La ciudad desde la taquilla
En la exposici¨®n 'Bello p¨²blico' de PHotoEspa?a la micropoetisa Ajo retrata desde la taquilla del teatro Alfil el paisaje humano de Madrid en el cambio de siglo
![Patricia Ortega Dolz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa33dfeb6-4026-4031-a4a6-7d2d5d5e7732.png?auth=3021d96c3c521439c6dab41a89dbc6ab0069d6810cb6ad96f2259133dd6ae86e&width=100&height=100&smart=true)
Ha convertido una taquilla en una ventanilla indiscreta. Con cada clic iba construyendo, casi sin querer, el retrato de una ¨¦poca, el suyo, el paisaje humano de una ciudad, Madrid. M¨¢s de mil disparos desde el despacho de billetes del teatro Alfil y tan retratada ha quedado ella como todo su p¨²blico: escritores, actores, cantantes, vividores, bebedores... Desde Haro Tecglen hasta Elena Anaya, desde la frutera del barrio hasta Rappel. Ajo (Salda?a, Palencia, 1965), artista polifac¨¦tica convertida en micropoetisa, ha conseguido que 1.200 sea igual a uno, ha logrado que esos centenares de rostros configuren el suyo, su autorretrato.
Desde ayer, esas fotograf¨ªas, bajo el nombre de Bello p¨²blico, cuelgan de las paredes del caf¨¦ teatro de Matadero, en una exposici¨®n comisariada por Tania Pardo, dentro de esta XIV edici¨®n de PHotoEspa?a, dedicada precisamente al retrato. Y componen un libro hom¨®nimo editado por La F¨¢brica.
"El ritual diario era como hacer un blog anal¨®gico hace 15 a?os", dice Ajo
Cinco a?os de taquillera, de 1998 a 2003, "de martes a domingo y de 19.00 a 23.00". Cinco a?os respondiendo a preguntas del tipo: "?Son numeradas?"; "?la calle tal?"; "?alg¨²n aparcamiento por aqu¨ª?"; "?me podr¨ªa decir la hora?"... "Tuve que buscarme un trabajo paralelo", cuenta Ajo. Y la excusa se la dio uno de sus compa?eros de vida (tambi¨¦n retratado), Javier Colis, cuando le regal¨® aquella c¨¢mara por su cumplea?os, el 6 de octubre de 1998.
Comenz¨® a reproducir un ritual: c¨¢mara al bolso, sentarse en la taquilla y esperar el momento para disparar. Cada semana, revelar el carrete. Y, despu¨¦s, colocar las fotos en el ¨¢lbum y ponerles los nombres. "Era como un blog anal¨®gico", dice.
Casi 10 a?os m¨¢s tarde, todo ese compendio de instant¨¢neas ve la luz. Y all¨ª est¨¢ la Petri, la due?a de la casa en la que vivi¨® Ajo a su llegada a Madrid, en 1982. All¨ª ubic¨® su primera ventana indiscreta: "La vida te pone en sitios y uno lo que tiene que hacer es estar atento", dice. "La casa de la Petri daba al piso en el que viv¨ªan los fot¨®grafos Alberto Garc¨ªa ?lix y Luis Bayl¨®n y yo ve¨ªa a esos rockers, esas chicas guap¨ªsimas, esas fiestas, y escuchaba esa m¨²sica... Me recuerdo a m¨ª misma pensando: yo quiero ese rollo". As¨ª fue como Ajo cambi¨® la ventanilla de un banco por la de un teatro, dej¨® las oposiciones a directora de sucursal por las de enredadora social profesional, guiada por uno de sus muchos lemas: "Hago cosas, voy a sitios, veo gente".
Fue justo el hijo de la Petri, Carlos S¨¢nchez, el que le consigui¨® el trabajo en la taquilla del Alfil, y otros relacionados con el mundo de la far¨¢ndula madrile?a: "Desde pegar carteles hasta limpiar tablaos flamencos, he hecho de todo", cuenta.
En ese caldo de cultivo mont¨® su primer grupo: Esp¨¦rame Fuera, No Tengo Fuego. "?ramos todas chicas jugando a ser nosotras mismas". Y despu¨¦s vino otro con Javier Colis: Mil Dolores Peque?os; y una compa?¨ªa discogr¨¢fica centrada en la m¨²sica experimental: Por Caridad Producciones... "Nos arruinamos dos veces seguidas... econ¨®micamente", matiza. Y a?ade: "En realidad, estar equivocado es lo mejor que te puede pasar si te das cuenta... Corr¨ªgeme si acierto".
El retrato de Ajo est¨¢ hecho por lo que ella llama "las amistades", gentes que pasaron, algunas que se pararon, otras que se quedaron y otras que se fueron, muchas veces demasiado pronto.
!["Elena Anaya, de Palencia como yo, primavera de 2002".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WWPLX47OMOHW5PK5TBDMPD53FI.jpg?auth=e55308db5dbac6fb3e711519ea458d90562896b52119c9f378430583848dec34&width=414)
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