Un juez obliga a someter a un beb¨¦ a una prueba m¨¦dica
Los padres se negaron al test de la glucosa por "innecesario y doloroso"
Recostada en el sal¨®n de su casa de Cardedeu (Barcelona), Eul¨¤lia Mart¨ª amamanta a su hijo de tres semanas como "una mala madre". Fue el reproche que le propin¨® el equipo asistencial del Hospital General de Granollers cuando, al d¨ªa siguiente de haber alumbrado al peque?o Adri¨¤, la madre y su pareja, Jesper Petersen, se opusieron a que pincharan al neonato para someterle a una prueba preventiva de tolerancia a la glucosa. Las presiones del personal sanitario culminaron en una petici¨®n al Juzgado de Instrucci¨®n de Granollers, que autoriz¨® al equipo m¨¦dico a pinchar al beb¨¦ en contra de la voluntad de sus padres.
Esa prueba es un examen de relativa importancia que los m¨¦dicos consideraron necesario por el elevado peso del beb¨¦, de 4.310 gramos. "Incluso nos advirtieron de que avisar¨ªan a las autoridades porque rechazar la prueba podr¨ªa considerarse maltrato infantil", protesta Petersen mientras el peque?o Adri¨¤ sigue agarrado al pecho de su madre. "Quer¨ªamos evitarle pinchazos innecesarios, estamos en nuestro derecho", se?ala Mart¨ª. "Todos los hospitales contemplan ese test como protocolo habitual, pero no es indispensable hacerlo. Reclamarlo por v¨ªa judicial es exagerado", corrobora Bartolom¨¦ Bonet, jefe de pediatr¨ªa del hospital balear Can Misses.
El magistrado Julio Hern¨¢ndez Pascual, sin embargo, autoriz¨® la prueba tras recibir un informe m¨¦dico que alertaba de que el beb¨¦ "podr¨ªa padecer secuelas neurol¨®gicas permanentes" que "perjudicaran seriamente su desarrollo", detalla el auto judicial. La contundencia del informe incide en la pol¨¦mica sobre los l¨ªmites de la autonom¨ªa del paciente frente a los protocolos m¨¦dicos. "Solo es una prueba orientativa, el informe exagera para justificar el atropello a los padres y la falta de respeto a los derechos del paciente", se?ala Fernando P¨¦rez, pediatra del Hospital Severo Ochoa de Madrid.
El director general del centro de Granollers, tras recibir un escrito de queja remitido por los padres, les concede al menos parte de raz¨®n. "El equipo asistencial se encontr¨® con un dilema", se?ala en una carta de respuesta a los progenitores. "Pedimos disculpas, intentaremos debatir el caso en nuestros comit¨¦s de ¨¦tica", concluye.
"Muy amables", ironiza el padre. "Pero ?qu¨¦ hubiera pasado si hubi¨¦ramos rechazado la orden judicial?", a?ade pensando en la c¨¢rcel o, quiz¨¢, algo peor. "?Nos quitan la custodia del beb¨¦?".
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