Los trapos sucios de la FIFA
Crisis. ?Qu¨¦ crisis? El presidente de la FIFA -organizaci¨®n equivalente a la suma de ONU y OTAN del f¨²tbol mundial-, el suizo Joseph Blatter, mira extra?ado en rueda de prensa a su alrededor. Total, lo que ocurre es que el domingo fueron suspendidos sus dos colaboradores m¨¢s pr¨®ximos, miembros del comit¨¦ directivo del organismo, sospechosos de soborno para otorgar a ciertos pa¨ªses alt¨ªsimas competiciones deportivas. Y si se a?ade que uno de ellos -de Catar y cuyo emirato ser¨¢ para sorpresa universal sede de la Copa del Mundo en 2022- era su ¨²nico rival en las elecciones previstas para hoy en Z¨²rich, el cuadro es todo menos edificante.
Blatter, que de momento no est¨¢ envuelto en la tupida madeja en que se debaten el ¨¢rabe Mohamed Bin Hammad y el caribe?o de Trinidad, Jack Warner, obtendr¨ªa sin oposici¨®n su cuarto mandato en un cargo que ejerce desde 1998, si una marea de protestas no lo remedia. Patrocinadores y federaciones nacionales que consideran que se est¨¢ malbaratando su dinero y perjudicando su imagen, ped¨ªan ayer que se aplazara el voto. Pero no es tan f¨¢cil, porque para ello har¨ªa falta que tres cuartas partes de los 205 pa¨ªses que pueden votar -al menos 152- pidieran un receso. Pero la mayor¨ªa apoya al helv¨¦tico.
Y es que hay un jugoso pastel a repartir. El ¨¦xito mundial del f¨²tbol en la peque?a pantalla ha hecho que en 2010 los ingresos de la FIFA llegaran casi a los 3.500 millones de euros, mientras que declara beneficios netos de la d¨¦cima parte.
Al margen de la vida de viajero permanente de lujo que se dan muchos de los colaboradores de Blatter y el propio presidente, se supone que la FIFA gasta grandes sumas en la promoci¨®n y desarrollo del deporte rey en los pa¨ªses donde se ve menos favorecido, con lo que tambi¨¦n es una especie de Banco Mundial o FMI del balompi¨¦, pero el fruto de tanta ayuda no siempre est¨¢ a la vista, y la brecha entre ingresos y beneficios parece injustificada.
Y todo por una pelota de cuero rellena de aire que 22 atletas hacen correr a patadas y cabezazos por un rect¨¢ngulo de algo menos de una hect¨¢rea de hierba.
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