Indignos
A 15 kil¨®metros de la Puerta del Sol, en el poblado chabolista de El Gallinero, acampan 100 familias, 200 ni?os y miles de ratas. All¨ª los ¨²nicos antisistema son los roedores, los humanos son simplemente excluidos y asistem¨¢ticos y no cuentan en las elecciones ni figuran en las encuestas, son fantasmas que habitan en un limbo que se parece mucho al infierno y compiten con las ratas pelando cables de cobre a dentelladas.
Cinco d¨ªas despu¨¦s de los comicios, la concejal demediada de Medio Ambiente, Ana Botella, se comprometi¨® a limpiar El Gallinero. Quiz¨¢s deb¨ªa haberlo hecho personalmente en v¨ªsperas de los comicios ante micros y c¨¢maras para impulsar la campa?a electoral de su partido y de su jefe de filas, pero no era necesario, todo el pescado estaba ya vendido y Ruiz-Gallard¨®n, que perdi¨® en el camino algunos votos que le sobraban, se enquistar¨ªa cuatro a?os m¨¢s en la alcald¨ªa de Madrid aunque quedara distanciado una vez m¨¢s de Esperanza Aguirre en su guerrilla particular en el seno del PP. Cuatro a?os m¨¢s, ni un d¨ªa menos, incluso sus m¨¢s enconados detractores desean que no se mueva de su silla en ese tiempo. Si lo hiciera, para optar a m¨¢s altos destinos en el escalaf¨®n nacional, nos dejar¨ªa como amarga herencia una alcaldesa llamada Ana Botella y tendr¨ªamos como alcalde consorte a su marido, el desbocado Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que se desga?ita en todos los foros nacionales e internacionales en los que se le permite opinar como profeta del apocalipsis ib¨¦rico desencadenado por el anticristo ZP, que lleva marcado entre las cejas el 666, el n¨²mero de la bestia.
Esperanza Aguirre sue?a con un flautista que se lleve detr¨¢s de su m¨²sica a los acampados en Sol
La n¨²mero dos de Gallard¨®n aprob¨® en enero de 2007 un plan "urgente" para garantizar "los servicios b¨¢sicos de salubridad, dignidad y seguridad" de El Gallinero, que hoy sigue siendo un lugar insalubre, indigno e inseguro en el que el ¨²nico cambio significativo es una limpieza semanal de las calles y la recogida de basura de los contenedores, insuficientes cuidados paliativos para un poblado desahuciado y maldito en el que ni siquiera se ha llevado a cabo la desratizaci¨®n del terreno. Las ratas no votan, de momento, pero si lo hicieran se decantar¨ªan seguramente por los actuales gobernantes que han sabido mantener su estatus y mejorar sus condiciones de vida. L¨¢stima que entre las m¨²ltiples empresas de G¨¹rtel, que lo mismo te cortaban un traje que te apadrinaban un Papa, no existiera un Hamelin Events para encargarse de las plagas, pero ya se sabe que las ratas se protegen entre ellas y solo se atacan entre s¨ª cuando no tienen sustento suficiente. Las ratas siguen ah¨ª y los corruptos de la trama han sido refrendados, reelegidos para que ideen nuevas rater¨ªas con los presupuestos de la Comunidad. Bien mirado es posible que las ratas ya hayan empezado a votar.
Entre los indignados de Sol y los que habitan en la indignidad de El Gallinero, median 15 kil¨®metros y unos cuantos pol¨ªticos, a los pol¨ªticos no les dejan entrar en Sol y al Gallinero no van para no mancharse los zapatos; de vez en cuando tienen que ensuciarse las manos, gajes del oficio, pero los zapatos nunca. Atisbando entre las rendijas de su balc¨®n de la Puerta del Sol, Esperanza sue?a tambi¨¦n con un flautista que se lleve detr¨¢s de su m¨²sica a los acampados, mejor las flautas que las porras para disolver a la pac¨ªfica asamblea que en su acuerdo de m¨ªnimos se propone luchar contra la corrupci¨®n pol¨ªtica. En v¨ªsperas de los comicios, la presidenta madrile?a trat¨® de despejar la puerta de su casa invitando a los "antisistema" a presentarse en sus elecciones y dejarse de gaitas. Pero como dicen los asamble¨ªstas, ellos no son antisistema, el sistema es antiellos.
Un partido antisistem¨¢tico, tutelado y financiado por las instituciones del Sistema, ser¨ªa una paradoja, una contradicci¨®n de t¨¦rminos, un ox¨ªmoron, palabra culta que se est¨¢ haciendo muy popular en el parad¨®jico y contradictorio sistema pol¨ªtico-econ¨®mico que nos desgobierna mientras cunde la indignaci¨®n y los indignos celebran sus victorias, que son derrotas del sentido com¨²n y de la gente com¨²n a la que invocaba sin ¨¦xito Tom¨¢s G¨®mez en su campa?a.
Mucha de esa gente com¨²n estaba m¨¢s cerca de Sol que de las urnas el 22 de mayo, celebrando la primavera sin pol¨ªticos y sin banqueros, que no son gente del com¨²n, sino tipos excepcionales al servicio de la Gran Excepci¨®n convertida en regla, del Gran Ox¨ªmoron.
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