Chile 'revive' a sus muertos ilustres
La justicia quiere aclarar la causa de las muertes de dos presidentes dem¨®cratas y un premio Nobel de Literatura
Pablo Neruda, Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva. Las sombras siguen rodeando la muerte de tres de los ciudadanos m¨¢s ilustres de la historia reciente de Chile, uno de los poetas m¨¢s le¨ªdos y famosos del mundo y dos presidentes dem¨®cratas, que fallecieron en circunstancias extra?as, nunca aclaradas desde un punto de vista judicial. Por primera vez desde el golpe de Estado que conmovi¨® al mundo, el 11 de septiembre de 1973, y desde la muerte de su principal instigador, el general Augusto Pinochet, en 2006, la justicia chilena parece decidida a investigar formalmente los tres casos y dejar establecida una versi¨®n oficial.
La posibilidad de que Augusto Pinochet mandara envenenar a Pablo Neruda, cuando estaba a punto de salir exiliado hacia M¨¦xico, pocos d¨ªas despu¨¦s del golpe militar, tal y como ha planteado esta semana el Partido Comunista Chileno, no resulta tan extravagante porque, de hecho, ese fue el m¨¦todo utilizado, a?os despu¨¦s, para matar al expresidente dem¨®crata cristiano Eduardo Frei, que se hab¨ªa convertido en un referente de la oposici¨®n a la dictadura y que recibi¨®, muy probablemente, una inyecci¨®n mortal cuando se encontraba en la Cl¨ªnica Santa Mar¨ªa, reci¨¦n operado de una hernia de hiato. Lo mismo, se especula, podr¨ªa haber sucedido con Neruda, enfermo de c¨¢ncer de pr¨®stata e internado en esa misma cl¨ªnica, algunos a?os antes.
Por primera vez tras el golpe de Pinochet en 1973 se abre una investigaci¨®n oficial
La investigaci¨®n que acaba de abrirse se basa en las declaraciones de un asistente de Neruda, Manuel Araya, de 65 a?os, y de quien fue el embajador mexicano en aquel momento, que siempre ha dicho que visit¨® a Neruda el d¨ªa antes de su fallecimiento y que no pens¨® que estuviera moribundo. El presidente de M¨¦xico en aquel entonces, Luis Echevarr¨ªa, hab¨ªa dado instrucciones precisas al diplom¨¢tico para que ayudara a trasladar al poeta y a su esposa, Matilde Urrutia, a M¨¦xico como invitado personal suyo o como exiliado. Seg¨²n el embajador, cuando ya estaba todo dispuesto, Neruda retras¨® el viaje dos d¨ªas y falleci¨® en ese intervalo.
La muerte de Neruda, que se llamaba realmente Neftal¨ª Reyes, conmocion¨® al mundo, 12 d¨ªas despu¨¦s del golpe de Estado y del fallecimiento de su amigo el presidente Salvador Allende. El domicilio del poeta en Santiago de Chile fue allanado y arrasado por fuerzas militares, que rajaron con cuchillos el tapizado de las paredes, destruyeron los muebles e incendiaron muchos de sus libros. El premio Nobel se encontraba gravemente enfermo de c¨¢ncer en una cl¨ªnica de la ciudad y hasta ahora siempre se ha dado por supuesto que los acontecimientos agravaron su dolencia y precipitaron el desenlace, pero que se produjo por causas naturales. Centenares de chilenos se arriesgaron a salir a la calle aquel d¨ªa para acompa?ar sus restos al cementerio de la capital, pese a la formidable presencia militar que rode¨® el sepelio. Sus restos fueron trasladados posteriormente a su casa en Isla Negra. La Fundaci¨®n que administra la obra del premio Nobel de Literatura asegur¨® el pasado viernes que no le consta que "exista evidencia alguna ni pruebas de ninguna naturaleza que indiquen que Pablo Neruda haya muerto por causa distinta del c¨¢ncer avanzado que le aquejaba".
El caso m¨¢s documentado hasta el momento es el del probable envenenamiento de Eduardo Frei Montalva, que falleci¨® a los 71 a?os. La familia siempre sospech¨® que el pol¨ªtico, que fue presidente de Chile entre 1964 y 1970, hab¨ªa sido asesinado e intent¨® reabrir las investigaciones. Un telegrama de la Embajada norteamericana en Santiago, filtrado por Wikileaks y publicado por EL PA?S, explicaba que "menos de una hora despu¨¦s de su muerte, los doctores de la Universidad Cat¨®lica vinieron a la Cl¨ªnica Santa Mar¨ªa y efectuaron una autopsia de Frei sin la autorizaci¨®n de la familia. La muy inusual autopsia fue supuestamente efectuada en la habitaci¨®n del hospital donde muri¨®, usando una cuerda para colgar el cuerpo, de arriba abajo, para drenar los fluidos en un recipiente. Algunos ¨®rganos del cuerpo y en particular aquellos cuya composici¨®n qu¨ªmica podr¨ªan indicar envenenamiento fueron sacados y destruidos y el cuerpo embalsamado".
Pese a que la Embajada norteamericana (que tuvo en su momento un papel crucial en el golpe de Estado de 1973) consideraba muy improbable poder llegar a establecer realmente los hechos, el actual presidente Sebastian Pi?era orden¨® una nueva investigaci¨®n. "Queremos que la muerte de un presidente de la Rep¨²blica no siga en las sombras", declar¨®.
La muerte de Salvador Allende tampoco ha sido esclarecida judicialmente y va a ser tambi¨¦n objeto de una nueva investigaci¨®n. Hasta ahora la versi¨®n com¨²nmente aceptaba indica que el presidente se suicid¨® antes que rendirse a las tropas rebeldes, pero la posibilidad de que su cuerpo presente dos impactos de bala ha abierto de nuevo las conjeturas sobre un eventual suicidio asistido o, incluso, un asesinato.
TRES ACTAS DE DEFUNCI?N CUESTIONADAS
EDUARDO FREI MONTALVA
- Presunto envenenamiento. La familia del mandatario democristiano (1964-1970) denuncia que recibi¨® una inyecci¨®n letal en una cl¨ªnica.
SALVADOR ALLENDE
- ?Suicidio o asesinato?. La versi¨®n oficial afirma que el presidente socialista se quit¨® la vida en La Monda. Pero su cuerpo presenta dos balazos.
PABLO NERUDA
- Desenlace repentino. El Partido Comunista asegura que el poeta iba a exiliarse cuando falleci¨® repentinamente en la misma cl¨ªnica que Frei.
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