform¨® en Laura Guti¨¦rrez Bauer, una mujer discreta y conservadora cuya misi¨®n consist¨ªa en infiltrarse todo lo que pudiera en la sociedad boliviana. El cumplimiento de la misi¨®n le llev¨® incluso a casarse con un ingeniero boliviano para conseguir la nacionalidad, algo que le exig¨ªan desde La Habana. Y eso que el amor de su vida estaba en la isla, su "negrito", Ulises Estrada. "Tuvo que entregar su cuerpo por sus ideas", sostiene el historiador boliviano, "pero no fue una Mata Hari".
Fue una durmiente. O sea, no ten¨ªa otra misi¨®n que integrarse y esperar a recibir alg¨²n tipo de orden para ponerse en acci¨®n. La aburrida vida de la capital boliviana y de los c¨ªrculos en que se deb¨ªa mover empez¨® a poder con ella. Cuando el Che Guevara decide desembarcar en el pa¨ªs andino con sus tropas guerrilleras, Laura ve la oportunidad de su vida, convertirse en lo que siempre quiso ser, Tania, guerrillera aguerrida.
"Es una mujer que viv¨ªa la pugna entre la Laura Guti¨¦rrez que deb¨ªa representar, la Tamara que fue y la Tania que quiere ser".
Rodr¨ªguez Ostria se muestra particularmente satisfecho de la informaci¨®n que consigui¨® con las entrevistas con Paco, el ¨²nico superviviente de la emboscada en que muri¨® Tania; y de la entrevista con el oficial Barbery, el n¨²mero 2 del pelot¨®n que la mat¨®. Sostiene que Tania, en realidad, ejerci¨® m¨¢s labores de enfermera e intendencia que de guerrillera. El Che no quer¨ªa mujeres en primera l¨ªnea.
Pero Tania se empe?¨® en estar all¨ª y muri¨® ametrallada, cruzando un r¨ªo. Fue la ¨²nica mujer entre un ej¨¦rcito de barbudos revolucionarios. Inevitablemente, se convirti¨® en mito.
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