Moa?a, la costa arbitraria
La localidad de O Morrazo ultima su plan de ordenaci¨®n tras d¨¦cadas de pol¨¦micas actuaciones urban¨ªsticas
El edificio Salitre de Moa?a es un monumento al descontrol urban¨ªstico. Edificado en los ochenta sobre el cauce de un r¨ªo, el Pontill¨®n, que hoy est¨¢ canalizado, el inmueble de cuatro pisos se salta completamente el deslinde de Costas. Es ilegal y la norma dice que hay que tirarlo, pero los propietarios han peleado durante a?os porque el inmueble, montado pr¨¢cticamente sobre la arena, se erigi¨® con licencia municipal.
El mamotreto marca el l¨ªmite de una franja de la costa moa?esa de unos 200 metros, la de Seara, en la que buena parte de las edificaciones se saltan la normativa. El deslinde no siempre sigue la misma l¨®gica, adem¨¢s. "Hay algunos deslindes que se hicieron durante la dictadura, con pocos medios tecnol¨®gicos, en los que quiz¨¢s por presi¨®n de personas con capacidad econ¨®mica por un lado y vendettas personales por otro, unos terrenos quedaron fuera del dominio p¨²blico y otros no", trata de explicar V¨ªctor Pastoriza, teniente de alcalde, que repite como candidato del PSOE en las elecciones tras formar bipartito esta legislatura con el BNG, que lidera en el municipio Xos¨¦ Manuel Mill¨¢n. As¨ª se explica que algunas viviendas m¨¢s pr¨®ximas al mar sean legales y otras, detr¨¢s, no.
El edificio Salitre, levantado cerca de la arena, recibi¨® licencia municipal
Para el arquitecto Juan Rivas, moa?¨¦s de nacimiento y batallador incansable por la recuperaci¨®n costera, los motivos de los desmanes tienen una causa: "No hay criterio". Y hay muchas Administraciones implicadas.
Seg¨²n el concejal de Urbanismo, Valent¨ªn Pi?eiro, las viviendas en peligro son unas 60, tras un proceso en que algunas se han ido legalizando. Sobre las restantes no ve m¨¢s soluci¨®n que la de trasladar a sus vecinos a la zona de A Xunqueira, relativamente pr¨®xima. La idea, planteada con la construcci¨®n en auge, est¨¢ ahora estancada. Pedro Delgado, secretario de la asociaci¨®n de afectados por la Ley de Costas de Moa?a, tampoco tiene excesiva fe en que los inmuebles puedan aguantar mucho tiempo sin ser derribados. Su aspiraci¨®n ahora, que no es la de todos los implicados, es conseguir una concesi¨®n sobre los terrenos de entre 10 y 30 a?os.
El candidato del PP, Jos¨¦ Fervenza, que adem¨¢s de edil es tambi¨¦n diputado auton¨®mico y constructor, apadrin¨® el a?o pasado una propuesta de modificaci¨®n de la Ley de Costas con la que se pretend¨ªa regularizar estas viviendas. El PP buscaba cubrir tambi¨¦n otros casos de la costa gallega con peligro de derribo, como el de los n¨²cleos rurales tradicionales de Mar¨ªn. Pero los supuestos son distintos, apunta Rivas. "El n¨²cleo tradicional de Moa?a est¨¢ en San Marti?o, monte arriba. Los valles aqu¨ª eran muy ricos y a la gente no le hac¨ªa falta ir a pescar con este vergel", asegura, mientras muestra fotograf¨ªas de la evoluci¨®n de la l¨ªnea de costa de la localidad durante el ¨²ltimo siglo.
Rivas, cuyos proyectos han sido adoptados para varias actuaciones en el litoral del municipio, critica a todos los grupos pol¨ªticos por igual y alerta de las consecuencias del pr¨®ximo plan general de urbanismo, que ultima su tramitaci¨®n en la Xunta tras un pacto municipal. El aumento de la edificabilidad en la finca del Real, una de las pocas zonas sin desarrollar que quedan junto a la costa, o el pol¨ªgono industrial que contempla el documento son algunos de los puntos que censura. Se?ala como positivo, no obstante, una circunstancia parad¨®jica: los rellenos acometidos hace 30 a?os para dar cabida al tr¨¢fico rodado se han redise?ado en los ¨²ltimos tiempos y han permitido ganar para la vida vecinal un ¨¢rea junto a la r¨ªa.
Pastoriza hace autocr¨ªtica. "Tanto nosotros como el PP tuvimos capacidad para resolver las cosas. No lo hicimos y hemos llegado a una situaci¨®n envenenada", cuenta respecto a las casas afectadas. En otras cuestiones el enfrentamiento pol¨ªtico sigue mediatiz¨¢ndolo todo.
El Ayuntamiento ha multado en los ¨²ltimos a?os a varios vecinos por infracciones urban¨ªsticas. Fervenza se opuso denodadamente y se ofreci¨® a asesorar a los vecinos contra las multas. A tres d¨ªas de las elecciones, explica su proceder como una respuesta al "enfado monumental" de los vecinos por supuestos agravios comparativos en la tramitaci¨®n de los expedientes de multa. "Hay que cumplir la ley", matiza. Pi?eiro despacha el episodio como una "ocurrencia" de su rival en las urnas.
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