Michu vence al miedo
La tenacidad del Celta tumba a un Granada mezquino y especulador
Un tesoro se lleva el Celta a Granada, un gol que premia su tenacidad, no tanto su f¨²tbol, pero sobre todo castiga a un oponente mezquino y especulador. El gol de Michu en el tramo final del partido abre el cielo de la Primera Divisi¨®n para un equipo que ha aprendido a sufrir y a gestionar sus limitaciones. En Los C¨¢rmenes, con el marcador a favor, presto para el contragolpe, el estilo en el que mejor se desenvuelve, el Celta puede tapar bocas, las de aquellos que olvidaron que la deriva de los ¨²ltimos partidos de Liga poco importa en una doble cita en la que deciden los detalles. Y no hay mejor detalle que un gol.
Hubo mucho miedo, bastante respeto y poco f¨²tbol. En el momento de la temporada en el que hay que dar un paso adelante, el Celta y, sobre todo, el Granada, estuvieron m¨¢s pendientes de guardar posiciones y esperar un fogonazo. Acostado en su campo, con un repliegue intensivo, el equipo de Fabri no tuvo recato en darle la pelota al rival. No semejaba mala decisi¨®n porque el Celta siempre ha estado mejor esta temporada cuanto menos tiempo ten¨ªa la posesi¨®n del esf¨¦rico, pero la inacci¨®n atacante del Granada propici¨® un partido de direcci¨®n ¨²nica. Y no precisamente fluida, porque, con tres centrales y dos mediocentros de rompe y rasga, el Celta se encontr¨® con la pelota, pero con m¨¢s gente por detr¨¢s de ella que por delante y sin velocidad para tejer combinaciones.
La soluci¨®n ante el laberinto y la ausencia de ritmo fue la m¨¢s socorrida, el bal¨®n en largo. Algunos de esos pelotazos acababan en los pies de De Lucas y Trashorras, y entonces se atisbaban noticias. Otros mor¨ªan v¨ªctima de la imprecisi¨®n. Todo deriv¨® en pesti?o, porque el Granada tampoco alz¨® la voz, desde?¨® la medular y se aboc¨® a un f¨²tbol sin elaborar, apenas punzante cuando encontraba alguna conexi¨®n con los flancos, con la velocidad de Ben¨ªtez o el herc¨²leo lateral Nyom.
El partido naveg¨® en esa indefinici¨®n. El Granada se alivi¨® renunciando al control, tan solo en cuanto pudo subir l¨ªneas y evit¨® que Trashorras y De Lucas entraran en contacto con la pelota. Sucedi¨® as¨ª durante largos minutos de la primera parte, pero ya en el ¨²ltimo tramo antes del descanso, el Celta empez¨® a encontrar su talento. Y su tridente ofensivo logr¨® intercambiar posiciones sin tanta timidez ni encorsetamiento cuando el sudor moj¨® la tiza de las pizarras. Lleg¨® entonces De Lucas para desterrar el sopor con una volea desde el coraz¨®n del ¨¢rea y un par de remates lejanos. Tampoco fue que el Celta agobiara, pero esos apurillos activaron al Granada, que sinti¨® que si se acostaba demasiado en su ¨¢rea pod¨ªa sufrir de verdad. Herrera no dud¨® y no tard¨® en consumir los cambios, en recurrir a Iago Aspas y Dani Abalo, dos agitadores para acabar con el desesperante ralent¨ª. Aunque fue el cansancio el que rompi¨® partido m¨¢s que las intenciones. De Lucas se apag¨® y, con una tarjeta amarilla amenazante, Herrera opt¨® por guardarlo. Se apur¨® el Celta con los cambios y el paso de los minutos, y el Granada vio que era el momento de buscar r¨¦ditos a su racaner¨ªa. Encontr¨® a Orellana para culebrear entre l¨ªneas y le quit¨® la pelota al rival. Pudo marcar Lucena de cabeza tras un c¨®rner, una de esas acciones en las que suele sufrir la zaga celeste.
Para entonces, el Celta ya hab¨ªa cambiado todo su frente de ataque. El tridente De Lucas-Trashorras-David Rodr¨ªguez, que marc¨® la diferencia en el tramo inicial de la Liga a base de creatividad, velocidad y gol, volvi¨® a emitir se?ales de agotamiento. Y tuvo que marcar Michu, uno de sus sustitutos, un llegador, que encontr¨® en el segundo palo el fruto de una colada de Hugo Mallo. Fue entonces cuando el Granada, como los malos estudiantes, quiso aplicarse. Pero suspendi¨®.
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