'Yes, we Camps'
Antes de que los participantes tengan a bien pronunciarse, las opiniones externas (y cuerdas) sobre las acampadas/15M/spanish/galician/revolution, van desde que exigen cambiar el mundo hasta que se rebelan contra esta democracia insulsa. Apoyo la primera opci¨®n (aun recordando la memorable frase de To?ito Blanco: "Queremos cambiar el mundo, pero no perder el puesto de trabajo") y disiento frontalmente de la segunda. Igual que las pel¨ªculas protagonizadas por Vin Diesel, la democracia tal y como aqu¨ª la entendemos y practicamos merece bastantes de los adjetivos que se le quieran a?adir, pero no insulsa. Si utilizase el m¨¦todo argumental de los tertulianos de Intereconom¨ªa, bastar¨ªan dos ejemplos: el v¨ªdeo de la candidata del PP en L'Alf¨¤s del Pi (Alicante), Maite Huerta, tratando de impedir el voto de una discapacitada, o el hecho de que el n¨²mero dos de Tega por A Coru?a en las pasadas auton¨®micas, Jos¨¦ L¨®pez Balado, repita como candidato, esta vez como Xexu L¨®pez, en Supervivientes.
Si la Operaci¨®n Campe¨®n hubiera sido antes, la Diputaci¨®n de Lugo habr¨ªa cambiado de manos
Pero seamos serios. La prueba de que la democracia es todo menos insulsa est¨¢ en opiniones trending topic como que la suma de votos nulos y blancos ser¨ªa la cuarta fuerza pol¨ªtica en Espa?a, un argumento similar al que alguien aportaba en Twitter: tambi¨¦n podemos decir que el liderato de audiencia en televisi¨®n es el aparato apagado. O en las proclamas contra el actual sistema electoral cuando precisamente en las municipales la proporcionalidad roza la te¨®rica perfecci¨®n, como prueba el caso de Cambre, donde apenas 11.000 votantes se han dado ma?a para ser representados en la corporaci¨®n por siete opciones pol¨ªticas.
Los resultados del 22-M, todav¨ªa calientes, han desmontado dos t¨®picos. Uno, que el voto emigrante -con todas sus irregularidades y su sinraz¨®n en unos comicios locales- influ¨ªa decisivamente en los resultados. Los 300.000 votos del CERA que no se han podido emitir en esta ocasi¨®n no han tenido m¨¢s efecto que el de inflar la participaci¨®n en Galicia en seis puntos sobre las anteriores, el mayor crecimiento de todas las comunidades y un dolor de cabeza a la hora comparar los resultados absolutos con los de 2007. El otro, que la efectiva caradura o presunta corrupci¨®n resta apoyos. Al contrario. Si la Operaci¨®n Campe¨®n se hubiese producido hace una semana, quiz¨¢s la Diputaci¨®n de Lugo hubiese cambiado de manos. A lo mejor es porque la gente soporta mucho mejor que se hable de sus vicios y cr¨ªmenes, que de sus fracasos y debilidades, como advert¨ªa el cuarto conde de Chesterfield (aquel que aleccionaba a su hijo sobre el sexo: "El placer es moment¨¢neo, el coste es exorbitante, la postura, rid¨ªcula."). Es lo que denomino efecto "Yes, we (Francisco) Camps".
Y han producido efectos curiosos. El m¨¢s extra?o, que el partido ganador, el PP de Galicia, se abone ahora a la teor¨ªa tradicional de los que consideraba perdedores, y los bipartitos pasen de ser nefastos a ben¨¦ficos si uno de los componentes es el conservador (menci¨®n especial al candidato de un ayuntamiento de la ex Gran Coru?a: "Como soy el m¨¢s votado, me corresponde Obras"). En las opciones realmente perjudicadas, la m¨¢s castigada es la socialista, pero al menos tiene el consuelo de que m¨¢s se perdi¨® allende Pedrafita. Consuelo del que carece el BNG, porque no puede atribuir la p¨¦rdida de 2,5 puntos sobre el porcentaje de todos los votos (sin entrar en n¨²meros absolutos por la distorsi¨®n del CERA) al "ascenso de la derecha" cuando es un fen¨®meno que solo les afecta a ellos (IU rasca algo. Suben los izquierdistas valencianos y catalanes. Esquerra Republicana baja exactamente el mismo porcentaje que el Bloque). Y lo que es peor, no dan se?ales de haberse enterado (en ERC dimiti¨® la ejecutiva). Su desplome en las ciudades no debe ser ajeno al hecho de que sus listas representaban a poco m¨¢s de la mitad de los supuestos mejores candidatos, por mucho que se afirme que "aqu¨ª no se ha excluido a nadie, no se integr¨® el que no quiso" (que recuerda al cl¨¢sico "no los echamos, se autoexcluyeron"). "Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos", advert¨ªa Maquiavelo. Y que la audiencia de una tele local -Democracia Ourensana- abduzca gran parte de los votos nacionalistas perdidos en Ourense, o que una agrupaci¨®n asamblearia absorba buena parte del apoyo que tuvo el BNG (y EU) en Redondela deber¨ªa hacer que el conjunto de la direcci¨®n asumiese aquello de Mario Benedetti: "Cuando cre¨ªamos que ten¨ªamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas".
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