Un "alcalde" en el vestuario del Cerceda
El futbolista Juan Cabrejo va de n¨²mero tres en las listas del PSdeG de Camari?as
Es el n¨²mero tres de la lista, pero sus compa?eros en el vestuario del Cerceda Club de F¨²tbol ya le llaman "alcalde". Juan Cabrejo, jugador que ha pasado por varios equipos de la Segunda Divisi¨®n, lleva dentro el gusanillo de la pol¨ªtica desde hace a?os. Ya hab¨ªa rechazado alguna vez presentarse en las listas del PSdeG de Camari?as -el pueblo donde naci¨® hace casi 36 a?os y en el que vive-, aunque es el partido con el que siempre se ha sentido identificado. Le hac¨ªa falta el "empuj¨®n" de sus amigos m¨¢s ¨ªntimos y de su familia. Y este impulso definitivo se lo han dado para que afronte la carrera electoral de las pr¨®ximas municipales.
Si los socialistas revalidan su victoria, tal y como prev¨¦ Cabrejo, ¨¦l tendr¨¢ muy probablemente la responsabilidad de llevar las ¨¢reas de Cultura y Deportes. Pero para eso primero se est¨¢ empleando a fondo con los vecinos: "Antes de la campa?a estuvimos sondeando a la gente para ver cu¨¢les eran sus necesidades. Ahora hay que ir casa por casa, parroquia por parroquia, explicando cu¨¢l es nuestro proyecto". En lo que a ¨¦l ata?e, apuesta por fomentar las escuelas deportivas al estilo de lo que ha sucedido con el balonmano del pueblo, cuyo equipo acaba de subir a la Tercera Divisi¨®n nacional. "Quiero que tambi¨¦n haya una escuela de f¨²tbol y que cualquier chico que quiera hacer deporte distinto tenga posibilidades: b¨¢dminton, vela o surf est¨¢n pegando fuerte. A falta de dinero, hay que darle a la cabeza para que la gente joven tenga posibilidades", resume.
Si los socialistas ganan, ser¨¢ delegado de cultura y deportes
Cabrejo hace campa?a mientras se recupera de una rotura del ligamento cruzado que se hizo hace cuatro meses. Lamenta no poder estar a punto para jugar con su equipo la liguilla de ascenso, que les puede llevar de Tercera Divisi¨®n a Segunda B. Pero espera superar completamente sus dolencias para retirarse el a?o que viene en la categor¨ªa de bronce del f¨²tbol espa?ol cuando tenga 37 a?os. "Me quiero jubilar en el campo, no despu¨¦s de una lesi¨®n".
Lo que es seguro es que dentro de unas semanas se sentar¨¢ en el pleno municipal de su Ayuntamiento. Los socialistas gobiernan en Camari?as con ocho concejales y no entra dentro de lo posible que saquen menos de tres en las pr¨®ximas elecciones municipales. Sin embargo, en su mente est¨¢ el n¨²mero siete, el mismo que ha llevado durante casi una d¨¦cada en su espalda y el que asegurar¨ªa al PSdeG seguir gobernando en solitario. Lamenta que sus compa?eros de vestuario no podr¨¢n ayudarle a alcanzar el Gobierno de su localidad, ya que la mayor¨ªa est¨¢n empadronados en Santiago o A Coru?a. "Si pudiesen, la mayor¨ªa seguro que me votar¨ªa. Aunque yo me conformo con el apoyo moral que me est¨¢n dando", explica.
Seg¨²n cuenta, los vestuarios futbol¨ªsticos no son un lugar vetado para la pol¨ªtica. Cabrejo los conoce bien. Debut¨® en el Compostela reci¨¦n descendido de Primera Divisi¨®n, en 1998. Desde entonces ha pasado por Eibar, Elche, Ceuta y Cartagena antes de volver a Galicia, hace dos a?os. "S¨ª que se habla de estos temas, sobre todo en fechas electorales. Otra cosa es que de cara afuera no nos solemos pronunciar, en parte por respeto al club que nos paga, que no tiene nada que ver con la pol¨ªtica", asegura.
?l siempre se lo hab¨ªa callado hasta ahora. "Aunque todo el mundo sabe cu¨¢les son mis ideas. Desde peque?o mis padres y mis t¨ªos me llevaban a m¨ªtines socialistas". El empuj¨®n que le hac¨ªa falta para meterse en la pol¨ªtica se debe en buena parte a que su familia tiene un bar en el pueblo y no quer¨ªa perjudicar al negocio. "Si est¨¢s en un bando, a lo mejor no le gusta a los del otro", dice.
Su bando lo tiene muy claro. Se perfila como candidato del PSOE en una de las ¨¦pocas m¨¢s dif¨ªciles para el partido, pero ¨¦l est¨¢ convencido de que dar¨¢ guerra hasta el final porque "siempre ha luchado por Espa?a". En su opini¨®n, la situaci¨®n tan complicada por la que est¨¢ pasando el pa¨ªs la habr¨ªa tenido que padecer cualquier otro presidente del Gobierno.
No sabe d¨®nde le va a llevar la carrera que ahora empieza. Adem¨¢s de candidato y defensa del Cerceda, trabaja en una oficina de informaci¨®n municipal, que es su futuro fuera del sill¨®n de concejal. Pero no descarta seguir en la pol¨ªtica: "Tengo que ver si realmente es lo que me gusta". El puesto con el que ya le apodan jocosamente en el vestuario, el de alcalde, ni se lo plantea en el corto plazo: "Aqu¨ª tenemos a uno muy bueno".
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