El irrepetible gal¨¦s volador
Giggs, el predilecto de Ferguson, encara el duelo agobiado por haberse desvelado su adulterio
Ryan Joseph Wilson Giggs naci¨® en 1973 en Carlton, junto a Cardiff, en Gales, y all¨ª vivi¨® hasta que a los seis a?os se mud¨® a Manchester con su familia porque su padre, jugador de rugby, cuatro veces internacional con Gales, fich¨® por el Swinton. Con 14 a?os capitane¨® la selecci¨®n escolar de Inglaterra en Wembley en un partido contra Alemania, pero poco despu¨¦s, cuando tuvo que escoger selecci¨®n, opt¨® por Gales.
Hay quien piensa que es motivo suficiente para que el escoc¨¦s Alex Ferguson, que, una vez tras otra, ha rechazado el cargo de seleccionador de Inglaterra, le tenga en tan alta estima. Pero sobran razones para referirse a ¨¦l como uno de los grandes de la historia del f¨²tbol y un referente en la del United. "La primera vez que le vi", recuerda el m¨¢nager del Manchester, "me pareci¨® ver a un cocker acorralando a su presa. A su paso, revoloteaban las hojas ca¨ªdas". "Es el talento m¨¢s grande con el que he trabajado en 25 a?os de carrera", sostiene Ferguson, que control¨® de cerca el crecimiento de Giggs y sus compa?¨ªas, adem¨¢s de prohibirle hablar con la prensa durante a?os, temeroso de que dilapidara su talento y se convirtiera en otro George Best.
Nada de eso. Giggs ha jugado m¨¢s partidos que Bobby Charlton con los Red Devils (suma 875) y es el que m¨¢s t¨ªtulos ha ganado en la historia del club: 12 Ligas, cuatro Copas y dos Ligas de Campeones; jam¨¢s ha sido expulsado, fue el primero en ser escogido dos a?os consecutivos el mejor jugador joven de la Premier por la asociaci¨®n de futbolistas, tiene el honor de haber marcado el gol m¨¢s r¨¢pido de United (en 15 segundos, contra el Southampton, en 1995) y es el ¨²nico futbolista que ha sido besado por una aficionada antes de sacar un c¨®rner (en un partido amistoso en Irlanda en 1994).
De acuerdo con una votaci¨®n entre los socios, suyo es el mejor gol de la historia del club: se lo marc¨® al Arsenal en las semifinales de la Copa en 1999. Supersticioso, asegur¨® al final del partido: "Creo que voy a seguir jugando un tiempo con estas botas, aunque un gol como este solo se mete una vez en la vida".
Mestizo -su abuelo es de Sierra Leona-, sufri¨® de ni?o actitudes racistas que le marcaron y fraguaron su car¨¢cter duro y serio, combativo y solidario. Protagoniza decenas de campa?as comerciales y colabora con Unicef en la lucha contra el sida infantil y en tantas acciones contra el racismo de las que es capaz.
"Giggs es un se?or, un caballero, un ejemplo y un referente", tercia Jordi Cruyff, que comparti¨® vestuario con ¨¦l. "Es un excelente compa?ero y un referente en el f¨²tbol", insiste Piqu¨¦, que no tard¨® mucho en saber un axioma del vestuario del Manchester: "Cuando ¨¦l habla, mejor que escuches". Valiente en el campo y fuera de ¨¦l, de Giggs se cuenta que una noche recibi¨® una llamada de Beckham porque hab¨ªa visto intrusos en su jard¨ªn. A los cinco minutos apareci¨® armado con un bate de b¨¦isbol dispuesto a proteger como fuese a su amigo.
Reconvertido desde aquel extremo imparable a creativo mediocentro, no ha menguado su importancia en el juego del equipo. "Ha perdido velocidad de ejecuci¨®n, pero la cabeza le sigue yendo muy r¨¢pida. Sigue viendo la jugada antes que nadie", dice Xavi, para quien tenerle enfrente impone: "T¨² ves a Giggs en el campo y piensas: 'Nano, esto va en serio". Y tercia Luis Su¨¢rez: "Tiene mucha calidad. Aunque ya sea lento para ser extremo, es muy r¨¢pido para ser centrocampista".
Resulta injusto que apenas a unos d¨ªas de su cuarta final de la Copa de Europa, Giggs, que ayer jug¨® un amistoso de homenaje a Gary Neville, sea portada por un adulterio. Nunca ha jugado un Mundial, pero el gal¨¦s volador es irrepetible, aunque solo sea por la imitaci¨®n que hizo de Elvis Presley en 1999, subido a una mesa del hotel Ars, de Barcelona, tras ganar al Bayern en el Camp Nou la Champions.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.