Zapatero es pasado... y secretario general
El PSOE inici¨® ayer entre dudas y a trompicones el camino de su reconstrucci¨®n tras la devastaci¨®n que sufri¨® el pasado 22 de mayo, cuando perdi¨® 1,5 millones de votos; casi todos los Gobiernos auton¨®micos y cientos de alcald¨ªas.
Desde la noche de la gran derrota, el PSOE ha sufrido la incierta batalla por la sucesi¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La disputa por el poder se ha desarrollado entre amenazas y sobresaltos hasta situar al partido al filo del acantilado. De all¨ª ha escapado gracias a la renuncia de la ministra Carme Chac¨®n a la carrera sucesoria. Esa decisi¨®n caus¨® alivio en casi todos, pero la explicaci¨®n de Chac¨®n sobre su retirada, tan solemne como envenenada contra algunos de los que se quedan al mando del partido, fue la prueba de que hay heridas muy profundas abiertas en el PSOE.
En la representaci¨®n pol¨ªtica llevada a cabo para mostrar unidad y esperanza, los actores principales no pudieron evitar una mueca de tristeza y preocupaci¨®n. Convocado en su d¨ªa para analizar los resultados electorales y abrir el proceso de primarias, el Comit¨¦ Electoral desemboc¨® en el espaldarazo agridulce y un¨¢nime al sucesor Rubalcaba.
Para los que ve¨ªan un dedazo presidencial en este proceso, con la connivencia de las manos de los 17 barones socialistas, Zapatero record¨® que la pol¨ªtica es circunstancia y que tras los resultados del 22-M lo que menos conven¨ªa era una bronca interna.
Algunos de los presentes en el hist¨®rico Comit¨¦ Federal recibieron con escepticismo los repetidos discursos de unidad, de apoyo a Rubalcaba, de agradecimiento a Chac¨®n y de ligera autocr¨ªtica.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, expresidente extreme?o, se encarg¨® de pellizcar la conciencia socialista. "?No me lo creo!", dijo para recordar a los presentes que los acuerdos buenistas del Comit¨¦ Federal no sirven porque, como ¨¦l interpreta, se ha elegido candidato a Rubalcaba como el que coge un cl¨ªnex de usar (en las elecciones) y tirar (si pierde). El presidente extreme?o reclam¨® para Rubalcaba todo el poder que ahora no tiene y que solo podr¨ªa conseguir a trav¨¦s del congreso que solicit¨® el lehendakari Patxi L¨®pez. En la componenda final de la crisis que ha vivido el PSOE, Zapatero acept¨® celebrar una conferencia pol¨ªtica para sentar las bases del programa electoral a cambio de que los barones renunciaran a la idea del congreso.
Numerosos y cualificados dirigentes socialistas siguen defendiendo que Rubalcaba no puede llegar a la campa?a electoral como simple candidato sin poder org¨¢nico dentro del partido.
Desde ayer, Zapatero manda mucho menos en el futuro del PSOE y Rubalcaba decide mucho m¨¢s. Desde ayer, gran parte de las personas que constitu¨ªan el n¨²cleo duro en el que se apoyaba el presidente apoyan a Rubalcaba, que tiene en sus manos el porvenir. Zapatero es, desde ayer, m¨¢s pasado en el partido y, sin embargo, seguir¨¢ siendo el secretario general.
El presidente insisti¨® en defender la continuidad de su pol¨ªtica para sacar a Espa?a de la crisis pese al enorme coste electoral que ello tiene e intent¨® convencer a los miembros del Comit¨¦ de que la victoria en 2012 todav¨ªa es posible.
Rodr¨ªguez Zapatero evit¨® hablar de cambios en el ideario del PSOE. Fueron otros los que sugirieron alg¨²n giro a la izquierda en pol¨ªtica fiscal y alguna renovaci¨®n de las propuestas.
Rubalcaba, que no se resigna a ser un digno perdedor en 2012, se encarg¨® de animar a la tropa socialista y anunciar un nuevo proyecto para ganar las pr¨®ximas elecciones.
En el debate de las ideas, aplazado hasta dentro de unas semanas, y en la pugna por renovar los cargos org¨¢nicos del partido, que Zapatero quiere evitar, se juega el PSOE el futuro hacia el que ayer comenz¨® a caminar con dudas.
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