En la cuerda floja
Ni el socialismo franc¨¦s ni el FMI pueden cobijar a un Strauss-Kahn acusado de violencia sexual
Es m¨¢s que probable que la carrera pol¨ªtica de Dominique Strauss-Kahn, un hombre controvertido, haya acabado ayer en Nueva York, tras su detenci¨®n cuando se dispon¨ªa precipitadamente a volar hacia Par¨ªs. Los graves cargos de delito sexual que pesan sobre el jefe del Fondo Monetario Internacional han sacudido los cimientos de la pol¨ªtica interior francesa, en la pista de despegue para las elecciones presidenciales del a?o pr¨®ximo, pero tambi¨¦n la estabilidad del FMI, principal supervisor del sistema econ¨®mico global y actor decisivo en estos momentos de zozobra europea.
Cabe suponer que el FMI, del que precisamente su n¨²mero dos, John Lipsky, acaba de anunciar su marcha en agosto, exigir¨¢ a Strauss-Kahn la salida anticipada de un relevante cargo que deb¨ªa abandonar el a?o pr¨®ximo, al cumplirse los cinco de su mandato. Semejante eventualidad dejar¨ªa al organismo multinacional sin ning¨²n peso pesado al frente en una coyuntura como la crisis de la deuda en Europa.
Antes de que la polic¨ªa neoyorquina le sacara del avi¨®n de Air France, todo estaba ultim¨¢ndose en Par¨ªs para que el exministro de Finanzas franc¨¦s presentara el mes pr¨®ximo su candidatura a las primarias socialistas de las que debe salir el rival de Nicolas Sarkozy al El¨ªseo, en abril de 2012. Los sondeos de opini¨®n daban a Strauss-Kahn, 62 a?os, como aspirante imbatible frente a sus correligionarios Martine Aubry, jefa del partido, o el veterano izquierdista Fran?ois Hollande, ambos de perfil mucho m¨¢s bajo.
Pero ni siquiera en Francia, donde se mantiene una amplia indulgencia respecto de los comportamientos sexuales de sus pol¨ªticos (de la que en 2008 ya se benefici¨® el director del FMI), se considera posible que los votantes miren hacia otro lado ante la gravedad de las acusaciones presentadas contra Strauss-Kahn por la camarera del hotel en que se alojaba, que podr¨ªan acarrearle muchos a?os de c¨¢rcel. Rehabilitar a uno de sus clientes m¨¢s prominentes ser¨¢ un trabajo tit¨¢nico para la agencia de comunicaci¨®n mundial que lleva desde hace a?os, como si de un minucioso plan de batalla se tratara, la imagen de Strauss-Kahn.
Si para el presidente Sarkozy, con la popularidad por los suelos, la presumible eliminaci¨®n de su m¨¢s directo rival representa una bendici¨®n -que pese a todo le obligar¨¢ a replantear su campa?a-, para la oposici¨®n socialista se trata de un verdadero bombazo cuyos previsibles efectos cabe deducir del desconcierto de sus l¨ªderes y sus alarmados llamamientos de ayer a la calma. El PS franc¨¦s no puede permitirse la escabrosa publicidad y el despiadado e inevitable escrutinio, ya en marcha, de la vida privada de su eventual candidato Strauss-Kahn, ni aun en el caso de que finalmente fuera absuelto. Y si es cierto que su ausencia no arruinar¨¢ las posibilidades de los socialistas de regresar al El¨ªseo, casi 25 a?os despu¨¦s, tambi¨¦n lo es que abre sobremanera una competici¨®n en la que la ultraderechista Marine Le Pen tiene nuevos horizontes.
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