Inmigraci¨®n: Espa?a sale ganando
Los trabajadores extranjeros, satanizados en la reciente campa?a electoral por el creciente populismo xen¨®fobo, aportan m¨¢s a las arcas del Estado de lo que reciben. Los datos desmienten los t¨®picos callejeros
El populismo xen¨®fobo se ha convertido en componente ineludible de la escena pol¨ªtica en un buen n¨²mero de pa¨ªses europeos. Aprovechando la erosi¨®n de los referentes pol¨ªticos tradicionales del eje izquierda-derecha, estas fuerzas pol¨ªticas han introducido con ¨¦xito el tema de la inmigraci¨®n en la agenda pol¨ªtica con objeto de capitalizar el creciente malestar de la ciudadan¨ªa. Los sentimientos de desencanto de los ciudadanos no aciertan a encontrar un referente ideol¨®gico y pol¨ªtico que les dote de sentido, lo que abre un considerable nicho electoral para aquellos que sean capaces de canalizar la fuerza de la indignaci¨®n (La pol¨ªtica paralizada por el miedo, Germ¨¢n Cano, EL PA?S, 13-5-2011). El inmigrante es utilizado como catalizador de la incertidumbre y de la percepci¨®n de vulnerabilidad que afecta a las sociedades posindustriales contempor¨¢neas. En este contexto los argumentos de que los inmigrantes son responsables de los principales problemas sociales (inseguridad, desempleo), abusan de los sistemas de protecci¨®n social, o que suponen una carga para el Estado de bienestar de la sociedad receptora, pasan a formar parte de un discurso con amplio eco social.
Son el 10% de los afiliados a la Seguridad Social y solo el 1% de los perceptores de pensiones
Como son j¨®venes y no pueden perder tiempo de trabajo, van menos al m¨¦dico que los espa?oles
Durante la pasada campa?a electoral la utilizaci¨®n del discurso antiinmigraci¨®n por determinados partidos y "empresarios pol¨ªticos" se ha hecho particularmente visible en algunos municipios de Catalu?a. A pesar de su car¨¢cter localizado, este fen¨®meno deber¨ªa ser observado con preocupaci¨®n ya que podr¨ªa estar se?alando una tendencia de la pol¨ªtica espa?ola en los pr¨®ximos a?os. La experiencia de otros pa¨ªses europeos nos muestra c¨®mo el surgimiento del populismo xen¨®fobo viene a reorganizar radicalmente el mapa pol¨ªtico de un pa¨ªs: no solo introduce una nueva fuerza en el mercado pol¨ªtico, sino que conlleva un cambio de estrategia en el resto de los partidos que se ven tentados de incorporar parcialmente los objetivos y el estilo de los populistas. La consolidaci¨®n de este tipo de partidos tiene adem¨¢s una influencia considerable sobre las pol¨ªticas p¨²blicas, como resulta claramente visible estos d¨ªas en los casos de Italia, Francia o Dinamarca.
Fruto del vertiginoso aumento de la inmigraci¨®n experimentada en la ¨²ltima d¨¦cada, algo m¨¢s del 12% de la poblaci¨®n residente actualmente en Espa?a es extranjera. El verdadero efecto llamada de estos inmigrantes, en su mayor¨ªa de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, hay que buscarlo en el modelo de crecimiento econ¨®mico vigente en nuestro pa¨ªs durante los ¨²ltimos lustros, basado en el desarrollo de sectores de actividad intensivos en factor trabajo y baja productividad (construcci¨®n, agricultura). El d¨¦ficit de cuidados producido por la creciente incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral, insuficientemente apoyada por el Estado de bienestar, gener¨® tambi¨¦n una fuerte demanda de mano de obra femenina para el sector dom¨¦stico.
Los an¨¢lisis del impacto de estos flujos migratorios sobre la econom¨ªa y las finanzas p¨²blicas espa?olas arrojan un balance claramente positivo. La inmigraci¨®n ha contribuido al desarrollo de nuestro pa¨ªs, favoreciendo el crecimiento del empleo y permitiendo la supervivencia de importantes sectores de la econom¨ªa espa?ola. En el ¨¢mbito concreto del Estado de bienestar, los inmigrantes han actuado tambi¨¦n como contribuyentes netos, fundamentalmente por su mayor juventud y alta tasa de actividad. Uno de los ejemplos m¨¢s evidentes se refiere al sistema de Seguridad Social. En la actualidad, menos del 1% de los perceptores de pensiones son extranjeros, aunque estos representan m¨¢s del 10% de los afiliados. A pesar de que el desempleo est¨¢ afectando de manera particularmente importante a la poblaci¨®n extranjera (con una tasa de paro superior al 30%, frente al 18% de los aut¨®ctonos), el porcentaje de extranjeros afiliados al INSS ha permanecido pr¨¢cticamente invariable durante los ¨²ltimos a?os. As¨ª, el sistema de Seguridad Social no ha incurrido en d¨¦ficits, como hab¨ªa ocurrido en anteriores periodos de crisis, pese al sustancial incremento de la factura de las prestaciones por desempleo.
Los efectos netamente beneficiosos de la inmigraci¨®n para las arcas de la Seguridad Social se reproducen en el resto de ¨¢mbitos del bienestar. La proporci¨®n del gasto social dedicado a la poblaci¨®n inmigrante ha ido creciendo en los ¨²ltimos a?os (del 1% del gasto sanitario y educativo en 2000, al 5% y 6% respectivamente en 2007), aunque sigue siendo considerablemente inferior a su peso relativo en la poblaci¨®n total. El uso que los extranjeros hacen del sistema sanitario es inferior al de la poblaci¨®n espa?ola (consultan un 7% menos al m¨¦dico de cabecera y un 16,5% menos al especialista). Adem¨¢s, pese a que las tasas de pobreza de latinoamericanos, africanos y asi¨¢ticos son sustancialmente superiores a las de los aut¨®ctonos (m¨¢s del 30% de ellos se encuentran por debajo del umbral del 60% de la mediana de la renta, frente a algo m¨¢s del 18% de los espa?oles), en 2008 los extranjeros representaban tan solo el 11,2% de perceptores de rentas m¨ªnimas de inserci¨®n, y el 13,7% de los usuarios de los servicios sociales.
Sin embargo, pese a la aportaci¨®n claramente positiva que la inmigraci¨®n supone para el Estado de bienestar, la opini¨®n p¨²blica espa?ola tiende a percibir a los inmigrantes cada vez m¨¢s como "acaparadores" de recursos p¨²blicos. As¨ª, el porcentaje de personas que cree que los inmigrantes reciben del Estado "m¨¢s" o "mucho m¨¢s" de lo que aportan pas¨® del 36% en 2006, al 52% en 2008. M¨¢s de la mitad de los encuestados opinaba tambi¨¦n que, a igualdad de ingresos, los inmigrantes reciben m¨¢s ayudas escolares que los espa?oles, y un 46% compart¨ªa esta misma opini¨®n en relaci¨®n con las prestaciones sanitarias. En 2008, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n espa?ola se mostraba, por primera vez, partidaria de restringir la entrada de inmigrantes a nuestro pa¨ªs.
Si bien las actitudes de rechazo a la inmigraci¨®n son m¨¢s frecuentes entre personas con bajo nivel educativo y econ¨®mico, mayor religiosidad, mayor edad y/o orientaci¨®n ideol¨®gica m¨¢s conservadora, la experiencia de otros pa¨ªses nos demuestra que el apoyo a partidos populistas xen¨®fobos procede de sectores sociales muy diversos, incluyendo a desencantados con los partidos tradicionales. La creciente actitud de desconfianza hacia los inmigrantes constituye as¨ª un potencial caladero de votos para "empresarios pol¨ªticos" dispuestos a aplicar una estrategia populista xen¨®foba.
La concentraci¨®n de poblaciones de origen inmigrante en determinados barrios y municipios ha dado, sin duda, lugar a desajustes entre demanda y oferta de prestaciones y servicios de protecci¨®n social, lo cual se traduce en masificaci¨®n y deterioro de la calidad de dichos programas, algo directamente observable por los residentes de estas zonas que tienden a responsabilizar a los reci¨¦n llegados de dicha degradaci¨®n. Ante esta situaci¨®n, la intervenci¨®n de las Administraciones p¨²blicas resulta crucial para reducir la percepci¨®n de competencia por recursos escasos que alimenta actitudes xen¨®fobas. Ante una d¨¦bil respuesta p¨²blica puede acelerarse la desafecci¨®n de las clases medias por los servicios p¨²blicos, as¨ª como un aumento del rechazo hacia los nuevos residentes por parte de aquellos segmentos de la poblaci¨®n aut¨®ctona que contin¨²an dependiendo de los esquemas p¨²blicos de protecci¨®n social. La consecuencia de ambos procesos es la p¨¦rdida de legitimidad del Estado de bienestar, y por tanto el cuestionamiento de su sostenibilidad en el medio y largo plazo.
La llegada de las poblaciones de origen inmigrante deber¨ªa ser considerada como una oportunidad para identificar los puntos d¨¦biles de nuestro sistema de protecci¨®n social. Aprovech¨¢ndose de estas debilidades y contradicciones, el populismo sintoniza con las inquietudes de una parte de la ciudadan¨ªa, pero las soluciones que propone no resuelven los problemas de fondo, tan solo estigmatiza a los inmigrantes. Los Gobiernos regionales y locales surgidos de las urnas en las elecciones de ayer, en colaboraci¨®n con el resto de Administraciones p¨²blicas, tienen ante s¨ª, por tanto, un doble reto: articular pol¨ªticas que den respuestas efectivas a los nuevos desaf¨ªos planteados por la inmigraci¨®n, y garantizar la sostenibilidad futura del Estado de bienestar.
Mar¨ªa Bruquetas Callejo es profesora en el Departamento de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de ?msterdam. Francisco Javier Moreno Fuentes es investigador en el Instituto de Pol¨ªticas y Bienes P¨²blicos del CSIC. Ambos son autores del libro Inmigraci¨®n y Estado de bienestar en Espa?a, publicado en la Colecci¨®n de Estudios Sociales de la Obra Social La Caixa.
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