El tabaco saca sus malos humos

A Elena Salgado le gusta la vida sana y la monta?a. Nada de tabaco ni de alcohol. Aunque no pudo regular el mercado del vino, bajo su mandato como ministra de Sanidad aprob¨® una dura ley antitabaco que ha reducido las ventas de cajetillas de tabaco un 25% en lo que va de a?o. Ahora las tabaqueras le plantean un pulso con una guerra comercial de precios a la baja que supone un golpe para las arcas p¨²blicas, cuya m¨¢xima responsable es Salgado.

En diciembre pasado, Salgado impuls¨® una subida de impuestos con la que pretend¨ªa que se fumara menos y recaudar 780 millones m¨¢s sobre los 7.423 millones de 2010. Sin embargo, la ca¨ªda del consumo por la ley antitabaco ha hecho que, hasta abril, Hacienda haya recaudado 160 millones menos que un a?o antes.

El Estado puede dejar de ingresar 1.300 millones por la rebaja de precios

La enorme carga fiscal incentiva a las empresas a bajar los precios

Este dato es anterior al estallido de la guerra comercial. De seguir con los actuales precios, el Estado dejar¨¢ de ingresar en el conjunto del a?o unos 600 millones de euros que unidos a los 780 millones de m¨¢s que esperaba ingresar supone un desfase de casi 1.400 millones de euros. El dato es negativo para lograr el recorte del d¨¦ficit p¨²blico, uno de los elementos centrales del Gobierno para dar confianza a los mercados.

Elena Salgado dijo esta semana que Econom¨ªa no se plantea una subida de impuestos y que se trata de una guerra comercial por la cota de mercado. No obstante, a?adi¨® que observar¨ªa la evoluci¨®n de la puja para tomar decisiones. El sector tabaquero sabe que Salgado siente nula simpat¨ªa por ¨¦l y no descarta que les deje pelearse aunque las arcas p¨²blicas sufran. O bien que apruebe una reforma impositiva que les penalice m¨¢s en sus resultados. En Espa?a los impuestos del tabaco suponen el 78,9% del precio final, solamente superado por Grecia, Francia y Portugal. La media de la UE se halla en 76,4%.

La partida de ajedrez de la nicotina la protagonizan cuatro multinacionales: Philip Morris, Imperial (due?a de Altadis), British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco. Las dos primeras, con el 30,4% y el 34,6% de cuota de mercados (ambas a la baja) se acusan mutuamente de haber iniciado las hostilidades y las dos afirman oficialmente que se trata de ganar cuota por la dur¨ªsima presi¨®n del mercado sin reconocer objetivos fiscales. BAT y Japan Tobacco les han seguido. Tras la pugna en la superfie por la cuota se esconde la petici¨®n de un cambio en la fiscalidad, dice los expertos.

El director en Espa?a de Philip Morris, Andrzej Dabrowski, y el de Altadis, Dominic Brisby, sienten en sus cuentas la presi¨®n de sus matrices y han reproducido en el mercado espa?ol (con variantes) la pugna que mantuvieron hace unos a?os en el mercado polaco. All¨ª Philip Morris tambi¨¦n mantuvo una dura lucha con BAT. El precio es el elemento central en la decisi¨®n de compra de una cajetilla, dicen las empresas, y m¨¢s en tiempos de crisis. Por eso, se dan estos movimientos r¨¢pidos.

No se trata de que suba la fiscalidad global del tabaco, sino de cambiar la estructura de los impuestos que soporta este producto, dicen en fuentes de BAT.

Aparte del IVA, el tabaco est¨¢ gravado por un impuesto especial formado por tres componentes: un impuesto ad valorem que en la actualidad es el 57% del precio final, otro espec¨ªfico que se fija por unidad de producto y es de 12,70 euros por cada 1.000 cigarrillos y un impuesto m¨ªnimo que est¨¢ en 116,7 euros por cada 1.000 cigarrillos que empieza a funcionar cuando el precio final de la cajetilla es inferior a 3,66 euros. Este impuesto precisamente naci¨® en 2006 tras una guerra de precios de las tabaqueras para que no avanzasen las marcas baratas en el mercado y fue otro pulso al Gobierno.

La presi¨®n fiscal sobre el tabaco se impone en mayor proporci¨®n sobre el precio de venta que sobre la cantidad de tabaco. Seg¨²n un estudio realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) por encargo de BAT "el sistema actual desincentiva la subida de precios porque una mayor parte va a impuestos, casi el 80%, y no a ingresos de las empresas". Seg¨²n AFI, esta estructura incentiva la bajada de precios porque con ello se consigue ganar cuota de mercado y el 80% de la rebaja la soporta el Estado que ingresa menos.

Para BAT se deber¨ªa cambiar la estructura del impuesto con incremento del espec¨ªfico y reducci¨®n del ad valorem para neutralizar los incentivos a las estrategias agresivas de precios y lograr m¨¢s recaudaci¨®n sin incrementar la presi¨®n fiscal y para no favorecer al contrabando.

Asimismo, AFI cree que habr¨ªa que establecer un impuesto m¨ªnimo actualizable de manera autom¨¢tica. Tambi¨¦n reclaman un impuesto m¨ªnimo para la picadura de tabaco.

En esta guerra pierden todos. Las empresas margen de beneficio; el Estado, recaudaci¨®n y los estanqueros ingresan menos porque cobran el 8,5% del precio final de la cajetilla. Los ¨²nicos que pueden salir ganando son los fabricantes de la picadura de liar. Mientras la venta de cigarrillos han ca¨ªdo el 25%, la picadura de liar subi¨® el 30% por su menor precio en plena crisis econ¨®mica.

Analistas del sector consideran que Philip Morris quiere que se suba el impuesto m¨ªnimo, se reduzca la parte del ad valorem y subir el espec¨ªfico. Con este movimiento esta compa?¨ªa quiere reducir los actuales diferenciales de precio entre las marcas l¨ªderes donde tiene Marlboro y poner LM en el segmento m¨¢s bajo para controlar los dos extremos y golpear a Altadis que no es partidaria de que forzar una subida de impuestos.

En los ¨²ltimos d¨ªas el Gobierno est¨¢ hablando con todas las partes implicadas y analizando varias opciones para retocar el impuesto y no perder recaudaci¨®n. Entre las opciones que se sopesan se encuentra subir el ad valorem, ahora en el 57%. Cada punto porcentual en este impuesto forzar¨ªa a las empresas a una subida de 20 c¨¦ntimos por cajetilla de cigarrillos.