Europa empieza en Buchenwald
- Unidad espiritual. La conferencia sobre La filosof¨ªa en la crisis de la humanidad europea que Edmund Husserl pronunci¨® en Viena en mayo de 1935, en pleno ascenso del nazismo y del comunismo, es una referencia recurrente en la idea de Europa que defiende Jorge Sempr¨²n. ?Qu¨¦ encuentra en este texto? Una disyuntiva fundamental: o Europa pierde su sentido de lo racional, entra en declive y cae en el odio y la barbarie (cuyo ruido se o¨ªa con estridencia en aquellos momentos); o Europa recurre al hero¨ªsmo de la raz¨®n para superar definitivamente el naturalismo y renace. A Sempr¨²n le fascina el valor prof¨¦tico de las palabras de Husserl y al mismo tiempo les concede valor fundacional. Husserl sostiene que las familias, las tribus y las naciones de Europa se encuentran en la unidad "de una sola figura espiritual". Por eso Europa habr¨¢ estado incompleta hasta que se reincorporaron Praga, Varsovia, Cracovia, y todas las ciudades secuestradas del Este.
- Buchenwald como patria. La Europa de Sempr¨²n empieza en Buchenwald. All¨ª "ech¨® ra¨ªces mi identidad desarraigada", dec¨ªa. El olor del humo del crematorio, d¨ªa y noche, sobre las laderas del Ettesberg, y la voz de los mandos dando ¨®rdenes por los altavoces han acompa?ado a Sempr¨²n para siempre: es el modo en que Buchenwald marca los sentidos, para hacerse presente en las pesadillas nocturnas y en las reflexiones diurnas y recordar, efectivamente, que es tu patria y de alguna forma te posee. Los domingos por la tarde en el barrac¨®n 56, el de los inv¨¢lidos, d¨®nde se consum¨ªa Maurice Halbwachs, algunos concentrados se encontraban para tratar de vivir aquellas horas, que, siempre en funci¨®n del capricho de las SS -el capricho, la arbitrariedad, es la esencia del poder-, se les conced¨ªan hasta el "estruendoso despertar" del lunes a las cuatro de la ma?ana. All¨ª se estaba recreando la conciencia europea, la que el nazismo hab¨ªa intentado exterminar destruyendo la poderosa cultura jud¨ªo-alemana que le hab¨ªa dado alma.
- Una idea contra el mal. Sobre el descenso a los infiernos del exterminio y de las purgas estalinistas renace el esp¨ªritu de Europa. Para ello ha sido necesario atender las voces que ven¨ªan de la experiencia totalitaria: los que regresaron de la muerte y sufrieron el miedo y la desconfianza que genera el que llega de un territorio del que no estaba previsto que se saliera; y los disidentes del Este, visitantes inesperados cuyos rostros a medida que fueron siendo reconocidos levantaron el muro detr¨¢s del que se escond¨ªa el socialismo real. El esp¨ªritu de Europa, un esp¨ªritu de libre cr¨ªtica, como dice Husserl, de naciones diferentes que aceptan la mutua inseminaci¨®n y recuperan la diversidad interior perdida. Un esp¨ªritu que reconoce y activa la fragilidad de lo humano sobre el principio de que no todo es posible. Ha sido necesaria la evidencia del mal absoluto para que renaciera el esp¨ªritu europeo. Por eso Europa carece de fronteras definidas: es una idea, un modo de gobernarse conforme a los principios de la raz¨®n y la aceptaci¨®n de la vulnerabilidad del hombre como un activo.
- Cambiar de escala. Europa nace "como construcci¨®n de un espacio de libertad y de democracia frente al pasado hitleriano y frente al presente y el porvenir del totalitarismo sovi¨¦tico", escribe Sempr¨²n. Pero esta ¨¦poca ha terminado. Y Europa ha de cambiar para adaptarse a un mundo globalizado. Sempr¨²n no entiende el miedo a la globalizaci¨®n. Para Marx la mundializaci¨®n era la antesala del socialismo. La burgues¨ªa pod¨ªa retirarse de la historia porque habr¨ªa cumplida ya su misi¨®n hist¨®rica: el mercado mundial. Sempr¨²n dec¨ªa que Marx habla de mercado mundial como Hegel hubiera podido decir "esp¨ªritu mundial". El problema actual de Europa est¨¢ en la asunci¨®n de este cambio de escala. Europa ya no vive en el r¨¦gimen de familia monoparental sino de familia recompuesta: la situaci¨®n ya no est¨¢ dominada por la parejita reproductora franco-alemana. Y al mismo tiempo, el soberanismo, modelo jacobino franc¨¦s, hace estragos. El proyecto europeo est¨¢ fundado en la contradicci¨®n entre supranacionalidad y estado nacional y no hay manera de salir de ella.
- Prioridad a la cultura. Europa yerra en los tiempos. Cuando las masas se echaron a la calle en los pa¨ªses de tipo sovi¨¦tico y Gorbachov -"al que nunca estaremos suficientemente agradecidos"- orden¨® a las tropas que no intervinieran, ?qu¨¦ hizo Europa?, se preguntaba Sempr¨²n. No se enter¨®, respond¨ªa. Y puesto que Europa siempre llega con retraso, despu¨¦s viene la precipitaci¨®n. Hoy, se est¨¢ frenando a Turqu¨ªa, sin darse cuenta de que el solo hecho de la perspectiva europea ya hace que sean m¨¢s libres. El objetivo actual, para Sempr¨²n, ha de ser "la expansi¨®n de la idea de Europa". Para ello hay que volver sobre las ra¨ªces de Europa y "colocar la cultura en el centro de la reflexi¨®n". La cultura "es la exigencia de mantener la diversidad de Europa, de reforzar todos los idiomas de Europa" y de "fortalecer la unidad sobre la base de la raz¨®n democr¨¢tica".
"Se plantea una primera pregunta: ?por qu¨¦ un extranjero -por qu¨¦ concretamente yo- para abrir la discusi¨®n de estas conversaciones?" Pensar en Europa (2006)
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