Contra el rejonazo

El 17 de junio de 2007, la Real Sociedad escribi¨® un rengl¨®n torcido en una historia correctamente escrita. Aquel d¨ªa, un empate ante el Valencia le mand¨® a Segunda Divisi¨®n y rompi¨® la magia de haber sido hasta entonces el equipo (despu¨¦s de los tres intocables, Athletic, Real Madrid y Barcelona) que m¨¢s temporadas consecutivas llevaba militando en Primera Divisi¨®n (40). Muchos seguidores blanquiazules creyeron entender entonces las palabras de Jos¨¦ Luis Orbegozo en su despedida, tras haber conquistado dos t¨ªtulos de Liga en el inicio de la d¨¦cada de los ochenta: "Dejo un club herido de muerte". Una premoci¨®n. El descenso a Segunda Divisi¨®n no solo emborron¨® su historia sino que a punto estuvo de llevarse por delante no solo la categor¨ªa sino a la propia sociedad, a punto por momentos de la liquidaci¨®n y salvada in extremis por las instituciones.

Los donostiarras se miden al Getafe en el ¨²nico duelo que re¨²ne a dos implicados

"No quiero saber nada de transistores, solo centrarme en c¨®mo ganar", apunta Lasarte

Hoy, 21 de mayo de 2011, el mismo cuchillo helado recorrer¨¢ el esqueleto de un club que ya se ha acostumbrado a los sobresaltos, tras tantos a?os de placidez. El partido ante el Getafe es el ¨²nico de la jornada que re¨²ne a dos implicados en la lucha por la permanencia. "Si me dicen ?que se besen, que se besen!, voy el primero", dec¨ªa ir¨®nico ayer Michel en el Diario As reconociendo que un empate podr¨ªa salvar a ambos, aunque no de forma segura. La Real s¨ª se salva con un punto, pero el Getafe necesitar¨ªa de otros resultados para que ese punto fuera de oro.

Lasarte, el t¨¦cnico de la Real, se abstrae de la iron¨ªa y del infierno y tira por la calle del medio: "No quiero transistores, solo centrarme en la manera de ganar el partido".

Las c¨¢balas son misi¨®n imposible, apenas dejan dos conclusiones rotundas: hay 243 combinaciones posibles, es decir, imposibles de contar, para saber que equipo acompa?ar¨¢ a los descendidos Almer¨ªa y H¨¦rcules. Y que todos los afectados dependen de s¨ª mismos, que es decir algo y no decir nada al mismo tiempo.

Las suspicacias han surgido sobre todo en el Levante-Zaragoza. El equipo ma?o es el m¨¢s urgido porque, dependiendo de s¨ª mismo, parte del ¨²ltimo lugar en la parrilla de salida. Y sobre el Levante recaen las eternas sospechas en estos casos de primas a terceros. La batalla psicol¨®gica es brutal. Aouate, el portero del Deportivo, da por segura la derrota del Levante. "Ama?ar partidos es un delito tipificado. Los jugadores deber¨ªan saber que corren el riesgo de ser denunciados y de estar varios a?os a la sombra", apunt¨® ayer Len- doiro. El c¨²mulo de nervios deportivistas se a?ade al efecto psicol¨®gico de la visita del Valencia, el del famoso penalti detenido por Gonz¨¢lez a Djukic que le priv¨® de la Liga al Deportivo. Pero hay m¨¢s. El Deportivo lleva siete a?os y siete meses sin ganar al Valencia en Riazor. Tiempo de meigas.

El Mallorca es el otro sorprendido de la jornada. Su situaci¨®n tiene muchos paralelismos con la Real Sociedad: vida burguesa durante mucho tiempo y de pronto el sobresalto del posible despido de la compa?¨ªa. Como a la Real y como a Osasuna le vale el empate, lo que alivia su situaci¨®n aunque su rival, el Atl¨¦tico, es impredecible y se juega ahorrarse una eliminatoria previa de la Liga Europa.

Los tres son los ilustres de esa batalla estrat¨¦gica que reducir¨¢ a eso de las 12 de la noche las 243 probabilidades a una sola y definitiva.

Los "chinos", que dec¨ªa Manolo Preciado antes de la pen¨²ltima jornada, se han reducido a seis (antes eran nueve), un n¨²mero elevado que concentra el inter¨¦s en la permanencia a medida que los ¨¦xitos se reservan para unos pocos. Sobre todos ellos planea aquel rej¨®n del que hablaba Orbegozo, porque el descenso m¨¢s all¨¢ de un castigo deportivo suele ir acompa?ado de un castigo econ¨®mico a veces definitivo. M¨¢s que un infierno, la Segunda Divisi¨®n es para muchos clubes el camino m¨¢s corto a la bancarrota.

La Real Sociedad, que resucita sus diablos, lo vivi¨® durante tres a?os cuando tuvo que acogerse a la Ley concursal y la imposibilidad de hacer frente a las deudas acumuladas estuvo a punto de llevarle a la liquidaci¨®n en una trayectoria tan err¨¢tica como peligrosa. El ascenso, seguramente, le rescat¨® del final de la crisis. Si nadie se explicaba c¨®mo un equipo pod¨ªa descender cuatro a?os despu¨¦s de haberle disputado al Madrid el t¨ªtulo de Liga en 2003, nadie en Anoeta entiende c¨®mo hace unos pocos meses el club blanquiazul echaba cuentas sobre su posible acceso a Europa y ahora se agarra a la ¨²ltima tabla de salvaci¨®n, a sacarse el ¨²ltimo rej¨®n.