El Bilbao asalta la Caja M¨¢gica
Pese a reaccionar, el Madrid acaba pagando su p¨¦simo primer tiempo
En un partido extra?o, al que el Madrid lleg¨® 20 minutos despu¨¦s de su inicio y el Bilbao lo dio por terminado 20 antes del final, el equipo vasco se gan¨® el derecho a seguir so?ando.
Todo o casi todo lo que ocurri¨® fue raro. Los dos primeros cuartos, dominados con absoluta claridad por el Bilbao, recordaron ese Madrid que termin¨® desquiciando a Messina y provocando su injustificable huida. Durante 20 minutos, el equipo madridista desesper¨® a su afici¨®n con una esas actuaciones de dif¨ªcil explicaci¨®n, cuando todos los jugadores, del primero al ¨²ltimo, y los entrenadores, entran en una especie de narcolepsia emocional y no solo no les sale absolutamente nada, sino que parecen incapaces de variar la negativa din¨¢mica.
REAL MADRID 66 - BIZKAIA BILBAO 71
Real Madrid: Prigioni (6), Llull (20), Carlos Su¨¢rez (7), Felipe Reyes (5) y Tomic (10) -cinco inicial-; D'or Fisher (4), Mirotic (5), Sergio Rodr¨ªguez (1), Begic (2) y Clay Tucker (6).
Bizkaia Bilbao: Jackson (13), Janis Blums (3), Mumbr¨² (13), Hervelle (8) y Mavroeidis (6) -cinco inicial-; Warren (2), Fisher, (5), Banic (10), Vasileiadis (11) y V¨¢zquez (0).
?rbitros: Mart¨ªn Bertr¨¢n, Oscar Perea y Carlos Cort¨¦s. Eliminado Felipe Reyes por cinco faltas.
7.821 espectadores en la Caja M¨¢gica.
Cierto que en unos playoffs es el equipo perdedor el que tiene la responsabilidad de cambiar las cosas. Pero el ganador no debe dormirse en la sugerente complacencia que da la primera victoria y s¨ª intentar, como en el ajedrez, prever los movimientos rivales.
Nada de eso hizo el Madrid, que lleg¨® como si la imbatibilidad en la Caja M¨¢gica, confirmada el viernes, fuese independiente a su quehacer. El Bilbao supo aprovechar la oportunidad. Con la lecci¨®n aprendida, meti¨® una marcha m¨¢s a todo lo que hac¨ªa, tanto cuando maniobra hacia delante como cuando reculaba. Todo lo contrario que el Madrid, desesperante. Comandado por una buena versi¨®n de Jackson, la siempre inteligente tarea de Banic y una defensa bajo el aro m¨¢s efectiva, el Bilbao fue consolidando una ventaja que pas¨® de lo pausible (14-19, primer cuarto) a lo sorprendente (25-44, descanso).
Quince minutos de reflexi¨®n dan para mucho. Tanto para lo bueno como para lo malo. Al Madrid le sent¨® de maravilla. Al Bilbao, como un tiro. Comenz¨® otra historia con un intercambio de papeles radical. Apret¨® el Madrid los dientes, dej¨® de especular y con un parcial de 11-0, que se convirti¨® en un 17-2, devolvi¨® la vida a su partido. Todos sus males cambiaron de acera y al Bilbao le empezaron a temblar las piernas, aunque no lo suficiente para perder la calma cuando el partido se encamin¨® a su desenlace (54-58, a falta de siete minutos). Apareci¨® entonces Llull y el Madrid tom¨® ventaja (59-58). Pero cinco errores consecutivos de los madridistas recompusieron al Bilbao, posibilitando que el partido se decidiese en un ir y venir final a la l¨ªnea de los tiros libres, donde los jugadores de Katsikaris demostraron una gran templanza.
La serie se desplaza a Bilbao m¨¢s viva que nunca y con el equipo vasco reforzado. Motivos no le faltan. Logr¨® asaltar la Caja M¨¢gica, lo que nadie hizo antes en esta temporada; puede resolver a favor del ambiente y en dos partidos, salvo su dificultad para parar a Llull, ha demostrado encontrarse a la altura de sus rivales. Un gran bot¨ªn en un partido que fue raro, muy raro.
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