Sombras en el crisol de Arteixo
La contienda electoral agita en el municipio m¨¢s mestizo un conflicto cultural que los vecinos no perciben
La gran diversidad de nacionalidades que desvela su censo municipal apenas es perceptible en las calles asfaltadas o caminos de tierra de Arteixo. En esta localidad lim¨ªtrofe con A Coru?a, de fuerte crecimiento demogr¨¢fico y ca¨®tica expansi¨®n urban¨ªstica, donde se mezclan los n¨²cleos rurales con los urbanos e industriales, residen 30.647 personas. Solo seis de cada cien habitantes son extranjeros (1.802 en total). Es poco. Aunque son dos puntos por encima de la media en Galicia, una de las comunidades con menor ¨ªndice de inmigraci¨®n de Espa?a. Y en los ¨²ltimos meses se ha puesto a prueba el impecable historial de integraci¨®n del que suele presumir Arteixo.
Cuna del grupo Inditex y sede del futuro puerto exterior de A Coru?a, esta localidad que tiene tantos oriundos viviendo fuera de Espa?a como extranjeros censados en su t¨¦rmino municipal vio c¨®mo pas¨® de salir en las noticias como "ejemplo de convivencia intercultural" a protagonizar la actualidad por denuncias individuales contra el local social que sirve de mezquita a su comunidad musulmana, la mayor de Galicia. O la controvertida decisi¨®n del nuevo centro de Primaria de sancionar a una peque?a por llevar el velo en clase. Y al entrar los pol¨ªticos en el terreno del juego, se enturbi¨® la pol¨¦mica. La inmigraci¨®n, pese a su escaso peso entre la poblaci¨®n arteixana, tambi¨¦n se col¨® en la contienda electoral de cara a las votaciones del domingo.
Los residentes magreb¨ªes sienten que ciertos pol¨ªticos los usan como "cebo"
Aunque son muy pocos los vecinos de Arteixo que consideren, al menos p¨²blicamente, que se trate de un conflicto racial larvado. Hay casi medio centenar de nacionalidades conviviendo en este municipio. Pero solo siete superan el centenar de personas. Marruecos, con 434 censados, Portugal, con 217, y Brasil con 156, son los pa¨ªses de origen con m¨¢s vecinos en Arteixo. La cosa est¨¢ muy diluida. Hay tantos alemanes (10) como rusos, eslovenos, ecuatorianos, nigerianos o mauritanos. No hay guetos, ni barrios de especial presi¨®n inmigrante.
"Unos y otros asimilan que conviven en un mismo sitio, no hay problemas de racismo o de integraci¨®n m¨¢s all¨¢ de alguna discusi¨®n puntual entre vecinos como las hay en todos los sitios", asegura Nora El Amrani, la mediadora intercultural del Ayuntamiento. Que en una ri?a alguien suelte un insulto racial no supone que exista un problema generalizado de convivencia, indica la mediadora.
La comunidad m¨¢s importante, y la ¨²nica organizada, es la marroqu¨ª. Comenzaron a asentarse hace m¨¢s de 30 a?os en un Arteixo entonces a¨²n muy rural y con bajo nivel de arraigo. Del reino alau¨ª son originarios tambi¨¦n un centenar de vecinos con nacionalidad espa?ola y hay otros tantos procedentes de otros pa¨ªses africanos que son de religi¨®n musulmana. En opini¨®n de Nora, las desavenencias que puedan surgir son superables con di¨¢logo y comunicaci¨®n. "Son problemas relacionado con el desconocimiento mutuo", afirma.
Desde los servicios sociales municipales, la prioridad es atender "sin paternalismo" a los extranjeros para que cuanto antes se integren y participen en la vida social de Arteixo como cualquier aut¨®ctono. Hay programas especiales de acogida para los reci¨¦n llegados -la crisis aqu¨ª tambi¨¦n paraliz¨® la inmigraci¨®n- con el fin de ense?arles a desenvolverse en su nuevo entorno. El Ayuntamiento facilita clases de castellano, de alfabetizaci¨®n o servicios de traducci¨®n.
Y se organizan talleres tem¨¢ticos para poner en valor las distintas culturas. Se intenta, subraya Nora, adaptar los talleres a la demanda. Se trata tambi¨¦n de prevenir futuros problemas de integraci¨®n. "Hay que tener mucho cuidado de que, en los institutos, por ejemplo, no se creen pandillas raciales". De momento no hay. Pero a medida que las segundas generaciones, nacidas en Arteixo, se acerquen a la mayor¨ªa de edad, Nora prev¨¦ que surjan conflictos internos familiares, en los que adem¨¢s de las t¨ªpicas diferencias generacionales, haya fuertes desencuentros culturales entre padres e hijos.
Otra cosa es la pol¨¦mica del velo, que afecta a una alumna de un colegio p¨²blico. Dividi¨® a los socios del Gobierno municipal, la alcaldesa socialista Pilar Souto y los concejales de Terra Galega. Para Mohamed Benkaddour, presidente de la asociaci¨®n marroqu¨ª Abou Baker, este conflicto, que recurrir¨¢n ante los tribunales, o el del local que les sirvi¨® durante diez a?os de mezquita, est¨¢n azuzados por los pol¨ªticos. Se?ala al PP "que quiere crear bronca a la alcaldesa". "Jam¨¢s hab¨ªamos tenido un problema con un vecino o el Gobierno local, ni siquiera cuando era del PP hasta 2007, pero ahora somos el cebo, se nos utiliza pol¨ªticamente", se queja Benkaddour.
En pocos d¨ªas, espera poder abrir, en una casa de una planta que la asociaci¨®n compr¨® a cr¨¦dito, el nuevo centro cultural de comunidad musulmana en el que adem¨¢s de dar clases de ¨¢rabe, vender aceite o discos de su pa¨ªs, ser¨¢ centro de rezo. La hasta ahora llamada mezquita de Arteixo, denunciada por un vecino, no cumple las normas. La fiscal¨ªa acaba de remitir al juzgado una petici¨®n de que procese a la alcaldesa por un presunto delito de prevaricaci¨®n por no adoptar medidas legales para que el local se adaptase a la normativa en vigor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.