La primavera ¨¢rabe y el sur de Europa
La crisis econ¨®mica y financiera de 2008-2009 y sus consecuencias en materia de gobernanza econ¨®mica mundial han dejado al descubierto la fragilidad del ¨¢rea mediterr¨¢nea. La primavera ¨¢rabe puede ofrecer una buena oportunidad para relanzar el pacto euromediterr¨¢neo en una perspectiva de renovaci¨®n y progreso.
Por supuesto, lo que predomina a corto plazo son las distintas tensiones que han acompa?ado el proceso de revoluci¨®n y oposici¨®n: el descenso del ritmo de la actividad econ¨®mica (en especial del turismo), el desarrollo de flujos migratorios descontrolados de tunecinos, egipcios y libios hacia Europa, el s¨¢lvese quien pueda de inmigrantes y habitantes aut¨®ctonos que huyen de una Libia en guerra hacia los pa¨ªses vecinos.
En apoyo de la oleada democratizadora hay que relanzar el pacto euromediterr¨¢neo
La democracia mejorar¨¢ tambi¨¦n las relaciones de los pa¨ªses magreb¨ªes entre s¨ª
A medio plazo, el triunfo deseado de la transici¨®n democr¨¢tica en los pa¨ªses del sur deber¨ªa engendrar un elemento positivo, unas condiciones pol¨ªticas que permitan alcanzar un nuevo pacto entre las dos orillas del Mediterr¨¢neo en torno a los mismos valores, los de los derechos humanos y la democracia. El respeto a dichos valores deber¨ªa incluso convertirse en condici¨®n indispensable para que un pa¨ªs pueda adherirse al pacto.
Est¨¢ cambiando la imagen del mundo ¨¢rabe, sobre todo la regi¨®n al sur del Mediterr¨¢neo. Las nuevas democracias sustituir¨¢n poco a poco a los sistemas hegem¨®nicos y desp¨®ticos. Unas sociedades j¨®venes, abiertas a la modernidad, obligar¨¢n a los europeos a superar su islamofobia y esa percepci¨®n negativa que asocia el mundo ¨¢rabe al estancamiento, el apego al pasado y el radicalismo terrorista.
La influencia del cambio democr¨¢tico en los pa¨ªses de la ribera sur aportar¨¢ una renovaci¨®n muy saludable al Mediterr¨¢neo en su conjunto y, por consiguiente, al pacto euromediterr¨¢neo, a trav¨¦s de cuatro din¨¢micas:
1. La transici¨®n democr¨¢tica de los pa¨ªses del sur se traducir¨¢ en cambios significativos en materia de gobernanza econ¨®mica. Dar¨¢ nuevo impulso a las econom¨ªas: menos rentas del petr¨®leo y m¨¢s diversificaci¨®n del tejido productivo, menos corrupci¨®n y m¨¢s transparencia. La necesaria superaci¨®n del predominio de los hidrocarburos permitir¨¢ que las econom¨ªas de la zona sean m¨¢s activas y din¨¢micas y que todos estos pa¨ªses adopten una l¨®gica de trabajo, creaci¨®n y competitividad que mejorar¨¢ sus posibilidades de proyecci¨®n.
2. La democratizaci¨®n de los sistemas pol¨ªticos en el sur del Mediterr¨¢neo contribuir¨¢ a acabar con las pretensiones hegem¨®nicas en la regi¨®n, unas pretensiones que se plasmaban en latendencia de algunos reg¨ªmenes a debilitar al vecino, atacar su integridad territorial y avivar las tendencias separatistas. En lugar de ello, ayudar¨¢ a crear m¨¢s sinergias, m¨¢s cercan¨ªa, m¨¢s proximidad entre las entidades nacionales.
Por lo tanto, favorecer¨¢ la cooperaci¨®n sur-sur, necesaria para expandir los mercados interiores y para crear m¨¢s oportunidades y m¨¢s capacidad de atraer las inversiones, el empleo y, en definitiva, el desarrollo. Un nuevo sur-sur solidario deber¨ªa derivar en la superaci¨®n de las organizaciones regionales, que han mostrado sus l¨ªmites y sus defectos, en especial la Liga ?rabe. En el norte de ?frica, la UMA (Uni¨®n del Magreb ?rabe), estancada casi desde su creaci¨®n, tendr¨¢ que ser sustituida por un proyecto magreb¨ª din¨¢mico e innovador.
3. La principal consecuencia de la llegada de la democracia a los pa¨ªses de la regi¨®n se ver¨¢ en las propias relaciones entre el norte y el sur en la cuenca del Mediterr¨¢neo. Surgir¨¢n unas nuevas relaciones de desarrollo conjunto e interdependencia solidaria que sustituir¨¢n a las experiencias de pacto euromediterr¨¢neo llevadas a cabo en los ¨²ltimos decenios.
Eso implica la concepci¨®n y realizaci¨®n de un gran proyecto de solidaridad transmediterr¨¢nea, un proyecto voluntarista, basado en acciones comunes, sinergias y complementariedades din¨¢micas y en el que, adem¨¢s de las fuerzas del mercado, se involucren la UE y los poderes p¨²blicos de las dos orillas del Mediterr¨¢neo; un proyecto global pero necesariamente plurisectorial, que abarque la agricultura (las cuestiones alimentarias), la industria, los servicios, el turismo, el transporte y los problemas ambientales; un proyecto de envergadura y de experimentaci¨®n avanzada, que permita que la regi¨®n mediterr¨¢nea controle la transici¨®n energ¨¦tica y ponga en marcha una estrategia com¨²n para la explotaci¨®n de las fuentes cl¨¢sicas de energ¨ªa (hidrocarburos) pero que integre cada vez m¨¢s, con visi¨®n de futuro, la l¨®gica de la econom¨ªa verde y, por tanto, el aprovechamiento de las grandes posibilidades de los pa¨ªses del sur en materia de energ¨ªa e¨®lica y solar.
Por supuesto, un proyecto de codesarrollo innovador implica un movimiento de transferencias de tecnolog¨ªa y capitales mediante los instrumentos de vecindad, el BEI e incluso un banco mediterr¨¢neo que habr¨ªa que crear. Se trata asimismo de reflexionar para lograr la mejor utilizaci¨®n posible de las posibilidades financieras de los pa¨ªses ¨¢rabes que cuentan con excedentes en beneficio de la regi¨®n mediterr¨¢nea en su conjunto, dentro de un proceso triangular que vincule Europa, los pa¨ªses excedentarios del sur y los pa¨ªses deficitarios del sur.
La realizaci¨®n de este proyecto de codesarrollo solidario en el plano econ¨®mico y basado en la adhesi¨®n del Mediterr¨¢neo a los valores democr¨¢ticos contribuir¨¢ a la gesti¨®n, en una perspectiva de pacto, todos los aspectos de las relaciones humanas entre las sociedades del norte y del sur, y en especial:
- La cuesti¨®n de las migraciones, en la que hay que superar el punto de vista est¨¦ril de la seguridad para adoptar una estrategia de colaboraci¨®n que respete la dignidad de los inmigrantes, incorpore una l¨®gica de interdependencia y complementariedad y conceda inter¨¦s a la formaci¨®n.
- Las repercusiones de los contactos entre culturas e identidades: tambi¨¦n en este aspecto, las fuerzas de progreso deben esforzarse en rechazar los antagonismos entre las culturas y favorecer el acercamiento entre sus respectivas aportaciones, sobre la base de los valores de la tolerancia y la aceptaci¨®n del otro. Esta perspectiva no puede sino beneficiar al valor a?adido de todas las aportaciones humanas que atraviesan el ¨¢rea mediterr¨¢nea y el enriquecimiento de las sociedades mediterr¨¢neas en su conjunto mediante la profundizaci¨®n de las opciones democr¨¢ticas y modernizadoras.
4. La ampliaci¨®n del espacio democr¨¢tico en el sur del Mediterr¨¢neo favorecer¨¢ sin duda la aparici¨®n de las condiciones necesarias para poder implantar una paz justa y duradera en Oriente Pr¨®ximo, que permita al pueblo palestino recuperar sus derechos leg¨ªtimos. La resoluci¨®n de esa cuesti¨®n vital contribuir¨¢ a consolidar el avance del mundo ¨¢rabe hacia la democracia y crear¨¢ las condiciones de estabilidad en la regi¨®n mediterr¨¢nea. Sin paz, no habr¨¢ ni progreso econ¨®mico, ni democracia, ni tolerancia en el conjunto de la regi¨®n.
Por consiguiente, las fuerzas de progreso en el Mediterr¨¢neo tienen hoy el reto de sostener de verdad el proceso de despertar democr¨¢tico en el mundo ¨¢rabe, apoyar sus transiciones democr¨¢ticas y participar en la renovaci¨®n del pacto euromediterr¨¢neo para que la regi¨®n del Mediterr¨¢neo pueda gestionar la salida de la crisis econ¨®mica y financiera mundial y reforzar su posici¨®n en un mundo que hoy es multipolar.
Fathallah Oualalou es alcalde de Rabat y fue ministro de Econom¨ªa y Finanzas de Marruecos. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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