Las cajas negras del AF447 apuntan a que se estrell¨® por un error humano
Las grabaciones permiten reconstruir qu¨¦ pas¨® en los ¨²ltimos instantes del vuelo de Air France R¨ªo-Par¨ªs en el que murieron 228 personas en 2009
A las dos de la madrugada, el comandante del vuelo de Air France 447 se fue a dormir. Al mando del Airbus se quedaron, tal y como estipula la ley, los dos copilotos. Era el 1 de junio de 2009 y la aeronave sobrevolaba una zona del oc¨¦ano Atl¨¢ntico situada a 400 kil¨®metros al norte de la ciudad brasile?a de Recife. Quince minutos despu¨¦s, los dos copilotos, el comandante, toda la tripulaci¨®n y todos los pasajeros, 228 personas en total, hab¨ªan muerto, el avi¨®n yac¨ªa en el fondo del oc¨¦ano y el accidente se convert¨ªa en un misterio. Un informe publicado ayer por la Oficina de Investigaciones y An¨¢lisis (BEA por sus siglas en franc¨¦s) permite reconstruir lo que ocurri¨® en esos 15 minutos fatales gracias a la recuperaci¨®n casi milagrosa de las dos cajas negras del avi¨®n.
En julio se publicar¨¢ otro informe m¨¢s completo sobre el accidente
A las dos y seis de la madrugada, uno de los copilotos inform¨® a la tripulaci¨®n de que iban a atravesar una zona de turbulencias. Y a?adi¨®: "Esto se va a mover un poco m¨¢s de lo que se mueve ahora. Te avisar¨¦ cuando se calme". Despu¨¦s cambi¨® el rumbo del avi¨®n, girando un poco a la izquierda a fin de sortear una monta?a de nubes.
Cuatro minutos m¨¢s tarde todo se aceler¨®: el piloto autom¨¢tico que gobernaba hasta ese momento el avi¨®n se desactiv¨® de golpe, debido a que recibi¨® datos contradictorios de velocidad procedentes de las sondas acopladas a la cabeza del avi¨®n. Probablemente, seg¨²n llevan apuntando expertos franceses desde hace dos a?os, una de estas sondas (o las dos) Pitot, del tama?o de una pistola, se helaron por los efectos del granizo, la temperatura glacial y la altura.
Sea como fuere, el avi¨®n sufri¨® una moment¨¢nea p¨¦rdida de sustentaci¨®n en el aire y son¨® la alarma. El copiloto tom¨® los mandos, y efectu¨® una maniobra encaminada a ganar altura, elevando el morro del aparato. En principio, a juzgar por los datos registrados, da la impresi¨®n de que consigui¨® gobernar el Airbus. Con todo, llam¨® repetidamente al comandante a fin de que se levantara y se reuniera con ellos en la cabina.
A las dos horas, 10 minutos y 51 segundos, el avi¨®n vuelve a perder sustentaci¨®n en el aire. Esta vez ser¨¢ definitiva e insuperable: en trayectoria descendente, perdiendo altura irremediablemente, tardar¨¢ tres minutos y 30 segundos en estamparse contra el mar con el morro ligeramente levantado. Pero antes, en esos interminables tres minutos y medio en los que el Airbus cay¨® desde los 10.000 kil¨®metros de altura en que se encontraba, pasaron a¨²n algunas cosas que las cajas negras han registrado en su memoria. Los dos copilotos trataron de levantar el morro del avi¨®n de nuevo, cosa que varios expertos consultados por Le Monde o Le Figaro calificaron ayer de error, ya que el ¨¢ngulo de ataque del avi¨®n, esto es, el grado de elevaci¨®n del morro, dej¨® a la aeronave con menos estabilidad y condenada a desplomarse sin remedio.
La BEA asegur¨® ayer que se ha limitado a constatar simplemente los hechos que se desprenden de las grabaciones de las dos cajas negras, sin explicarlos ni buscar causas o culpables. El hecho mismo de haber recuperado estos datos no deja de ser casi milagroso: las dos cajas negras han permanecido casi dos a?os en el fondo del oc¨¦ano, a casi 10.000 metros de profundidad, en una planicie abisal sin luz ni vida. Tras localizarlas y repescarlas despu¨¦s de 24 meses de b¨²squeda, los t¨¦cnicos de la BEA dudaron sobre si lograr¨ªan recuperar tambi¨¦n los datos que encerraban: una de las cajas atesoraba los referentes t¨¦cnicos (la velocidad, la trayectoria, el ¨¢ngulo de ataque, etc¨¦tera); la otra, a¨²n m¨¢s preciada, las voces mismas de los pilotos en la cabina, su conversaci¨®n en el ¨²ltimo momento y los ruidos de las alarmas del avi¨®n. La BEA, tras hacer p¨²blico este informe neutro, ha prometido entregar a la prensa un segundo estudio m¨¢s elaborado a finales de julio.
Por ahora se sabe que el comandante acudi¨® a la llamada de sus dos subalternos y entr¨® en la cabina. Cuando lo hizo, el avi¨®n ya llevaba casi un minuto descendiendo, trazando un arco fatal. No tuvo tiempo de tomar los mandos: el control ¨²ltimo del avi¨®n estuvo siempre en manos de los dos copilotos. Uno de ellos, refiri¨¦ndose a los datos del panel que ten¨ªa enfrente, lleg¨® a decir, en medio de la ca¨ªda: "Ya no sirven ninguna de las indicaciones". Menos de un minuto antes de que el avi¨®n se estampara contra el oc¨¦ano, el comandante del Airbus se dirigi¨® a uno de los copilotos con una frase definitiva: "?Venga, t¨² tienes los mandos!". A las dos horas, 14 minutos y 28 segundos, las cajas negras del avi¨®n AF447 procedente de R¨ªo y con destino Par¨ªs dejaban de grabar.
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