Solo uno pod¨ªa perder

Un cierto n¨²mero de peruanos, que el domingo eligieron presidente, estaba tanto o m¨¢s interesados en que perdiera el otro, que en cantar victoria para su candidato. As¨ª, el triunfo del exmilitar Ollanta Humala, gen¨¦ricamente izquierdista, pero que hab¨ªa moderado con exquisito mimo sus declaraciones de campa?a, es tan de resaltar como la derrota de su oponente, Keiko Fujimori. Por eso las presidenciales hab¨ªan sido bautizadas en los medios como las elecciones del miedo.

Ambos candidatos quer¨ªan que el electorado olvidara. Humala, que en 2006 -cuando fue derrotado por el hoy presidente Alan Garc¨ªa-, hab¨ªa sido sostenido p¨²blicamente por el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez, que lo trataba como a un recluta de su movimiento, declaradamente radical, supuestamente anti-imperialista y enigm¨¢ticamente bolivariano. Y Keiko, que es hija del expresidente Alberto Fujimori, que sufre larga pena de prisi¨®n por grav¨ªsimo abuso de poder.

El estrecho resultado -pocos cientos de miles de votos de diferencia- subraya una profunda divisi¨®n del pa¨ªs andino, entre los que, acertando o no, se dejaron convencer por los candidatos, y aquellos que no hac¨ªa falta persuadir, porque no objetaban a esos fantasmas del pasado.

Pero con ectoplasmas o sin ellos, hay diferencias entre los candidatos. Humala, cuya victoria ha sido recibida con un desplome de la Bolsa, propone una pol¨ªtica de inclusi¨®n social, lo que significa redenci¨®n del ind¨ªgena y del afro-descendiente, en el contexto de una melod¨ªa vagamente socialdem¨®crata, a tono con las posiciones del Brasil de Lula; y al festejar su victoria hablaba de unidad latinoamericana, gui?o al chavismo. Su oponente solo entonaba bienintencionadas apelaciones a combatir la pobreza. El fundado temor de que, si era elegida, el Fujimori preso fuera la eminencia gris de la presidenta ha debido pesar en el sufragio.

Las elecciones han sido impecablemente democr¨¢ticas, y con ello se presenta la oportunidad de reconstruir un sistema de partidos, que seg¨²n la prensa peruana se halla "en estado de coma". La reconversi¨®n de movimientos con m¨¢s eslogan que programa en partidos modernos, que expresen sin demagogia el sentir ciudadano, es una de las tareas que corresponden no solo al presidente, sino a todo el sistema. Crear un Per¨² que crezca como estos ¨²ltimos a?os, pero servido por una estructura de alta densidad democr¨¢tica.