El castigo
El Partido Popular concentra desde ayer el mayor poder auton¨®mico y municipal del que ha dispuesto ninguna fuerza pol¨ªtica desde la recuperaci¨®n de la democracia en Espa?a. Podr¨¢ discutirse si es m¨¢s el resultado de aciertos propios que de errores ajenos, pero lo que est¨¢ fuera de duda es que el partido de Mariano Rajoy asume una trascendental responsabilidad no solo ante quienes le han votado, sino tambi¨¦n ante los ciudadanos que se han inclinado por otras opciones. En democracia, la mayor¨ªa no puede confundirse con la totalidad.
La campa?a que precedi¨® a las elecciones de ayer ha sido ensimismada y poco clarificadora. Ensimismada, porque los principales partidos se han limitado a prolongar el cruce de descalificaciones en el que llevan enzarzados en las dos ¨²ltimas legislaturas. Poco clarificadora, porque el planteamiento de la campa?a del que part¨ªan populares y socialistas imped¨ªa cualquier confrontaci¨®n entre programas. Mientras que el PP se propuso convertir una consulta municipal y auton¨®mica en una primera vuelta de las generales, el Partido Socialista intent¨® infructuosamente mantenerse en aquel terreno. Eso no le ha evitado obtener sus peores resultados en unas elecciones municipales, adem¨¢s de perder algunos de los gobiernos auton¨®micos que continuaban en sus manos.
El PP obtiene la mayor cuota de poder territorial de la historia de la democracia a costa del PSOE
Antes de las elecciones, los socialistas aspiraban a minimizar la imagen de derrota y para ello pretend¨ªan concentrar sus esfuerzos para obtener la victoria en muncipios y autonom¨ªas a los que conced¨ªan una poderosa carga simb¨®lica. Ni siquiera este consuelo les fue concedido por los votantes. El Partido Socialista perdi¨® ayer Castilla-La Mancha y la mayor¨ªa absoluta en Extremadura, dos comunidades que no han conocido un gobierno de otro signo. Tambi¨¦n perdi¨® los Ayuntamientos de Barcelona y de Sevilla, dos ciudades que, por distintas razones, han estado estrechamente vinculadas al socialismo en Espa?a durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. Por primera vez CiU se convierte en la primera fuerza municipal en Catalu?a. Al final de la noche, el PP sum¨® unos 400.000 votos, mientras el PSOE sufri¨® una sangr¨ªa de casi mill¨®n y medio.
El primer beneficiado de este retroceso general de los socialistas ha sido el Partido Popular, que confirma con los resultados obtenidos sus expectativas de un triunfo f¨¢cil y, seg¨²n conf¨ªa, igualmente rotundo, en las pr¨®ximas elecciones generales. Pero, junto a ¨¦l, han conseguido incrementar su representaci¨®n auton¨®mica y, sobre todo, municipal, fuerzas de distinto signo, situadas tanto a la izquierda como a la derecha. En este caso se encuentra UPyD en Madrid capital y, en Catalu?a, una formaci¨®n izquierdista como CUP y la xen¨®foba Plataforma por Catalu?a. Tambi¨¦n la entrada de Bildu en los ayuntamientos del Pa¨ªs Vasco, sobre todo en Guip¨²zcoa, es uno de los datos m¨¢s significativos de la jornada.
A la vista de los resultados, queda claro que los populares han logrado imponer su agenda en estas elecciones, proyectando sobre las candidaturas socialistas el severo desgaste que padece el Gobierno central y su presidente. La renuncia de Zapatero a repetir como cabeza de cartel no ha tenido los efectos esperados, y el conjunto del PSOE ha debido cargar con la factura. A partir de este momento, los avatares de la sucesi¨®n son una moneda al aire, no solo por el hecho de desconocer qui¨¦n ser¨¢ el candidato, sino tambi¨¦n por los efectos que el proceso puede provocar en los desencantados votantes socialistas. La presi¨®n de los populares en favor de un adelanto electoral no facilitar¨¢ las cosas.
Las elecciones celebradas ayer ten¨ªan como objetivo renovar los ayuntamientos y los parlamentos de 13 autonom¨ªas, no decidir sobre el final precipitado de la legislatura. La contundencia de los resultados, sin embargo, coloca una especial responsabilidad sobre el Gobierno y el Partido Socialista. Si Zapatero y su Ejecutivo no demuestran que est¨¢n en condiciones de emprender iniciativas pol¨ªticas que doten de sentido la espera hasta marzo, el Partido Popular se sentir¨¢ suficientemente reforzado para reclamar la disoluci¨®n de las C¨¢maras.
Las trascendentales consecuencias sobre la pol¨ªtica nacional de las elecciones celebradas ayer no pueden, con todo, ocultar las tareas pendientes en los ¨¢mbitos municipal y auton¨®mico. La victoria del PP significa que ¨¦l ser¨¢ el encargado de dar respuesta a los principales problemas a los que se enfrentan los ayuntamientos y las comunidades aut¨®nomas, y de los que no se ha hecho apenas menci¨®n durante la campa?a. El mayor de todos, la grave situaci¨®n presupuestaria de municipios y comunidades, un asunto que, no solo no ha sido objeto de atenci¨®n durante la campa?a, sino que ni siquiera ha llegado a ser reconocido p¨²blicamente por los partidos. En la acumulaci¨®n de este d¨¦ficit no hay fuerza pol¨ªtica que salga mejor parada que otra, por lo que carecer¨ªa de sentido que los populares cedieran a la tentaci¨®n de hacer recaer todas las culpas sobre los socialistas, con el agravante de no ahorrarle al pa¨ªs pasar por unas previsibles turbulencias financieras.
Comparece Zapatero
La dimensi¨®n de la derrota sufrida por el Partido Socialista hizo que, de manera inesperada, fuese el propio Rodr¨ªguez Zapatero quien compareciera al final de la jornada para asumir impl¨ªcitamente las responsabilidades. Era una forma de manifestar que, aunque en retirada, sigue siendo el l¨ªder del partido, al mismo tiempo que un gesto para proteger a su eventual sucesor. El presidente apunt¨® hacia la crisis econ¨®mica como causa principal del castigo infligido a los socialistas y quiso defender de nuevo la gesti¨®n del Gobierno, insistiendo en la necesidad de proseguir con las reformas para impulsar la recuperaci¨®n econ¨®mica y la creaci¨®n de empleo. Esa es seguramente su voluntad; falta que sea viable.
El factor m¨¢s sorprendente de esta campa?a han sido las concentraciones del Movimiento 15-M, que han coreado repetidamente el grito "no nos representan". Fuera cual fuese ayer la opci¨®n de cada ciudadano en las urnas, lo cierto es que, hoy, los consistorios y parlamentos aut¨®nomos elegidos s¨ª nos representan, y es a ellos a los que habr¨¢ que pedir cuentas de su gesti¨®n en cuanto se constituyan.
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