Escribir entre el bronce y "Show Me the Money"
?Hambre o gloria? ?Qu¨¦ te desvela? ?Obtener un suculento anticipo, ganar un premio literario sazonado con miles de euros o medirte con Proust? Las relaciones entre literatura y dinero pasar¨ªan por c¨®mo resolver esa tensi¨®n, que cada tanto vuelve a agitar el mundillo de la escritura. "La pregunta es siempre la misma: qu¨¦ escritor quieres ser, porque a partir de la respuesta que te des la mec¨¢nica es distinta", sintetizaba recientemente el espa?ol Adolfo Garc¨ªa Ortega en la 37? Feria del Libro de Buenos Aires, que convoc¨® la cifra r¨¦cord de 1.250.000 visitantes. "?Yo? Yo quer¨ªa morirme de hambre y medirme con Borges, con Cort¨¢zar...", confesaba. Algo que los narradores sub 40 parecen encontrar menos motivador que el mantra del filme Jerry Maguire: "Show Me the Money".
El autor de El mapa de la vida (Seix Barral) comparti¨® con Guillermo Saccomanno (Buenos Aires, 1948), ganador con El oficinista del Premio Biblioteca Breve 2010, el acto central del D¨ªa de Espa?a en la Feria. El di¨¢logo, no en vano, se titulaba Argentina y Espa?a, tela para cortar. Y aunque hubo espacio para poner en perspectiva la situaci¨®n espa?ola ("todav¨ªa estamos escribiendo sobre la Guerra Civil y reci¨¦n hemos comenzado a mirar la Transici¨®n; habr¨¢ que esperar 25 a?os para que nos cuenten esta crisis"), para homenajear a David Vi?as (intelectual muerto este a?o, que postul¨® la violencia pol¨ªtica como una se?a de identidad de la literatura argentina) y para intercambiar an¨¦cdotas ("con unos amigos ten¨ªamos un m¨¦todo para robar los libros que publicaba Barral, cada uno se hac¨ªa cargo de un tomo", confi¨® Saccomanno), el tema de la inserci¨®n en el mercado vista por distintas generaciones fue central.
"Cuando George Bernard Shaw, dramaturgo y premio Nobel de Literatura, le hablaba a un empresario teatral de arte, ¨¦l le hablaba de dinero y cuando Shaw mencionaba el dinero, el empresario le hablaba de arte", record¨® Saccomanno, para quien "el espacio que ocupa la literatura de calidad es muy minoritario dentro de un gran negocio". La obligaci¨®n de las filiales locales, que deben reportar anualmente una facturaci¨®n a los grandes grupos editoriales, las concentra en el negocio cercano y eso explicar¨ªa que mucha literatura espa?ola de calidad no llegue a la Argentina y viceversa, auspiciando cierta "desconexi¨®n" entre una y otra orilla del Atl¨¢ntico. En esta situaci¨®n, los autores no ser¨ªan del todo inocentes. "A muchos escritores hoy les importa m¨¢s ganar mercados, salir en una revista, figurar que quedarse en su casa tratando de encontrar un registro, una voz propia. Y por eso tenemos la sensaci¨®n de leer covers: ya no hay voces con marca como fueron las de Faulkner, Saer, Borges. Todo est¨¢ achatado por una misma escritura", sostuvo el argentino, premio Nacional de Literatura 2001 por El buen dolor. "Para ser publicado en Espa?a yo tengo que escribir en una lengua blanca, traducida. Pero me pregunto c¨®mo se leer¨ªa en Espa?a a Miguel Briante, que siempre us¨® la lengua de los despose¨ªdos y marginales, o c¨®mo leer¨ªamos aqu¨ª a Juan Benet", agreg¨®.
Garc¨ªa Ortega (Valladolid, 1958) apunt¨® que los autores de su generaci¨®n "han trabajado siempre de otra cosa, para poder escribir" (tema sobre el cual ha reflexionado largamente Ricardo Piglia) al recordar un reciente encuentro en Sevilla con escritores de entre 30 y 20 a?os. "Todos ellos marcaron que quer¨ªan ganar dinero con su primera novela. Esa caracter¨ªstica generacional coloca al dinero como un valor por encima de otras responsabilidades literarias, algo que a mi juicio conduce con el tiempo a un cierto rebajamiento, a una acomodaci¨®n, a una neutralizaci¨®n de la fuerza subversiva que debe tener la literatura que se arriesga", sostuvo. "Esto afecta mucho tambi¨¦n a lo que se est¨¢ produciendo en la Argentina -coincidi¨® Saccomanno- y se genera la fantas¨ªa de que por ser escritor uno pertenece a una especie de jet set de la nada; que ser escritor da un prestigio, permite viajar, tener una moto, chicas... Hay que empezar por volver la literatura al lugar de la literatura y distinguir los best sellers que no est¨¢n mal: Salgari y Dumas lo fueron. Preguntarnos por qu¨¦ escribimos, para qu¨¦ escribimos y qu¨¦ es eso que tenemos urgencia de compartir y contarle al lector". S¨®lo as¨ª, afirm¨®, se podr¨¢ revertir el crudo diagn¨®stico del alem¨¢n Peter Handke: "La literatura se fue al carajo y la culpa la tienen los escritores".
Raquel Garz¨®n (C¨®rdoba, Argentina, 1970) es autora, entre otros libros, de los poemarios Monstruos privados y Riesgos de la noche, publicados en Alci¨®n.
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