La teor¨ªa econ¨®mica del 15-M
En una de las m¨¢s c¨¦lebres frases de la pel¨ªcula Casablanca, el capit¨¢n Renault, participante habitual en las timbas de juego del Rick's Caf¨¦, visita dicho local en ejercicio de sus funciones policiales y declara, con gesto serio: "I am shocked, shocked, to find that there is gambling going on in here" (estoy sorprendido, sorprendido, al descubrir que se juega en este local). Esta frase se ha convertido con el tiempo en un homenaje a la hipocres¨ªa y es utilizada habitualmente en el mundo anglosaj¨®n en situaciones donde la sorpresa es dif¨ªcilmente justificable.
El fen¨®meno de los indignados del 15-M ha sorprendido a muchos, pero a la clase pol¨ªtica espa?ola y a los agentes sociales no deber¨ªa sorprenderles. De hecho, su reacci¨®n sorprendida recuerda a la del capit¨¢n Renault. ?Estar¨¢n acaso sorprendidos, sorprendidos, al descubrir que el paro juvenil roza el 50% y que hay una generaci¨®n entera de j¨®venes espa?oles que ven su futuro con mucha incertidumbre? Quiz¨¢ se les habr¨¢n olvidado, convenientemente, las muchas veces que se les ha avisado, a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, de que el sistema organizacional del mercado laboral espa?ol genera una tremenda injusticia intergeneracional, donde los trabajadores m¨¢s mayores y con mayor cualificaciones gozan de una protecci¨®n laboral extraordinaria y de aumentos salariales elevados a costa de los j¨®venes; de que el mercado de trabajo espa?ol bate r¨¦cords mundiales tanto de protecci¨®n excesiva de los contratos permanentes como de precariedad de los contratos temporales; de que la flexibilidad espa?ola del mercado laboral a trav¨¦s de contratos temporales muy desprotegidos es nociva para la productividad, ya que genera una situaci¨®n en la cual el empleado carece de inter¨¦s en formarse en el trabajo y el empleador carece de inter¨¦s de proporcionar formaci¨®n (algo que no sucede con los contratos permanentes a tiempo parcial, donde ambas partes tienen un inter¨¦s en mejorar la formaci¨®n, ya que existe una relaci¨®n de largo plazo), o de que el r¨¦gimen actual de negociaci¨®n salarial genera un sesgo al alza en los salarios que perjudica de manera clara la creaci¨®n de empleo. En resumen, la situaci¨®n actual del mercado de trabajo espa?ol, con una tasa alt¨ªsima de paro juvenil, combinada con un crecimiento elevado de los salarios, es la l¨®gica y esperable tras una recesi¨®n como la que se ha sufrido procesada por un mercado de trabajo como el espa?ol.
El mercado laboral espa?ol es una gran injusticia intergeneracional, se mire como se mire
La sorpresa, al fin y al cabo, tiene que haber sido que la indignaci¨®n de los j¨®venes haya sido tan pac¨ªfica, algo encomiable. Y debe ser una se?al muy clara para que la clase pol¨ªtica espa?ola se apresure para continuar con la tan necesaria reforma del mercado laboral. La reforma de la negociaci¨®n colectiva, que ya se ha retrasado varias veces con respecto al calendario original, debe completarse lo antes posible y sin trampas. Junto con el alt¨ªsimo coste del despido, quiz¨¢ no hay nada que describa la rigidez del mercado laboral espa?ol como el fen¨®meno de la ultraactividad: si un convenio colectivo expira sin acuerdo entre las partes sobre la renovaci¨®n, se mantiene vigente hasta que las partes no se pongan de acuerdo. Es decir, en muchos casos, los convenios han seguido vigentes durante a?os, ya que a una de las partes no le conven¨ªa negociar. Imag¨ªnense lo que esto significa: b¨¢sicamente, la eliminaci¨®n del ciclo econ¨®mico y la perpetuaci¨®n de las condiciones laborales, independientemente de la situaci¨®n de la econom¨ªa y de la empresa.
La teor¨ªa econ¨®mica indica que los salarios deben crecer al ritmo de la productividad. Es l¨®gico: al empresario se le remunera la productividad del capital, y al trabajador, la productividad de su trabajo. Pero la productividad var¨ªa a lo largo del ciclo y, por tanto, la remuneraci¨®n debe variar a lo largo del ciclo. Si los convenios no se actualizan debido a la ultractividad, se est¨¢ incumpliendo una de las bases del equilibrio econ¨®mico.
Pensemos un poco: ?qu¨¦ implica que los salarios crezcan por encima de la productividad en un contexto donde los trabajadores con contratos permanentes est¨¢n muy protegidos por un alt¨ªsimo coste de despido y los trabajadores con contratos temporales est¨¢n muy desprotegidos? Implica que los empresarios ajustar¨¢n su coste laboral total (empleados multiplicados por salarios) hasta un nivel acorde con la nueva situaci¨®n econ¨®mica. Si la econom¨ªa se desacelera, los salarios se mantienen altos y es muy caro despedir a los empleados con contrato permanente, ?que v¨ªa de escape le queda al empresario? Despedir de manera masiva a los empleados con contrato temporal, que suelen ser los j¨®venes y los menos cualificados. Estamos, por tanto, sorprendidos, sorprendidos, al ver que el desempleo juvenil espa?ol es tan alto.
El modelo hacia el que debe dirigirse el mercado laboral espa?ol es conocido: un contrato ¨²nico que facilite la creaci¨®n de empleos s¨®lidos que adem¨¢s fomenten la acumulaci¨®n de capital humano, salarios acordes con la evoluci¨®n de la productividad y un sistema impositivo que aumente la competitividad del sector productivo espa?ol (por ejemplo, reduciendo las contribuciones a la Seguridad Social a cambio de aumentar los impuestos al consumo, una manera establecida de generar una devaluaci¨®n interna en una econom¨ªa que no tiene un tipo de cambio propio). Esto no es ninguna novedad: es lo que se le ha recomendado a Espa?a durante m¨¢s de una d¨¦cada.
Los ajustes m¨¢s dif¨ªciles no son los que cuestan m¨¢s en t¨¦rminos de crecimiento, sino los que amenazan intereses y derechos adquiridos. El ejemplo de Grecia es muy claro: durante el a?o pasado, el Gobierno griego acometi¨® una reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal de gran tama?o, unos cinco puntos del PIB, para la que fueron necesarios recortes fiscales de m¨¢s de ocho puntos del PIB (ya que tuvo que compensar una recesi¨®n con una ca¨ªda del PIB de casi cuatro puntos). Este enorme esfuerzo fiscal fue aceptado por la clase pol¨ªtica griega. Pero cuando se le ha pedido que pongan en marcha un gran programa de privatizaciones, la oposici¨®n ha sido tenaz. ?Por qu¨¦? Porque amenaza los privilegios adquiridos a lo largo de los a?os por la clase pol¨ªtica. El mercado laboral espa?ol es una gran injusticia intergeneracional, se mire como se mire.
?ngel Ubide es investigador visitante del Peterson Institute for International Economics en Washington.
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