Rooney, el gol como expiaci¨®n
La relaci¨®n entre la estrella del United y su afici¨®n, rota despu¨¦s de que el punta quisiera irse, se recompuso tras una inolvidable chilena al City
Van der Sar, Giggs y Scholes tienen 40, 37 y 36 a?os respectivamente. Lo que no falta en el vestuario del Manchester United es veteran¨ªa. Pese a estas figuras, cerca de las que puede ser confundido por un jovencito, Wayne Rooney, con sus 25 a?os, ya se ha ganado el derecho a ser considerado parte de la bandera del equipo de Alex Ferguson. Red devil desde 2004, en siete temporadas ha marcado 146 goles y levantado 12 trofeos; ma?ana buscar¨¢ en Londres a?adir otro laurel a su palmar¨¦s ante el Barcelona, en la final de la Champions. Llega a la cita europea como uno de los s¨ªmbolos y estrellas del Mufc, campe¨®n de la Premier, pese a que el curso hubiese empezado bajo todas otras perspectivas.
En octubre, mientras el as brit¨¢nico estaba lejos de los campos por una lesi¨®n que le hizo perderse el arranque de la temporada, empezaron los rumores sobre la posible salida del delantero, decepcionado por la falta de perspectiva del club. Las especulaciones de la prensa fueron confirmadas por Ferguson. "Roooney quiere irse", declar¨® el t¨¦cnico, y dej¨® claro que si se iba no era porque hubiera desavenencias entre ellos, sino porque el prol¨ªfico delantero quer¨ªa m¨¢s dinero. En Manchester se vivieron d¨ªas dram¨¢ticos: mientras la afici¨®n ten¨ªa que hacerse a la idea de un ¨ªdolo ca¨ªdo, la prensa se desat¨® para adivinar el posible destino del jugador. Seg¨²n The Guardian, Bar?a y Madrid estaban en la lista, junto a Milan, Chelsea, Inter y, sobre todo, Manchester City. Una hip¨®tesis, esta ¨²ltima, que horrorizaba a la mitad roja de Manchester.
El culebr¨®n, sin embargo, solo dur¨® cuatro d¨ªas, los que pasaron entre las declaraciones de Ferguson y la noticia de la renovaci¨®n del contrato de Rooney hasta 2015 por unos 10 millones anuales (el doble que antes). "Wayne me ha pedido perd¨®n a m¨ª y a los jugadores. Tambi¨¦n lo har¨¢ con los aficionados", dijo el t¨¦cnico del Mufc. Y as¨ª fue. Lo hizo en su p¨¢gina web ese mismo octubre y lo repiti¨® meses despu¨¦s, en una larga entrevista a The Guardian: "Comet¨ª un error. Lo volver¨¦ a decir, me equivoqu¨¦, no tengo problemas en admitirlo. Ped¨ª disculpas y desde entonces estoy intentando demostrarlo ante los fans". Estos, sin embargo, no fueron tan comprensivos y durante dos meses le pitaron, algo inusual en las gradas brit¨¢nicas.
Justo cuando la actitud de la afici¨®n empez¨® a suavizarse, Rooney realiz¨® una obra maestra que sell¨® definitivamente la paz. En febrero, precisamente frente al Manchester City, en un derbi decisivo para la Premier, el punta demostr¨® al jeque de Abu Dabi que, pese a todas las estrellas que pod¨ªa fichar a fuerza de millones, el campe¨®n capaz de cambiar el rumbo a un partido -y a una temporada- a¨²n ten¨ªa la camiseta roja. Una chilena inolvidable a 13 minutos del final tumb¨® a los citizens y sus aspiraciones en la Liga inglesa.
Desde ese momento, todo volvi¨® a los cauces. El Manchester gan¨® el campeonato; la explosi¨®n de Chicharito, futbolista que vive en el ¨¢rea rival, a costa de Berbatov devolvi¨® a Rooney al papel de segunda punta, puesto le permite aprovechar de su formidable disparo desde la media y larga distancia, su habilidad entre l¨ªneas y su llegada. Termin¨® marcando 11 goles en la Premier, - lejos de los 26 de la temporada anterior- y tres en la Champions; no muchos, pero todos decisivos. Firm¨® el 0-1 ante el Rangers en la fase de grupos, el 0-1 en la ida de los cuartos de final ante el Chelsea y el primero de los dos goles en la ida de la semifinal contra el Schalke (0-2), partido en el que tambi¨¦n dio la asistencia para el tanto de Giggs. Ma?ana, lo ¨²nico que puede restar protagonismo al campe¨®n ingl¨¦s es el posible planteamiento defensivo del Mufc; hace dos a?os, en la final de Roma, Rooney fue sacrificado como interior derecho y no dej¨® huella en el duelo que dio al Bar?a su tercera Copa de Europa.
Mientras, sus comportamientos dentro y fuera del campo siguen generando pol¨¦micas. En el ¨²ltimo a?o fue fotografiado mientras fumaba y orinaba fuera de un pub, su mujer le dej¨® por una infidelidad y hace menos de dos meses fue sancionado con dos jornadas de suspensi¨®n por soltar repetidas palabrotas tras un gol que daba la vuelta al marcador en un partido en que el Manchester United iba perdiendo por dos a cero antes el West Ham. Coca Cola decidi¨® renunciar al futbolista para una campa?a publicitaria debido a estos deslices. Sin embargo, su esposa, Coleen, y su afici¨®n han decidido perdonar a Rooney, listo para heredar en su equipo el papel de Van der Sar, Giggs y Scholes.
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