El cubo de Rubik econ¨®mico
El presidente Obama hizo referencia a un mundo cambiante que ya nunca volver¨¢ a ser igual. Rechaz¨® el ocaso de EE UU y de Europa, pero admiti¨® que quiz¨¢s India, Brasil y China representen el futuro o, por lo menos, una parte importante. La consecuencia l¨®gica es que asuman responsabilidades crecientes de liderazgo. Asimismo, puso de relieve que las nuevas operaciones en el mundo ¨¢rabe y Oriente Pr¨®ximo significar¨¢n el final de un capitulo y el comienzo de otro. Significa que estamos ante un cambio ideol¨®gico (sustituyendo las l¨ªneas de Reagan y Thatcher) que culmina con las recientes explosiones de las burbujas financieras. Ahora se abren nuevas pautas apoyadas en los pilares de la democratizaci¨®n del mundo ¨¢rabe y en las victorias contra el terrorismo. Faltan, pues, alternativas econ¨®micas de crecimiento sostenido. Por eso, Obama y los lideres mundiales combinan c¨®cteles de realismo y de optimismo, pero apuntando a sacrificios.
Las econom¨ªas gallega y espa?ola tienen que internacionalizarse y mejorar la productividad
El otro d¨ªa, al escuchar a Michel Camdesus (anterior director-gerente del FMI) analizando las propuestas cooperativas sobre la reforma del sistema monetario internacional tuve la sensaci¨®n de que dos compromisos son necesarios para avanzar. El primero, aumentar la credibilidad de las acciones econ¨®micas internacionales; y, para ello, los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y emergentes deben no solo estar presentes en la elaboraci¨®n de las propuestas, sino en la redacci¨®n de las iniciativas. O sea, debe haber complicidad para ser cre¨ªble. Y el segundo es se?alar los des¨®rdenes, su definici¨®n, intensidad y alcance. Sin reflexionar sobre los or¨ªgenes y manifestaciones de los actuales desajustes ser¨¢ imposible hallar salidas dignas y viables.
El grupo de Camdesus, Lamfalussy y Padoa-Schioppa enuncia cinco pasos para corregir los peligros de las actuales debilidades. Evitar la ausencia de una disciplina eficaz, que permita asegurar el ajuste global; reducir los efectos de la volatilidad de las tasas de cambio que, a menudo, son incompatibles con un ajuste ordenado y con una eficaz asignaci¨®n de recursos; actuar sobre las actuales dificultades de gesti¨®n en lo que ata?e a la liquidez mundial para evitar tanto su insuficiencia como sus excesos; apuntar a las cuestiones relativas al papel de los instrumentos monetarios no nacionales; y, finalmente, abordar los problemas de la gobernanza en lo que afecta a los procesos de decisi¨®n y funcionamiento del sistema. Son propuestas que buscan actuar sobre la ineficiencia de los procesos de ajuste mundiales, de los excesos financieros, de los flujos de capitales desestabilizadores, de las excesivas variaciones de las tasas de cambio y sus desviaciones respecto a las pol¨ªticas presupuestarias y monetarias, y de una excesiva expansi¨®n de las reservas internacionales.
Pensando en las econom¨ªas espa?ola y gallega dicho an¨¢lisis nos obliga a recentrar el discurso. Para ambos casos debemos remarcar que una vez que el sector p¨²blico, anta?o motor de la econom¨ªa, ha ido perdiendo peso a pasos agigantados, las miradas se centran en c¨®mo mejorar la productividad e internacionalizar las empresas. Estos dos ejes constituyen los mimbres del futuro dinamismo de la econom¨ªa. Sin ellos dif¨ªcilmente se puede avanzar y consolidar los progresos. Por eso, se deben cuidar las bases para que tanto la demanda interior como las opciones exportadoras viabilicen el funcionamiento del sistema.
La mayor parte de los ¨²ltimos informes presentados subrayan la carencia de una fuerte direcci¨®n en lo que respecta a los posicionamientos empresariales. Seguimos, en consecuencia, padeciendo condicionamientos sobre determinados tics y sobre actuaciones de ciertos grupos de presi¨®n que no quieren perder influencia ni presencia. Por eso, a¨²n no fuimos capaces de desatascar situaciones de carencia de consenso o de alianzas sociales. Mis conclusiones se resumen en que no se trata de jugar a maniobrar (para no perder la posici¨®n actual, o para evitar que el rival ocupe un nuevo rol) sino de posicionarse en un mercado internacional cada vez m¨¢s amplio y exigente. No se trata de imponer (ya sea con amenazas o arbitrariedades, ya sea impidiendo un juego limpio y transparente) sino de dialogar y consensuar bases de funcionamiento cre¨ªbles y viables. Se trata, en definitiva, de cuadrar el cubo de Rubik: desmarcarse de lo err¨®neo, de lo falso y de lo inadecuado; y apostar por iniciativas y propuestas que no colisionen objetivos y permitan multiplicar efectos sin¨¦rgicos.
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