Washington e Islamabad se necesitan pese a los mutuos recelos
EE UU da ayuda al Ej¨¦rcito pakistan¨ª a cambio de apoyo log¨ªstico en Afganist¨¢n
Sin pruebas a¨²n convincentes de que Pakist¨¢n no prove¨ªa ning¨²n tipo de apoyo a Osama Bin Laden, Estados Unidos trata de remodelar sus estrat¨¦gicas relaciones con ese pa¨ªs con el prop¨®sito de hacerlas menos indispensables en el futuro. Mientras esa revisi¨®n se produce, la Administraci¨®n norteamericana exige que la colaboraci¨®n entre ambos sea m¨¢s eficaz y transparente.
Un ejemplo de eso puede ser la desarticulaci¨®n de lo que la fiscal¨ªa estadounidense considera una c¨¦lula de apoyo a los talibanes paquistan¨ªes, responsables de varios atentados en Pakist¨¢n, entre ellos el que el viernes pasado mat¨® a 80 personas. Tres ciudadanos norteamericanos, incluidos los imanes de dos mezquitas de Florida, fueron detenidos y otros est¨¢n bajo siendo buscados, probablemente en Pakist¨¢n.
Esta actuaci¨®n ordenada por el Departamento de Justicia, contra un grupo que planificaba atentados, recaudaba fondos y adiestraba a j¨®venes en una escuela cor¨¢nica, tiene un mensaje impl¨ªcito: as¨ª es como se act¨²a contra el terrorismo; nosotros detenemos a los que os atacan y vosotros deber¨ªais de detener a los que nos atacan a nosotros.
El Gobierno paquistan¨ª ha actuado en el pasado contra grupos islamistas radicales que atentaban contra Estados Unidos. Pero las sospechas de que esas actuaciones eran siempre muy leves, apenas una mascarada para tener contentos a los norteamericanos, nunca fueron del todo eliminadas. Esas sospechas se han hecho casi certeza tras la muerte de Bin Laden, que vivi¨® durante cinco a?os en un ¨¢rea militar pr¨®xima a Islamabad.
Tras ese episodio, el Congreso norteamericano ha amenazado con suspender los generosos fondos de ayuda a Pakist¨¢n y el propio presidente Barack Obama ha admitido que el l¨ªder de Al Qaeda deb¨ªa de tener alg¨²n tipo de "red de apoyo dentro de Pakist¨¢n". La reacci¨®n, llena de c¨®lera y nacionalismo, de las autoridades paquistan¨ªes ha llevado la relaci¨®n entre ambos pa¨ªses al momento m¨¢s tenso de su historia reciente.
Pese a la desconfianza mutua, las relaciones entre Estados Unidos y Pakist¨¢n han superado antes momentos delicados porque ambos se necesitan profundamente. Estados Unidos es el principal soporte financiero del Ej¨¦rcito paquistan¨ª y recibe, a cambio, una ayuda log¨ªstica imprescindible para la guerra en Afganist¨¢n.
Los dos pa¨ªses est¨¢n interesados todav¨ªa en mantener esa colaboraci¨®n. El Gobierno civil paquistan¨ª porque se siente inseguro ante los militares; el Ej¨¦rcito porque necesita el dinero y las armas norteamericanas; y Estados Unidos porque quiere mantener cierto control sobre el enorme arsenal nuclear del que dispone Pakist¨¢n.
En los pr¨®ximos d¨ªas, llegar¨¢ a Islamabad el senador John Kerry, en una misi¨®n respaldada por la Casa Blanca, para responder a la ret¨®rica patri¨®tica de las autoridades paquistan¨ªes y tratar de buscar un acuerdo sobre esos intereses compartidos.
Aunque lo consiga temporalmente, esta crisis diplom¨¢tica, m¨¢s dif¨ªcil que otras anteriores, puede marcar el comienzo de una separaci¨®n definitiva. Tanto Estados Unidos como Pakist¨¢n parecen mirar ya hacia el futuro; el primero acerc¨¢ndose a India, y el segundo, construyendo una s¨®lida alianza con China.
Un momento decisivo en ese equilibrio puede ser el viaje de Obama a Islamabad. La Casa Blanca dijo hace meses que ser¨ªa antes de final de a?o, pero desde la muerte de Bin Laden se han ofrecido signos claros de que esa visita, como toda la relaci¨®n, est¨¢ en plena reconsideraci¨®n.
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