Cae el carnicero de los Balcanes
Serbia detiene a Ratko Mladic, acusado del genocidio de Srebrenica y el asedio de Sarajevo - El pr¨®fugo viv¨ªa en una modesta granja a 80 kil¨®metros de Belgrado
"Anuncio, en nombre de la Rep¨²blica de Serbia, el arresto de Ratko Mladic. Hemos cerrado un cap¨ªtulo dif¨ªcil de nuestra historia reciente". Con esta solemne declaraci¨®n confirm¨® ayer Boris Tadic, presidente serbio, que el pr¨®fugo m¨¢s buscado de la justicia internacional estaba en manos de la polic¨ªa. En concreto, de un grupo de agentes especiales serbios que le encontraron de madrugada en la ciudad de Lazarevo, a unos 80 kil¨®metros de Belgrado.
Acusado del genocidio de Srebrenica por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), el exgeneral serbobosnio, de 69 a?os, se hac¨ªa llamar Milorad Komadic. Aunque no hab¨ªa retocado su aspecto f¨ªsico, estaba tan envejecido que "hubiera sido dif¨ªcil reconocerle", seg¨²n las fuerzas especiales. Tres unidades de asalto llevaban dos semanas vigilando una modesta granja, propiedad de unos amigos de Mladic. Cuando entraron, "¨¦l estaba ojeroso y desmadejado y no ofreci¨® resistencia", pese a que iba armado con dos pistolas.
"Estaba ojeroso y desmadejado y no ofreci¨® resistencia", dijeron los agentes
La Haya lo acusa de genocidio y cr¨ªmenes de guerra y lesa humanidad
Una vez comprobada su identidad, fue llevado cerca de Belgrado para comparecer ante el juez. "Una de sus manos est¨¢ casi paralizada; le ha examinado un m¨¦dico y su abogado le ha dado unas pastillas", explicaron fuentes judiciales a la agencia Reuters. Mladic parec¨ªa desorientado y cansado. Los fiscales serbios han recordado que los tr¨¢mites de extradici¨®n a La Haya, sede del TPIY, pueden demorarse varios d¨ªas. Entre otras cosas, porque sus abogados pueden apelar el traslado.
En apariencia, la detenci¨®n de Mladic ha sido limpia y certera. Ha costado, sin embargo, una d¨¦cada de operaciones policiales frustradas y desencuentros pol¨ªticos. Su hallazgo ha coincidido, adem¨¢s, con dos hechos significativos. De un lado, el informe peri¨®dico elaborado por Serge Brammertz, fiscal jefe del TPIY, que una vez m¨¢s constataba "la insuficiente falta de cooperaci¨®n de Belgrado en la captura del pr¨®fugo; una de sus mayores obligaciones". El texto deb¨ªa presentarse en junio, pero se ha conocido con anterioridad. Un detalle picante. Otras veces, y siempre antes de que apareciera el informe, Belgrado parec¨ªa lanzar una ofensiva en toda regla para localizar a Mladic. No produc¨ªa el resultado esperado, pero las autoridades de turno mostraban su voluntad de cooperaci¨®n. Si bien la fiscal¨ªa no puede decidir por s¨ª sola el futuro de Serbia en la UE, una opini¨®n negativa manten¨ªa cerrada la puerta comunitaria. En especial para Holanda, opuesta hasta la fecha a cualquier avance sin un arresto.
La explicaci¨®n se remonta a la propia Srebrenica. Los cascos azules holandeses proteg¨ªan a los civiles en la ciudad cuando entraron las tropas de Mladic en 1995. No pudieron, ni supieron defender a la poblaci¨®n, y el asesinato de 8.000 varones musulmanes (separados de sus mujeres e hijos peque?os) sigue pesando en la conciencia colectiva nacional. Por eso Joris Voorhoeve, que era ministro de Defensa en el momento de la matanza, dijo ayer que el arresto le parec¨ªa "la mejor noticia recibida en a?os".
Wim Kok, primer ministro socialdem¨®crata que dimiti¨® en 2002, cuando la investigaci¨®n oficial sobre lo ocurrido ech¨® tambi¨¦n la culpa a Holanda, a?adi¨® lo siguiente: "Parece incomprensible que Mladic se escondiera tantos a?os. Lo importante es que podr¨¢ hacerse justicia".
La otra circunstancia relevante que ha coincidido con la captura procede de Serbia. En especial de las nuevas generaciones de serbios. Seg¨²n los ¨²ltimos sondeos publicados, un 51% de la poblaci¨®n niega su apoyo al fugitivo. Es cierto que para algunos sectores ultranacionalistas tanto Mladic como su antiguo jefe pol¨ªtico, Radovan Karadzic -en manos del TPIY-, siguen siendo los h¨¦roes de una guerra librada en defensa de los intereses patrios. Sus hijos y nietos saben, por el contrario, que la reconciliaci¨®n nacional ser¨¢ dif¨ªcil. Y con Mladic en rebeld¨ªa, imposible. Por cierto que Karadzic, desde su celda, lament¨® anoche la captura de su exjefe militar. "Quiero trabajar con ¨¦l en la b¨²squeda de la verdad sobre la guerra de Bosnia", a?adi¨®.
Cuando por fin se presente ante los jueces internacionales, Ratko Mladic, el general m¨¢s brillante de su generaci¨®n, afrontar¨¢ los tres mayores delitos posibles: genocidio y cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. El caso de Srebrenica, que fue la peor matanza registrada en Europa desde la II Guerra Mundial, ha dejado casi en segundo plano los otros dos. El cerco de Sarajevo resume los cr¨ªmenes de guerra. El asedio dur¨® cuatro a?os y atorment¨® a la poblaci¨®n, atrapada, y filmada en directo por las c¨¢maras internacionales. La acusaci¨®n de delitos contra la humanidad recoge "el plan de eliminar a todos los bosnios musulmanes, y a los croatas, de Bosnia Herzegovina".
Ca¨ªdo Mladic, queda por encontrar a Goran Hadzic, presidente de la Rep¨²blica Serbia de Krajina durante la guerra de Croacia. Se le acusa tambi¨¦n de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. En especial, de la muerte de 250 pacientes croatas, sin escapatoria posible, del hospital de Vukovar. Es el ¨²ltimo renegado de la justicia internacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.