Crece d¨ªa a d¨ªa las protestas del movimiento 15-M en Galicia
M¨¢s de 3.000 personas se concentran en Vigo, A Coru?a y Santiago
Las r¨¦plicas de la Puerta del Sol que hay repartidas por Galicia tienen menos indignados que se concentran en protesta por el sistema pol¨ªtico, pero sus motivos, intenciones y forma de actuaci¨®n son muy parecidas. Los acampados en la r¨²a Col¨®n de Vigo, el Obelisco de A Coru?a o la Praza do Obradoiro de Santiago no ten¨ªan ayer ninguna intenci¨®n de levantar el campamento tras la prohibici¨®n de la Junta Electoral Central a las concentraciones en el d¨ªa de reflexi¨®n.
Adem¨¢s, van creciendo d¨ªa a d¨ªa. De los pocos centenares del jueves, se pas¨® a m¨¢s de 1.000 ayer en cada una de las tres ciudades con m¨¢s concentraci¨®n: Santiago, Vigo y A Coru?a. A los estudiantes, que siguen siendo la mayor¨ªa y los m¨¢s protagonistas, se suman cada vez m¨¢s personas de cualquier edad que aplauden y corean los gritos de resistencia pac¨ªfica.
Los acampados en Santiago remitieron un comunicado a los medios en el que aseguran que respetan la decisi¨®n de la Junta Electoral por lo que "no se convoca desde acampadaSCQ ning¨²n tipo de manifestaci¨®n en apoyo a partido pol¨ªtico alguno". "Defendemos el derecho a reflexi¨®n", alegan. Sin embargo, permanecer¨¢n all¨ª tal y como lo vienen haciendo los ¨²ltimos d¨ªas. Aseguran que hoy, d¨ªa de reflexi¨®n, realizaran diversos actos l¨²dicos y culturales consistentes en "actuaciones musicales, teatrales, actividades para ni?os, payasos y cultura popular en general en un encuentro de puertas abiertas".
En la asamblea de ayer discutieron qu¨¦ hacer ante una eventual carga policial. "No provoquemos y no pasar¨¢ nada", apuntaba uno. Incluso llevaban asesoramiento legal para dar consejos en caso de detenci¨®n. "Hay que llevar el DNI, ten¨¦is derecho a no declarar en comisar¨ªa", relataba una de las portavoces. Una de las consignas para que no haya l¨ªos es que se eviten las banderas, el alcohol y los porros.
Cada uno de los asuntos que se tratan, tanto legales, como de intendencia (comida, infraestructura, cultura) se debaten en comisiones. Uno de los aspectos que m¨¢s valoran los concentrados son las asambleas donde cualquiera puede pedir el meg¨¢fono para decir lo que le parezca. A veces, como en la noche del jueves en Vigo, con un punto de ingenuidad que hasta resulta conmovedor: "Me he estado leyendo eso de la ley electoral, la Ley D'Hondt, y es muy complicado", se?alaba una joven. Tras los aplausos (que se expresan sin ruido, agitando las dos manos en alto), un chico tom¨® la palabra para expresar su malestar por la reciente reforma de la Ley Electoral: "Los partidos se han asegurado que la informaci¨®n electoral que dan los medios es de los mayoritarios". Los testimonios diarios rebosan sentido com¨²n, cr¨ªtica, autocr¨ªtica: "Dentro de unos d¨ªas nos olvidaremos de esto, igual que nos olvidamos del 'no a la guerra". Tambi¨¦n de esperanza: "Depende de nosotros mismos cambiar". La mayor¨ªa tiene entre 20 y 30 a?os y han sufrido de alguna forma la exclusi¨®n laboral. "Hasta hace poco viv¨ªa en el mundo de Yupi, ahora soy una parada m¨¢s de una generaci¨®n muy bien preparada", aseguraba el mi¨¦rcoles una mujer. Pero hay cada vez m¨¢s hombres y mujeres de mediana edad, y sobre todo jubilados que se paran para expresar su apoyo.
La intenci¨®n manifiesta de los concentrados es continuar protestando m¨¢s all¨¢ de los comicios de ma?ana. "Esto no puede quedar aqu¨ª, vamos a seguir hasta las pr¨®ximas elecciones generales. Veremos c¨®mo nos organizamos, habr¨¢ quien pueda venir solo un par de d¨ªas a la semana o unas horas, otros m¨¢s. Porque no somos antisistema, somos gente normal que trabaja, que est¨¢ en paro, que tiene su familia... Todos estamos hartos de que los pol¨ªticos solo nos miren de frente cuando nos piden el voto y despu¨¦s nos den la espalda para gobernar". La arenga no la pronunci¨® ning¨²n organizador mitinero, sino una se?ora.
Informaci¨®n de Mar¨ªa Fern¨¢ndez, Paola Obelleiro y Pablo Linde.
E.DOM?NGUEZ: Parado "?C¨®mo no voy a estar aqu¨ª?"
"Me llamo Emilio, tengo 37 a?os, estoy casado, tengo dos hijos, una hipoteca, casi no llegamos a fin de mes. ?C¨®mo no voy a estar aqu¨ª?", se pregunta. Su situaci¨®n no ha cambiado de la semana pasada a ¨¦sta, pero ahora puede reflexionar en voz alta en la concentraci¨®n pac¨ªfica que se ha organizado en el principal acceso a la calle del Pr¨ªncipe, la m¨¢s comercial de Vigo. "Hay personas de todas las edades, somos padres de familia, jubilados, hipotecados, no somos cuatro ni?os. Hace tiempo que deb¨ªamos haber salido a la calle. Yo estaba esperando que los sindicatos movilizaran a la gente, pero han hecho lo que han querido, es indignante, convocaron una huelga general cuando estaba todo firmado", protesta. Ma?ana ir¨¢ a votar como ha hecho siempre, esperando que todo lo que est¨¢ ocurriendo sirva para algo. "Dan ganas de llorar. Es lo m¨¢s libre que he vivido hasta ahora", dice emocionado.
ANABEL L?PEZ: Estudiante "Queremos un cambio ya"
Como la mayor¨ªa de los acampados en la Praza do Obradoiro de Santiago, Anabel L¨®pez es estudiante universitaria. Esta cacere?a de 24 a?os lleva dos viviendo en Galicia y desde aqu¨ª reivindica "un cambio ya". "Ya est¨¢ bien de que paguemos los errores de los dem¨¢s, de los banqueros, de los Gobiernos, que son corruptos y ladrones. Los j¨®venes vemos imposible trabajar con esta crisis", relata. Ella acaba este mismo a?o Biolog¨ªa y ve complicadas sus perspectivas laborales. Como casi todos sus compa?eros alargar¨¢ los estudios. Lo hacen, seg¨²n cuenta, a trav¨¦s de m¨¢steres u oposiciones porque ven una quimera encontrar un empleo a corto plazo. Ella se preparar¨¢ el BIR, algo similar al MIR de los m¨¦dicos para bi¨®logos. "Y en una situaci¨®n similar estamos muchos de los que hemos venido aqu¨ª. Estamos para cambiar las cosas y no quedarnos parados", relata.
OLIVA: Jubilada "?Me alegro tanto de esto!"
"Vengo para apoyar a la juventud, ?me alegro tanto de que se manifieste!". Oliva, jubilada, participa en el 15-M de A Coru?a como madre (cinco hijos), abuela (seis nietos) y bisabuela (uno). Ten¨ªa la corazonada de que algo iba a pasar. Ya se lo hab¨ªa dicho a su marido: "?Quien me diera que los j¨®venes se manifestaran!". Al ver las primeras im¨¢genes de la Puerta del Sol, no se lo pens¨® dos veces y cada tarde acude con su marido al Obelisco. "Los pol¨ªticos ofrecen mucho pero solo hay paro y corrupci¨®n, y somos los padres y los abuelos, con nuestras peque?as pensiones, los que tenemos que ayudar a los j¨®venes". Sufre al ver que e sus hijos, que cri¨® "con tanto sacrificio", se quedan sin trabajo. Acudir¨¢ a votar aunque sabe que hay "mucho desganado". Su madre, de 101 a?os, no lo est¨¢ y espera ansiosa para depositar su papeleta. "Ya solo faltar¨ªa que todo esto sirva para que no acude a votar la gente de izquierda", apunta su marido.
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