Acad¨¦micos sectarios
La Academia es la ant¨ªtesis del sectarismo. Se supone que en sus recintos habitan, estudian y reflexionan personas que anteponen el rigor intelectual a cualquier otro designio o tentaci¨®n ideol¨®gica intransigente y sesgada. Los acad¨¦micos de la Historia, sin embargo, han irrumpido en el agitado debate sobre nuestro pasado reciente pronunci¨¢ndose de forma clamorosa a favor de los nost¨¢lgicos del fascismo espa?ol, especie que solo puede desenvolverse, proliferar e incluso triunfar en el panorama desolador de nuestra democracia que alberga en su seno a apologistas y hagi¨®grafos de un r¨¦gimen y sus personajes que fueron y siguen siendo condenados por la comunidad internacional.
Un historiador debe respetar los hechos objetivos e irrefutables del pasado y del presente. Si no quiere respetarlos, por lo menos no debe ignorar su existencia. ?Han tenido en cuenta los acad¨¦micos de la Historia la condena del r¨¦gimen de Franco por Naciones Unidas el 12 de diciembre de 1946? A la vista de lo sucedido conviene recordar sus t¨¦rminos: "Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el r¨¦gimen de Franco es un r¨¦gimen fascista, organizado con la ayuda de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini e implantado, en gran parte merced a dicha ayuda".
En 1975, Franco se despidi¨® con cinco ejecuciones aprobadas en un consejo de guerra sumar¨ªsimo
La Asamblea General, convencida de que el Gobierno fascista de Franco le fue impuesto por la fuerza al pueblo espa?ol y no le representa, le impide la entrada en Naciones Unidas y le recomienda que se comprometa a respetar la libertad de expresi¨®n, de religi¨®n y reuni¨®n, y a celebrar, cuanto antes, elecciones en las que el pueblo espa?ol pueda expresar su voluntad libremente.
Es seguro que los acad¨¦micos no comparten estas declaraciones. En este caso, tienen el deber cient¨ªfico de refutarlas. No s¨¦ si les interesa la tarea o les resulta m¨¢s c¨®modo alinearse con la paranoica "tesis" de que esta condena se debi¨® a la tan manoseada conspiraci¨®n judeo-mas¨®nica.
Es cierto que m¨¢s adelante, el r¨¦gimen fascista espa?ol fue admitido como miembro de Naciones Unidas, pero conviene recordarles que compart¨ªamos asiento con el emperador Bokassa de la Rep¨²blica Centroafricana. ?Quiz¨¢s para nuestros historiadores un padre amant¨ªsimo al que se acus¨® de antropofagia? Tambi¨¦n confraternizamos con todos los dictadores latinoamericanos, o ?ser¨ªa m¨¢s correcto decir reg¨ªmenes militares autoritarios de Chile y Argentina?
Es cierto que la primera democracia del mundo firm¨® un tratado militar con Franco para utilizar nuestro territorio como base log¨ªstica en caso de confrontaci¨®n con los reg¨ªmenes comunistas. Incluso un presidente de Estados Unidos, el general Eisenhower, visit¨® a Franco, intercambi¨¢ndose elogios y abrazos. Es de sobra conocido que la pol¨ªtica de alianzas de Norteam¨¦rica no ped¨ªa certificados de buena conducta democr¨¢tica. Su pragmatismo les llevaba a convivir con sus famosos "hijos de puta" como llamaron al dictador ?autoritario? Somoza. Esta frase, digna de Groucho Marx, la pronunci¨® el presidente Franklin Delano Roosevelt. Tampoco los norteamericanos tuvieron reparos en abrazar e incluso integrarse en una guerra suicida con el s¨¢trapa (?autoritario?) vietnamita, Go Din Diem.
Durante mi infancia y adolescencia en tierras de Castilla (Valladolid), conoc¨ª a alguno de los acad¨¦micos que han elaborado este diccionario. El profesor Luis Su¨¢rez fue decano de Filosof¨ªa y Letras y rector de la Universidad. Reputado e indiscutido medievalista, cultiva y expresa una gran admiraci¨®n por nuestra reina Isabel la Cat¨®lica, hasta el punto de involucrarse en una comisi¨®n, promovida por el capell¨¢n de mi colegio, que desde los a?os cincuenta viene intentando infructuosamente que prospere el proceso de beatificaci¨®n de la reina de Castilla. Esfuerzo in¨²til porque todo el mundo sabe que el lobby jud¨ªo y el Gran Rabino, han advertido al Vaticano de su rechazo airado a tal decisi¨®n.
Comparto la frase del ministro Gabilondo que ha dicho que la pol¨ªtica no controla las Academias. Solamente un matiz, hay posiciones que no se pueden compartir, como homologar una dictadura con una democracia, convirti¨¦ndolas en un simple juego de palabras. Son como el agua y el aceite, nunca pueden fusionarse. Me molesta que este desaguisado se haya llevado adelante con dinero p¨²blico pero, pens¨¢ndolo bien, por qu¨¦ escandalizarse a estas alturas.
Todo diccionario se compone de voces y palabras. Con el mismo prop¨®sito que nuestros acad¨¦micos, me permito sugerir la siguiente voz:
"Autoritario: D¨ªcese de un general que encabeza un golpe militar contra una democracia; que ordena, en bandos de guerra, el exterminio de los gobernantes y que, terminada la Guerra Civil, asesina con formas seudojur¨ªdicas a miles de personas y propicia la ejecuci¨®n extrajudicial de m¨¢s de 100.000 personas, desaparecidas en fosas clandestinas. Se predica tambi¨¦n de la persona que conden¨® a miles de ciudadanos a penas de c¨¢rcel, previa tortura, por ejercitar los derechos de asociaci¨®n pol¨ªtica y sindical, reuni¨®n, manifestaci¨®n y libre expresi¨®n de las ideas".
Addenda: Para orientaci¨®n de posibles historiadores desmemoriados, en septiembre de 1975, dos meses antes de morir, inici¨® su despedida de este mundo con cinco condenas a muerte ejecutadas tras un consejo de guerra sumar¨ªsimo que provoc¨® la repulsa internacional.
Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn es magistrado em¨¦rito del Tribunal Supremo y comisionado de la Comisi¨®n Internacional de Juristas.
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