Isner humaniza a Nadal
El espa?ol sufre cuatro horas ante el estadounidense, que lleg¨® a dominarle, y se ve obligado a jugar por primera vez cinco sets en Par¨ªs
Los sufrimientos del defensor del t¨ªtulo, vencedor (6-4, 6-7, 6-7, 6-2 y 6-4) del estadounidense John Isner en la primera ronda, fotograf¨ªan a un Rafael Nadal nuevo, terrenal y humanizado. El partido tiene la terrible belleza de lo imposible, el loco ritmo del caos y los brillos de lo inesperado. Nunca ha perdido un campe¨®n de Roland Garros a la primera al a?o siguiente de conquistar el trono. Jam¨¢s hab¨ªa disputado Nadal cinco sets en su templo.
A la convocatoria de esos extra?os sucesos llega el p¨²blico entre rugidos de entusiasmo mientras el n¨²mero uno mundial se cava un hoyo hecho de "intranquilidad", "nervios" y "desesperaci¨®n". Un solo punto, solitaria bola de break afrontada y cedida en 4h 1m de juego, hace que pase de dominar por 6-4 y 4-2 a que el n¨²mero 39 le domine por dos sets a uno. "Un despiste". El ¨²ltimo de un 2011 pleno de buenos resultados y finales perdidas ante el serbio Novak Djokovic. El triturador de cerebros tiene dudas.
"Estos ¨²ltimos meses tengo despistes, es la verdad. No me deber¨ªa pasar"
"Son muchos a?os arriba, muchas semanas de presi¨®n... No es f¨¢cil"
"Estos ¨²ltimos meses tengo despistes, es la verdad. No me deber¨ªa pasar", reconoci¨® Nadal, que jugar¨¢ en la segunda ronda contra Pablo And¨²jar. "Son muchos a?os de competici¨®n, estando arriba, compitiendo arriba, cada semana... Termina por ser complicado", sigui¨®; "no es f¨¢cil. Es mi noveno a?o en el circuito y son muchas semanas de aguantar la presi¨®n de la concentraci¨®n. Todas las carreras tienen sus momentos altos y bajos. Este, en mi caso, no es bajo para nada porque llevo seis finales seguidas, pero la competici¨®n te lleva a instantes como estos, sin duda. Antes me pasaba un pel¨ªn menos que en estas ¨²ltimas semanas. No hay que esconderlo. Desde la aceptaci¨®n y el saber el problema se puede buscar la soluci¨®n".
En el palco del campe¨®n, mand¨ªbulas apretadas, pu?os cerrados, gargantas contenidas hasta los "?vamos!" finales y sufrimientos ante esa posici¨®n de juego retrasada, esos golpes sin finalizar el movimiento y esa iniciativa perdida frente a Isner, incendiario en su b¨²squeda de la red, donde perdi¨® mucho y gan¨® bastante, consciente de su inferioridad desde el fondo.
"Cuando estaba el partido bien encarrilado, Rafael no ha tenido la concentraci¨®n necesaria", coincidi¨® con su sobrino Toni Nadal, su entrenador; "a partir de ese momento, Isner ha empezado a sacar muy bien [13 aces] y Rafael se ha puesto nervioso".
Nadal encontr¨® la salida al atolladero en las piernas. Jug¨® mal los dos desempates. Rest¨® desde demasiado lejos. Vio c¨®mo Isner respond¨ªa a su primer golpe de autoridad (dos bolas de set al resto en la tercera manga) con dos servicios supers¨®nicos, a 224 y 225 kil¨®metros por hora.
El n¨²mero uno, sin embargo, tuvo en el reloj al mejor aliado. Ganado el cuarto set, que jug¨® primorosamente (84% de puntos anotados con su saque, ning¨²n error no forzado), lleg¨® al quinto con la tranquilidad de saber que el encuentro premiar¨ªa al mejor maratoniano. En Roland Garros no hay tie-break en la manga final. As¨ª termin¨® Isner: "En el ¨²ltimo punto casi necesito ox¨ªgeno. Casi me derrumb¨¦. Mis piernas se hab¨ªan muerto. Me pas¨® literalmente por encima".
El encuentro revel¨® las innumerables presiones a las que est¨¢ sometido el mallorqu¨ªn. En Par¨ªs, Nadal perder¨¢ el n¨²mero uno si no gana el t¨ªtulo, pero ni eso le valdr¨¢ si Djokovic est¨¢ en la final. En Par¨ªs se juega con pelotas nuevas y los especialistas, ninguno m¨¢s acreditado que Nadal, han perdido "sensaciones". En Par¨ªs, donde se abuchea con desprecio cada bola reclamada, solo se vio a dos tenistas ganar el torneo despu¨¦s de castigar sus piernas durante cinco mangas en la primera ronda: el italiano Panatta (1976) y el argentino Gaudio (2004).
Sin embargo, algo est¨¢ claro. Para tumbar a Nadal, un tit¨¢n hasta en las malas, har¨¢ falta mucho m¨¢s que un saque como una maza.
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