Puig, al l¨ªmite de la ley

Nada m¨¢s ser nombrado consejero de Interior, Felip Puig prometi¨® en una entrevista "tensar la ley hasta all¨ª donde est¨¦ permitido y un poco m¨¢s". Toda una declaraci¨®n de intenciones que ayuda a entender la actuaci¨®n de los Mossos d'Esquadra del pasado viernes en la plaza de Catalunya, que se sald¨® con 121 heridos, cuatro de ellos graves. "Ning¨²n polic¨ªa ha actuado por iniciativa propia, el responsable de la actuaci¨®n soy yo", aclar¨® Puig horas despu¨¦s, para despejar cualquier duda sobre su sentido de la autoridad con regusto a autoritarismo.

El talante del nuevo consejero est¨¢ en las ant¨ªpodas del de su predecesor, Joan Saura, al que Puig y CiU fustigaron sin remilgos. Especialmente por el deseo de Saura de atar corto a los Mossos y acabar con la aparente impunidad que ven¨ªan disfrutandos los agentes que traspasaban las l¨ªneas rojas que marca la ley y la ¨¦tica policial.

"Se ha acabado la impunidad", dijo tras el primer desalojo de 'okupas'

Los pocos meses que Puig lleva en el cargo han revitalizado los principios del ideario nacionalista de CiU que identifican a la polic¨ªa auton¨®mica como un referente de la identidad catalana, de manera que las cr¨ªticas a los Mossos han de considerarse, en realidad, un ataque a Catalu?a y sus instituciones. Alineado con el ala soberanista de Converg¨¨ncia, Puig despierta pasiones en buena parte de la militancia del partido, escasas simpat¨ªas en los socios de Uni¨® y un amplio rechazo en la oposici¨®n de izquierdas, que ya ha pedido su comparecencia parlamentaria para dar explicaciones por la carga policial, que ha sido calificada de desproporcionada, injustificada y hasta brutal.

La defensa incondicional que siempre ha hecho el consejero de las actuaciones de los Mossos le ha granjeado amplias simpat¨ªas en el cuerpo, incluso antes de tomar posesi¨®n. Y es que una de las primeras medidas que adopt¨® fue suprimir el c¨®digo ¨¦tico de la polic¨ªa, un manual de buenas conductas ins¨®lito en Europa, as¨ª como paralizar la instalaci¨®n de c¨¢maras de vigilancia en todas las comisar¨ªas, medida que aprob¨® Saura tras descubrirse los tristes episodios en la sala de cacheos de Les Corts.

Puig entr¨® en el Gobierno de Mas en tiempo de descuento y ¨¦l mismo hab¨ªa insinuado en campa?a electoral que quiz¨¢ hab¨ªa llegado el momento de retirarse a un cargo secundario. Al final acept¨® la cartera de Interior, despu¨¦s de haber ocupado las de Medio Ambiente y de Pol¨ªtica Territorial con Jordi Pujol. Con su nueva tarea, abandon¨® la secretar¨ªa general adjunta de CDC.

El primer desalojo que hicieron los Mossos con el mandato de Puig ya le sirvi¨® para mostrar maneras. "Se ha acabado la impunidad con los okupas", proclam¨® el consejero. Olvid¨® que los desalojos los autoriza el juez, no la polic¨ªa. Al poco, el programa Pol¨°nia lo caricaturiz¨® con un bate de b¨¦isbol, algo que al consejero no le molesta, hasta el punto de que en la ¨²ltima campa?a de las municipales se le entreg¨® ese objeto contundente en medio de un acto electoral y lo acept¨® sonriente.

La acampada de la plaza de Catalunya era el primer conflicto delicado que ten¨ªa que abordar Puig y las ¨®rdenes que dio volvieron a ser de contundencia. M¨¢s de 10.000 personas han firmado ya para pedirle que dimita. ?l insiste en que la culpa es de la prensa, por no explicar que los polic¨ªas tambi¨¦n fueron contusionados. El desgaste pol¨ªtico ha empezado.