Una escuela valenciana y multiling¨¹e
Qu¨¦ duda cabe que en el mundo globalizado en el que vivimos el conocimiento de lenguas de proyecci¨®n internacional como el ingl¨¦s es una necesidad. Los contactos ling¨¹¨ªsticos en ingl¨¦s son cada vez m¨¢s habituales tanto por motivos laborales, como tur¨ªsticos o puramente culturales, y todos los padres deseamos que nuestros hijos reciban una buena ense?anza en esta lengua. Hasta aqu¨ª todos estamos de acuerdo y todos reconocemos no solo la necesidad sino tambi¨¦n la obligaci¨®n de nuestros gobernantes de asegurar una buena ense?anza de esta y de otras lenguas extranjeras. Pero la ense?anza de unas lenguas no puede impedir el correcto aprendizaje de otras ni tiene por qu¨¦ hacerse en detrimento de otras.
A primera vista, la propuesta del nuevo modelo educativo anunciada por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n parece responder a esta necesidad de mejorar la ense?anza del ingl¨¦s y de tratar de una manera equilibrada y justa las otras dos lenguas oficiales. La realidad, sin embargo, es muy diferente. La propuesta parte de un an¨¢lisis incorrecto, que no se basa en las necesidades y exigencias de la sociedad valenciana ni tiene en cuenta los estudios y las evaluaciones que se han hecho de los diferentes sistemas educativos. Antes que nada nuestros ciudadanos necesitan ser competentes en valenciano y castellano ya que eso les permitir¨¢ trabajar en cualquier ¨¢mbito p¨²blico y privado de nuestra comunidad y de las comunidades vecinas.
El conseller conoce bien que todas las evaluaciones que se han hecho de las competencias ling¨¹¨ªsticas han mostrado que los alumnos escolarizados en programas de ense?anza en valenciano alcanzan una competencia en castellano igual o superior a la de los que se han escolarizado en castellano y son los ¨²nicos que consiguen dominar de una manera equilibrada las dos lenguas. La te¨®rica "igualdad" en el reparto de horas entre las dos lenguas oficiales que propone la consejer¨ªa, lejos de asegurar la adecuada ense?anza de las dos lenguas, no mejora la competencia del castellano y condena el valenciano a una situaci¨®n claramente deficitaria. Porque las lenguas no solo se aprenden en las aulas y, dada la realidad socioling¨¹¨ªstica, la ¨²nica manera de conseguir el equilibrio de las dos lenguas oficiales es corrigiendo en las aulas el d¨¦ficit del que parte el valenciano.
Este es el ¨²nico medio de asegurar que al final de los ciclos obligatorios los alumnos est¨¦n "capacitados para utilizar el valenciano en igualdad con el castellano", como exige la Llei d'?s i Ensenyament del Valenci¨¤. Pero no solo eso: es la manera m¨¢s segura y eficaz de abordar en ¨®ptimas condiciones el reto de aprender otras lenguas. Existe un amplio consenso en la comunidad cient¨ªfica de que los hablantes biling¨¹es tienen mayor facilidad para adquirir nuevas lenguas, siempre que el biling¨¹ismo sea equilibrado. En un mundo pluriling¨¹e, en el que necesitamos el dominio de diversas lenguas y habilidades cognitivas complejas, la soluci¨®n m¨¢s adecuada es incentivar la competencia ling¨¹¨ªstica, empezando por la lengua propia, y fomentar el acuerdo alrededor de una sociedad segura de su identidad y respetuosa con todas las opciones. Las aparentes reivindicaciones del ingl¨¦s y el pluriling¨¹ismo se convierten en humo o en simple propaganda si no hay un biling¨¹ismo real.
Si hay que afrontar la reforma de un sistema educativo que ha dado frutos positivos y que ha generado un amplio consenso en la sociedad valenciana, es necesario hacerlo a partir de estudios rigurosos y con el consenso de todos los sectores implicados. Que as¨ª sea.
Manuel P¨¦rez Saldanya es miembro de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua.
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