Propuestas en la Plaza Soluci¨®n
La asamblea mantiene la concentraci¨®n de esta tarde
El campamento de la llamada Plaza Soluci¨®n tiene sus propios ritmos. Mientras el Gobierno y la Justicia dirim¨ªan ayer qu¨¦ hacer con los millares de indignados que cada d¨ªa hacen crecer el Movimiento 15-M, ellos alargaban durante horas sus asambleas, postergaban la toma de decisiones y debat¨ªan tranquilamente como si no les incumbiera.
?Vais a convocar una manifestaci¨®n o no? La comisi¨®n de comunicaci¨®n era el ¨²nico lugar en el que hab¨ªa nerviosismo. Los portavoces, a veces sobrepasados, emplazaban a la pr¨®xima asamblea para dar una respuesta. Alguno, preocupado por el lenguaje, explicaba que "convocar tiene una significaci¨®n jur¨ªdica" de la que ellos est¨¢n fuera. Igual que est¨¢n fuera del calendario o del tiempo, aunque est¨¢n dentro de la pol¨ªtica. Despu¨¦s de la asamblea de la ma?ana, en la que no se decidi¨® nada a pesar de tres horas de palique bajo el sol, la reuni¨®n de las seis empez¨® fuerte. En menos de diez minutos se resolvi¨® que hoy, como el resto de los d¨ªas, habr¨ªa concentraci¨®n a las ocho de tarde. Los brazos en alto a favor ganaron por no mucha diferencia a los que se alzaron pidiendo una manifestaci¨®n. La mayor¨ªa tem¨ªa que la polic¨ªa levantara el tenderete si lo abandonaban y la comisi¨®n de asesoramiento legal hab¨ªa alertado de que la manifestaci¨®n podr¨ªa ser una provocaci¨®n a la decisi¨®n de la JEC.
Optaron por lo m¨¢s sencillo: no convocar nada oficialmente y dejar en manos de los ciudadanos la concentraci¨®n "espont¨¢nea". Eso s¨ª, ni dar¨¢n consignas de voto, ni nombrar¨¢n a partidos. Y no se responsabilizan de que alguien lo haga. Una portavoz explic¨® que invitan a la gente a celebrar "la jornada de reflexi¨®n dialogando". "Nosotros llevamos haci¨¦ndolo desde el domingo pasado", d¨ªa en el que montaron el asentamiento, dice.
En nada se parece hoy el campamento al de entonces, que apenas congreg¨® a unas personas y que fue desalojado en la segunda noche. Ahora se han hecho fuertes y la polic¨ªa ni se les acerca. Las calles, delimitadas con cinta aislante, son un constante paseo de voluntarios y curiosos que siempre salen del puesto de comida con algo en las manos. Ayer se inaugur¨® el segundo puesto de alimentos y abri¨® la guarder¨ªa que, tambi¨¦n por cuestiones de correcci¨®n del lenguaje, cambi¨® su nombre por el de animaci¨®n infantil.
El campamento adquiere por momentos pinta de mercadillo, aunque sin intercambio de dinero, y en los corrillos nadie piensa en desmontarlo ma?ana aunque a¨²n no hay una decisi¨®n tomada. Tambi¨¦n sigue en el tintero la definici¨®n de m¨ªnimos para articular su discurso. Varios buzones recogen las propuestas. Ayer se inform¨® de dos de las peticiones m¨¢s repetidas: mucha gente quiere que del movimiento nazca un partido y muchos otros piden exactamente lo contrario. Dificultades de la Plaza Soluci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.