El final de la escapada
Con Ratko Mladic cae el ¨²ltimo de los grandes criminales de guerra de la antigua Yugoslavia
La captura de Ratko Mladic, que ha valido al Gobierno serbio parabienes un¨¢nimes, cierra en la antigua Yugoslavia el c¨ªrculo de los tres grandes criminales de guerra que llenaron de infamia las postrimer¨ªas del siglo XX en Europa. Mladic, comandante supremo del Ej¨¦rcito serbobosnio, orquest¨® junto con su jefe pol¨ªtico Radovan Karadzic -dirigidos ambos desde Belgrado por Slobodan Milosevic- el genocidio de los musulmanes de Bosnia. El eterno e implacable asedio de Sarajevo y la pavorosa matanza de Srebrenica, episodios que sumaron decenas de miles de muertos inocentes, fueron ejecutados por el despiadado y patol¨®gicamente arrogante general que aspiraba a ver su efigie en las monedas, arrestado ahora en el campo, a los 69 a?os, bajo identidad falsa, en circunstancias no muy diferentes a las que concurrieron en la detenci¨®n de su c¨®mplice Karadzic, va a hacer tres a?os.
En unos d¨ªas, tantos a?os despu¨¦s del apogeo de su vesania homicida, Mladic coincidir¨¢ con Karadzic en las celdas de La Haya, donde muri¨® Milosevic mientras era procesado. A hacer luz sobre sus cr¨ªmenes, en el proceso de relevancia hist¨®rica que le aguarda, ayudar¨¢n sin duda los diarios de guerra del general, escritos de su pu?o y letra, que cubren hechos entre 1991 y 1996 y que fueron hallados hace un a?o, ocultos en su casa de Belgrado, cuando ya el Ejecutivo serbio, presionado por la UE y Estados Unidos, se hab¨ªa propuesto su captura. Ratko Mladic ha vivido en Serbia desde 1995, arropado por militares y servicios secretos y el manifiesto desinter¨¦s de sucesivos Gobiernos para poner a disposici¨®n de los jueces de la ONU a un hombre a quien muchos consideran todav¨ªa un h¨¦roe. En captura internacional desde el final de la guerra de Bosnia, solo se ocult¨® realmente tras la ca¨ªda de su protector Milosevic, en 2001. Hasta entonces se exhib¨ªa impunemente en p¨²blico.
La detenci¨®n de Mladic, debida ante todo a la memoria de sus innumerables v¨ªctimas, remueve el mayor obst¨¢culo a las aspiraciones de Belgrado de integrarse alg¨²n d¨ªa en la Uni¨®n Europea, su objetivo prioritario. Heredero de un pasado tan ominoso como reciente, el Gobierno reformista de Boris Tadic se ha venido esforzando para alentar la reconciliaci¨®n ¨¦tnica en los Balcanes, sea pidiendo perd¨®n por las atrocidades serbias en Bosnia o Croacia, sea negociando con Kosovo, pese a no reconocer la secesi¨®n de su antigua provincia de mayor¨ªa albanesa.
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