Rebeli¨®n contra el ADN
Cientos de familias espa?olas siguen buscando con ah¨ªnco a parientes que creyeron muertos. El Gobierno y la Fiscal¨ªa General del Estado calculan que entre 1950 y finales de la d¨¦cada de 1980 m¨¢s de 1.000 ni?os fueron robados en Espa?a. M¨¦dicos, enfermeros y monjas (algunos a¨²n en activo) se prestaron a facilitar este comercio de beb¨¦s cuando Espa?a viv¨ªa todav¨ªa aquella explosi¨®n de la natalidad bautizada como baby boom. Como era de esperar, las pesquisas policiales y las indagaciones period¨ªsticas han producido reencuentros emocionantes. Decenas de familias han recuperado con alborozo a aquel hijo o a aquel hermano que creyeron fallecido nada m¨¢s nacer.
Lo que no era esperable es que el deseo de recuperar a esos familiares se impusiera a la tozuda realidad y en algunos casos se haya producido una aut¨¦ntica rebeli¨®n contra el ADN; es decir, contra los incontestables resultados de los an¨¢lisis cient¨ªficos.
Mar¨ªa Jos¨¦ Carbonell y Vicky Marcos son dos mujeres que se aferran al deseo y rechazan esa prueba de ADN que asegura que no son gemelas; ni siquiera hermanas, como creyeron al principio. Vicky siempre supo que era gemela de una hermana que falleci¨® en el parto. Este a?o, al leer en EL PA?S las historias de ni?os robados, se puso a buscar a su gemela y la encontr¨®. Viv¨ªa en Valencia, muy lejos de Le¨®n, donde reside Mar¨ªa Jos¨¦ Carbonell. Su parecido es extraordinario. Felices, iniciaron una intensa relaci¨®n. Durante tres meses han hablado casi a diario por tel¨¦fono, como si quisieran recuperar en un tiempo r¨¦cord tantos a?os de separaci¨®n.
Ahora, el examen de ADN ha estado a punto de despertarlas del magn¨ªfico sue?o en el que se hab¨ªan sumido. Pero no lo ha conseguido. Las familias son cada vez m¨¢s peque?as y los beb¨¦s son una rareza, as¨ª que cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil contar como antes con un amplio entorno de gente cohesionada por los lazos de sangre. De modo que es razonable que la voluntad y el mero deseo suplan a esos caprichosos lazos en favor de una especie social como la nuestra. Por eso, Vicky ha proclamado con rotundidad: "Que el ADN diga lo que quiera, pero Mar¨ªa Jos¨¦ y yo somos gemelas".
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