"Los porteros son los psic¨®logos del f¨²tbol"
Baltasar Garz¨®n, el juez al que algunos de sus colegas persiguen entre otras cosas porque trat¨® de investigar el pasado franquista de esta sociedad, hace un alto en su agenda internacional y habla de f¨²tbol. Y da gusto escucharlo. Fue portero, en juveniles, y pudo haber ido a un equipo grande si su padre no hubiera querido que tuviera una carrera.
En las primeras categor¨ªas, en Linares (Ja¨¦n), cuando era un chiquillo, tuvo que optar: o portero con los que vest¨ªan la camiseta del Barcelona o en el campo con los que vest¨ªan la camiseta del Madrid. ?l ya era portero. As¨ª que opt¨® por el Bar?a. Ese es su equipo. Su pasi¨®n. Hay otro club, el Betis, que tambi¨¦n lo levanta de la silla por la proximidad sentimental que da la vecindad. Pero el Bar?a viene de aquella elecci¨®n de vestimenta. Hasta hoy. En la ¨¦poca de Cruyff, un amigo suyo llamado Ram¨®n, su amigo Luis del Olmo y el entonces entrenador m¨ªtico de este Bar?a que ahora entrena Pep Guardiola decidieron organizar una serie de partidos contra la droga y ah¨ª revivi¨® Garz¨®n sus glorias como portero. "No era malo", sostiene.
Es del Bar?a desde ni?o, cuando tuvo que elegir entre una camiseta azulgrana y una blanca. Y del Betis
"Perdimos la final nacional infantil. Me quisieron fichar el Ja¨¦n, el Elche y el Atl¨¦tico, que ten¨ªa un ojeador all¨ª"
Jorge Valdano dijo una vez que los porteros son seres especiales en el campo. Garz¨®n fue "un ser especial" en ese sentido y tiene una impresi¨®n especial de los que ocupan la porter¨ªa: "Son psic¨®logos del f¨²tbol, capaces de saber qu¨¦ hacer con la pelota para que todo el equipo juegue".
Tiene sus ¨ªdolos (ver recuadro). A algunos los vio por la radio, a otros los disfrut¨® por la televisi¨®n y a muchos los vio en el campo. A todos los imit¨® "en los campos de piedra, en los campos de tierra": "La primera vez que jugu¨¦ en un campo de hierba fue en un campeonato infantil. Hab¨ªamos quedado campeones provinciales y por eso participamos en un torneo nacional en el que ganamos al M¨¢laga, al Granada..., y perdimos la final contra el Elche. Ten¨ªa 14 a?os, creo. Ah¨ª me quisieron fichar el Ja¨¦n, el Elche y el Atl¨¦tico de Madrid, que ten¨ªa un ojeador por all¨ª".
La historia no lo llev¨® a ganar un Trofeo Zamora, pero lo hizo el juez m¨¢s querido (y m¨¢s odiado) de la posguerra y de la transici¨®n y de la democracia.
Han pasado muchas cosas por su vida, aparte de los acontecimientos familiares, pero el Bar?a siempre ha estado ah¨ª, desde la grada o desde la televisi¨®n. Incluso, en el vestuario. "En la ¨¦poca en que los frecuent¨¦ m¨¢s, en los tiempos de Cruyff, iba a saludarlos al vestuario. Me acuerdo de saludar all¨ª a Guardiola. Me daba la mano. Era muy respetuoso. Me trataba de usted: '?C¨®mo est¨¢ usted, don Baltasar?".
El aficionado al f¨²tbol es aficionado todo el tiempo y, cuando saluda a sus mitos, ni es juez ni importante ni tiene otra historia en la vida en ese instante en el que el f¨²tbol es protagonista: est¨¢ ante su ¨ªdolo, con sus colores. Y esos momentos de Garz¨®n en el vestuario azulgrana lo devolv¨ªan a la adolescencia, que es la edad media del hincha: "La verdad es que fue un tiempo muy bonito. Siempre segu¨ªa al equipo cuando pod¨ªa y a cualquier punto que pudiera. Cuando ven¨ªan a Madrid, siempre iba a la concentraci¨®n, cenaba con ellos y adonde fueran iba yo. Era habitual".
Claro, ya era juez. "Y bastante mayor para entusiasmarme por estas cosas. Pero la verdad es que era hermoso ver c¨®mo el esfuerzo de una serie de personas consigue emocionarte porque te introduces en el juego, en la competici¨®n. De lo que hagan ellos depende tu alegr¨ªa como aficionado", recuerda.
Hay un momento especial, que acaba de pasar, y a ¨¦l no lo encontr¨® ni en la grada ni con su familia viviendo el rito ante la tele. Lo vio en Bogot¨¢, de donde acaba de venir. "Con unos amigos. Me emocion¨¦ tanto que abrazaba a cualquiera, a quien estuviera al lado. Y di un salto tan grande con el gol de Pedrito que pill¨¦ un tremendo lumbago", dice de la ¨²ltima Champions del Bar?a.
Intentar¨¢n quitarle todo: la carrera, incluso el curr¨ªculo. Pero hasta los que lo persiguen saben que a Baltasar Garz¨®n no lo podr¨¢n despegar jam¨¢s, entre otras cosas, del escudo del Bar?a.
"T¨² tienes que ordenar, y que se te oiga"
- A Baltasar Garz¨®n, portero de infantiles, le dijo el primer entrenador que tuvo: "T¨² tienes que ordenar, y que se te oiga".
Era el portero, el psic¨®logo del equipo, como dice ¨¦l que son los guardametas. En su lista est¨¢n Zamora y Ramallets, est¨¢n Reina y Vald¨¦s, est¨¢ Casillas, est¨¢ De Gea... Vald¨¦s le merece
un cr¨¦dito muy especial, pues hace exactamente eso que le ped¨ªa su entrenador de infantiles: "Es que ¨¦l est¨¢ viendo todo el campo, normalmente sin moverse dentro de un espacio muy corto, lo que te da una visi¨®n est¨¢tica de todos aquellos que se est¨¢n moviendo. Con un golpe de pie o con una mano fuerte colocas el bal¨®n donde debes colocarlo. Eso lo hace muy bien Vald¨¦s y consigue una compenetraci¨®n perfecta del equipo". Y enfrente, Casillas: "Extraordinario. Es el prototipo
de portero. En Espa?a tenemos unos porteros impresionantes".
No todos terminan de jueces. "?Ja ja ja! Mi padre y el rector se confabularon para que lo dejara. Y luego ya se me pas¨® el arroz como decimos por ah¨ª abajo", se r¨ªe.
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