Nuclear, no

Hemos podido escuchar a la canciller alemana Angela Merkel la intenci¨®n de acabar con la explotaci¨®n de las centrales nucleares en 2022. Despu¨¦s de ver c¨®mo los ecologistas han avanzado considerablemente en las urnas desconozco si es una decisi¨®n electoralista o no.

Las centrales nucleares que se empezaron a construir en los a?os setenta y ochenta presentaban un serio problema con los residuos generados y los pa¨ªses impulsores de esta energ¨ªa confiaron en que 30 a?os m¨¢s tarde la ciencia hubiera dado con la soluci¨®n para eliminar eficazmente estos residuos. Lejos de dar con la soluci¨®n se ha decantado por esconderlos debajo de la alfombra, hipotecando a futuras generaciones.

La eliminaci¨®n de la energ¨ªa nuclear de nuestras vidas supondr¨¢ un duro golpe para la producci¨®n el¨¦ctrica. A todos nos gusta tener lavadora, aire acondicionado, televisi¨®n de 42 pulgadas, etc¨¦tera. Pero el consumo de todos estos productos hace que la energ¨ªa el¨¦ctrica sea algo ya no indiscutible, sino innegociable. Adem¨¢s, ahora las tendencias est¨¢n impulsando el coche el¨¦ctrico y eso supone otro enchufe m¨¢s que sumar a la cada d¨ªa m¨¢s creciente factura el¨¦ctrica. Deber¨ªamos reflexionar, pensar sobre lo que nos estamos jugando. La energ¨ªa nuclear no es una energ¨ªa limpia, es t¨®xica y mortal y capaz de contaminar ecosistemas enteros durante generaciones. Qu¨¦ bonito ser¨ªa creer a la se?ora Merkel.